JUSTO A TIEMPO

Capítulo 11

Emm

La noche fue de maravilla, no sabía que Axel fuera tan bueno, me ha sorprendido mucho su actitud conmigo, me siento cómoda y a gusto con él. Durante todo el rato que pasamos juntos no me acordé ni un solo segundo de Daniel, hasta que Dana me mandó el mensaje, sabía que me iba a terminar de derrumbar, lo nuestro se había acabado desde el momento en que dije que cogía el vuelo para irme, ni siquiera vino a despedirse al aeropuerto, pero no lo necesitaba, mi vida comenzaba ahora, tenía una oportunidad para salir de ese pueblo y ser quién quiero ser. Sé de sobra que no será el tiempo el que cure este dolor, ni otros labios, sino que seré yo cuando comience a quererme y a ponerme por encima del resto. 

Cuando me levanto veo la cama vacía, con lo bien que estábamos y se ha largado sin decir nada, perfecto. No sé que es lo que esperaba, Axel se acuesta con mil tías y no se acuerda ni de si son rubias o morenas, conmigo va a hacer lo mismo, pero no lo voy a permitir. Me meto en la ducha y cuando salgo tengo la esperanza de que esté sentado en la cama esperándome, pero nada. Me visto y justo cuando voy camino a la cocina suena mi teléfono, es Dana, mierda. 

-¿Sí? 

-Hola Bombón ¿Cómo estás? ¿Qué ocurre? te olvidas ya de tu amiga. -Dice gritando a través del teléfono.

-Para nada, sólo que estoy adaptándome todavía a esto, no tengo tiempo ni para respirar. -Miento descaradamente, pero no pienso contarla la parte de Axel. -¿Tú qué tal?

-Bien, bueno, te llamo porque no aguanto más Emm, desde que te has ido esto es un descontrol, entre ellos está el descontrol que Daniel ha provocado.  -Suspira, sé que no quiere contármelo, pero es tan buena que no lo va a ocultar. -El mismo día que cogiste el avión se puso muy borracho, se besó con varias tías y cuando le pregunté porque hacía eso me dijo que era por ti, que le habías dejado y le estabas cambiando por otro, te juro que nunca lo he visto así, él nunca se emborracha de esa forma, pero está dolido, no justifica su actitud, además se ha liado con Laila. No quiero hacerte daño, estás a muchos kilómetros de casa y no te hace ningún bien escuchar esto, pero no voy a permitir que te engañen.

-Gracias Dana, eres una amiga fantástica. -Empiezo a llorar. -Me gustaría estar a solas un rato, así qué te llamo luego. - Ella acepta, me hace jurarla que la llamaré después. -Cuelgo el teléfono y me pongo a llorar.

Sus palabras me han llegado al alma, se me han clavado en el pecho y mi mente no deja de decirme que ya lo sabía, y es así, el problema es que las mentiras en la oscuridad se esconden muy bien,y cuando salen a la luz se convierten en duras verdades, y eso duele. Daniel no me ha engañado nunca estando conmigo, sí que ha hecho locuras estando borracho, pero nunca infidelidades, además vivimos en un pueblo pequeño y me hubiese enterado.

Después de haber estado más de veinte minutos llorando, miro mi móvil, no me había dado cuenta de que tenía un mensaje de un número desconocido. Tengo esperanza de que sea Daniel, pero el texto me sorprende aún más 

"Espero que hayas dormido bien, y no hayas sentido la cama muy vacía 😏". 

¿Axel? ¿Cómo tiene mi número? Decido mirar la foto para asegurarme, y ahí está la confirmación, en la imagen se puede apreciar un chico musculoso, con un abdomen claramente marcado, está debajo de una sombrilla en la playa. Me quedo un buen rato observando esa foto, este chico me hace enloquecer, cada vez que le tengo cerca mis piernas se ponen tensas y el corazón a mil, decido responder. 

"Cuando me he levantado he notado demasiado espacio en la cama, pero aún sigo sin saber porque será 😜"

No sé el motivo que me lleva a responder, él es un mujeriego y no quiero que me use como habrá hecho con el resto de chicas que han pasado por sus manos, pero algo dentro de mi me dice que igual es distinto, que sólo necesita encontrar a alguien con quien estar de forma estable, además debo saber cómo ha conseguido mi número. Tengo que hablar con Daniel para aclarar las cosas, no quiero que piense que he venido aquí para alejarme de él, aunque ya se lo he dicho mil veces, pero estamos en un punto de la relación en el que tenemos que parar, hablar, y avanzar cada uno por su lado, Daniel no es mala persona, el problema es que a mí me ha tocado conocer su peor parte, la que me hace daño.  

Cuando termino de pensar estoy con el teléfono en la oreja llamando, nadie responde al otro lado de la línea, así que recurro a la peor solución posible; le mando un WhatsApp diciéndole que le he llamado varias veces, que no he recibido respuesta suya, y a continuación le dejo, justificando cada una de mis decisiones, sé que no me va a responder, pero necesito quitarme esta carga de encima, me está haciendo demasiado daño. 

Después, empiezo a preparar la comida, miro de vez en cuando el móvil para ver si Axel me responde, estoy como una niña con ilusión esperando su mensaje, sé que me estoy metiendo en un camino de arena del que no voy a poder salir, pero me gusta. En ese instante alguien llama a mi puerta, sólo se me ocurre que puede ser Axel, pero para mi sorpresa me encuentro con la última persona que esperaba ver. 

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