Capítulo 21

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Emm. 

Dana había insistido mucho en que fuese a la fiesta, no me apetecía nada, pero Axel no me había hablado en todo el día, necesitaba despejarme, acabé aceptando, además tenía una conversación pendiente con Lucas. 

Durante el trayecto en coche, Dana y Leo hablaban de sus cosas, yo me introduje en mis pensamientos, lo primero que se vino a mi mente fue Axel, ¿qué habría estado haciendo todo el día? ¿estaría en la fiesta? Un abismo de inseguridad cayó sobre mi, tenía miedo, miedo de llegar y verle con otra, que no me hiciera caso o que se metiera en un lío como la otra vez, pero por otro lado tenía la esperanza de que no fuera así, de que cuando me viera se acercase y me besase...

-Vamos Emm, que ya hemos llegado. -La voz de Dana me saca de mis pensamientos.

-Sí, claro, ya voy. -Me bajo del coche. 

Dana y Leo van todo el camino de la mano, me parecen la pareja perfecta, y me alegro mucho por ella, nunca ha tenido un chico que la preste la atención que necesita, siempre ha dado con tíos tontos. La fiesta está más llena que la semana pasada, y caminando entre la gente llegamos al grupo de Lucas y los amigos de Axel, pero él no está, mierda. Me acerco para saludar, el primero es a Lucas, le digo que tenemos que hablar, observo que lleva un chupetón en el cuello. 

-Tu querido príncipe está fuera, por si le buscas. -Me contesta

-Vale, pero no es mi príncipe, ya sabes que es mi amigo. -Le explico. 

-Yo no digo nada, solo te ayudo a localizarlo. -Sonríe.

¿Va borracho? Tiene toda la pinta ya que arrastra las palabras. Cuando he saludo a una parte del grupo me dispongo a ir fuera, algo dentro de mi me dice que me quede dentro, que debo estar en la fiesta disfrutando y pasándolo bien, pero la intriga y las ganas de verle me pueden. Hay demasiada gente fuera, hasta que en los bancos veo dos siluetas, a medida que me voy acercando, han juntado las cabezas y se están besando, en ese momento descarto que sea Axel, pero mi subconsciente necesita asegurarlo con mis propios ojos. Cuando estoy a la mitad del camino mi boca se abre, siento un calor y una rabia en mi interior, Axel me mira, y se levanta, pero mis pies echan a correr, mis ojos se inundan y las lágrimas recorren mis mejillas, corro, corro sin parar y sin volver la vista, escucho como él me sigue, pero no le quiero cerca. Que sensación tan libre me recorre el cuerpo, no paro de correr y pienso en todos esos animales que huyen de sus cazadores por el campo, así me siento yo, huyendo del miedo, del cazador, huyendo de alguien que me ha visto como su presa fácil. Alguien me agarra del brazo y salgo de mis pensamientos. 

-Joder Emm, no es lo que has visto, te lo juro. -Es Axel. 

-Las palabras mienten, los ojos no. -Intento soltarme de él. 

-Te juro que no he sentido nada, te lo prometo. 

-Pero lo has hecho. -Empiezo a llorar. 

-Soy un imbécil Emm, no sé porque lo he hecho, lo último que quería era esto. -Dice con voz temblorosa. 

-Lo has hecho porque lo necesitabas, lo último que esperabas era que apareciera por ahí y te pillara. Mañana me llamarías, me dirías que soy un amor de chica, nos acostaríamos y te quedarías con tu mente tranquila. Pero Emm siempre te jode todo, ¿no?. -Estoy llena de rabia. 

-No, no, no es eso, no jodes nada nunca, al contrario, lo arreglas y joder, me haces ser mejor, mejor de lo que he podido llegar a ser nunca. -Algo ha cambiado en su voz. 

-Axel no eramos nada, recuerdas, no tenías que haber venido detrás a darme explicaciones. Eres libre. -Esas palabras salidas de mi boca me rompen el corazón. 

JUSTO A TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora