JUSTO A TIEMPO

Capítulo 4

Axel

Después de haber dejado mis cosas en esa habitación me dispongo a buscar un sitio donde comprar comida. No tengo nada que llevarme a la boca, y la nevera de la habitación no es muy grande que digamos.
Cuando me disponía a salir del hotel, una niña pija se acerca a la puerta, supongo que piensa que la voy a sujetar la puerta, pero no, no soy el mayordomo de nadie, y mucho menos de gente así. Odio a ese tipo de gente, con sus sudaderas GAP, jerséis de lana, americanas y camisas, por supuesto no pueden faltar sus zapatos. La chica dice algo que no logro entender, pues llevo mis cascos para mantenerme alejado de voces como la suya. 
Es por ese tipo de personas que odio la sociedad y vivir en sociedad. Odio la gente. 

Tras dar varias vueltas a la manzana por fin encuentro un supermercado abierto. Compro lo esencial para cenar hoy y desayunar mañana, ya que tengo la intención de que a la hora de la comida este sentado en el sofá del apartamento que tendré que pagarme yo, ya que la universidad me devolverá hasta la última moneda por no haberme dado el apartamento que solicité y ofrecerme una habitación donde ya la cama ocupa la mayor parte del espacio. 

Cuando he terminado de hacer la compra, cojo mis cosas y me dirijo al hotel. Voy caminando por el pasillo, cuando a dos puertas de la mía, una se abre, y aparece la misma niña pija de antes, sólo que esta vez va en chándal y con los ojos  hinchados de haber llorado. Lleva una bolsa de basura, como no, ha debido de haber limpiado la habitación con lejía y desinfectante, una niña como ella no puede tener ni una mota de polvo.  

Al levantar la vista observa que estoy prácticamente delante de ella, evita cualquier contacto visual conmigo, y aparta la mirada. Debo de ser el tipo de chico al que su madre le prohíbe acercarse; brazos tatuados y vestimenta de chándal. Siempre visto de colores oscuros, considero que va a juego con mi alma. 

Esta vez me quito los cascos con la mano que tengo libre, ya que en la otra llevo la compra, y saludo, me apetece molestar un poco e incordiar, a fin de cuentas, mañana  seguramente esté fuera de este hotel y no la vuelva a ver. 

-Hola- Digo con una sonrisa de oreja a oreja y levantando una ceja. 

Ella me mira sin más y vuelve a retirar la mirada, coge su bolsa de basura y me responde. 

-Lo siento, llevo demasiada prisa para andarme con tonterías- Espeta. 

¿De qué coño va? ¿Y ese carácter? No estoy acostumbrado a que ninguna chica no me devuelva el saludo o no me conteste, también puede ser porque no me junto con el tipo de chica que es ella, y el resto hablan conmigo porque quieren que las lleve a la cama. No me pienso quedar callado. 

- ¿Llevas prisa para volver a tu cuarto y seguir llorando porque no te han dado el apartamento que tus papis han pagado? -De buenas soy un encanto, pero a las malas siempre voy a hacer daño, siempre he sido así, bueno ahora soy así, antes siempre era malo y hacía barbaridades que ni yo mismo me perdonaría, ahora he cambiado, y si me tratas bien, no estarás en mi punto de mira, y ella no va por buen camino.

- ¿Perdona? ¿Qué acabas de decir? -Se gira y frunce el ceño, parece cabreada.

-Lo que has oído, sabes que es verdad. - No esperaba esa reacción por su parte, mi intención era que hiciera oídos sordos y no me respondiera, nadie lo hace nunca, nadie me responde ni me quita la razón, todos saben de lo que soy capaz. 

-Te he escuchado, perfectamente, y no tienes ni idea de lo que dices, es lo que pasa cuando hablas sin juzgar, los niñatos como tú sois siempre así. -Se va acercando a mi según suelta esas palabras por su boca. 

Me está cabreando y mucho, no quiero entrar al trapo de esta niña pija, ni siquiera sé si se tendrá a su novio vestido con esmoquin en su habitación y saldrá en cualquier momento, no tengo ganas de tener que dejarle claro quién soy, así que según se aproxima decido darme la vuelta e ir a mi habitación. Pero justo cuando empiezo a andar, sigue abriendo la boca. 

-¿Qué ocurre? ¿Te da miedo que una mujer te plante cara? ¿No estás acostumbrado a que no caiga rendida a tus pies como todas esas a las que te tiras? -Suelta sin apenas respirar y cabreada.

Se le está yendo la cabeza, y no sabe con quién se está metiendo, no lo sabe y no tiene ni idea, es por eso que me habla así, estoy seguro. Cuando me giro para decirla cuatro cosas la tengo a escasos centímetros de mi pecho, ya que es bastante bajita y la saco una cabeza.

-No sabes lo que dices, no sabes quién soy yo y con quien estás hablando. -Es lo único que me atrevo a decir, no soy capaz de decir nada más porque me está mirando con unos ojos verdes y unos labios hinchados que no he visto en ninguna parte, esa mirada ha despertado algo en mí y la fijación de sus ojos con los míos no me dejan decir ni una palabra más. Me siento inmóvil, parado, sólo puedo girarme y meterme en la habitación, dejándola ahí con su bolsa de basura y su chándal. 

***Si has llegado hasta aquí te pido por favor que votes si te ha gustado, y además puedes dejarme en comentarios cosas que mejorarías o que cosas quieres que pasen entre Emm y Axel** gracias.