Capítulo 10

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Axel

Cuando la pregunto si quería que la hiciese compañía no me esperaba para nada que ese pensamiento saliese por mi boca, hace que pierda todos los sentidos y diga cosas que no debería, aunque en el fondo sé que ella quería, nos estamos empezando a conocer y ambos estamos solos, no nos viene mal un poco de compañía. Cuando empezó la guerra de almohadas me sentí como en una nube, nunca antes había hecho cosas de ese tipo, pero me dejé llevar, si esa escena la hubiese hecho otra pareja, ya me estaría riendo de ellos, de hecho pensaría que al chico le faltan pelotas,  pero así es esto, nos convierte en quienes de verdad somos con las personas que estamos a gusto, nos hace sentir vivos y hacer cosas que nunca haríamos. 

Esos ojos color verde llevan un rato observándome, de hecho, cuando los miro fijamente ni se dan cuenta. Me siento elevado, volando, me leen los pensamientos y me vuelven loco, tengo que parar esa mirada, sino mi corazón se va a salir del pecho. Maldita Samantha que daño me ha hecho, no soy capaz de estar ni cinco días sin llamarla para que me haga sentir bien, de hecho, tengo que contestarla, es la única que me ha preguntado qué tal mi viaje, aunque sé que es por interés, antes de irme ya me había dicho que tenía que pagarla un vuelo, que sino iba a subirse por las paredes al estar tantos días sin sentirme, rotundamente asentí. 

-Cuando quieras dejas de atravesarme los ojos y pones una película. -Solté en aquel intenso silencio. 

-Eh, sí, claro, perdona. -Pone el ordenador entre sus piernas y busca una película.

En su fondo de pantalla está ella, en bañador, sentada al borde de una piscina, está tremenda, ese bañador ajustado la marca hasta la última curva de su cuerpo. No es como las otras chicas, delgadas y con curvas poco definidas, Emm es diferente, más ancha que el resto, pero eso la hace ser la persona más atractiva del mundo. En ese momento pienso en la posibilidad de que la hayan acosado o insultado por ser así, por romper el estándar corporal que ha marcado la sociedad, y me dan ganas de matarlos a todos. 

-Definitivamente vamos a ver Harry Potter. -Dijo con una sonrisa de oreja a oreja sacándome de mis pensamientos.

-Ni de coña, debes de estar de broma, no pienso tragarme como un niño se va atravesando paredes de hormigón a la ciudad de la magia. -Se echa a reír, y joder, que bonito ver esa sonrisa después de decir mis palabras. 

-Entonces... ¿Qué vemos? ¿Qué tipo de película te gusta? -Sonríe.

-Mmmm, no sé, me gusta todo menos Harry Potter. -Me echo a reír.

-Perfecto, entonces veremos una de amor. 

-Mira, no, me gustan las películas de ficción, de terror e incluso de fantasía. -Esto último es mentira, odio la fantasía. 

-Te gustan las de terror ¿De verdad? -Dice sorprendida 

-Por supuesto, de hecho, deberíamos ver una ahora. -Asiente feliz, a ella también le deben de gustar esas películas.

Mientras busca una película de Expediente Warren, su teléfono suena, no sé de quién es el WhatsApp, pero por el recorrido que hace con sus dedos, sé que se ha metido en la conversación y no ha respondido. 

-Ya está, listo, pongámonos cómodos y veamos la película. -Se tumba al lado mía y se tapa.

La película había empezado, han pasado unos 20 minutos cuando agarra mi brazo con fuerza.

-Comprendo que tengas miedo, pero eso que agarras es mi brazo. -Me suelta rápidamente y me arrepiento de haber dicho nada, que imbécil soy.

-Lo siento, es que estamos a oscuras y me da miedo. -Dice en un tono de voz acogedor.

-Espero que no te dé miedo luego dormir sola. -Su rostro cambia, creo que no había pensado en eso. -Bueno, si no te ves preparada puedo quedarme aquí contigo. -Intento arreglar la cagada que yo mismo he creado.

No recibo respuesta, simplemente me mira y sonríe. No sé qué tiene, pero me hace ser otro distinto. Mi cabeza piensa que es atracción sexual, la necesidad de tener contacto físico con alguien, sentirle cerca y dispuesto para mí, pero otra parte, la cual no soy capaz de reconocer sabe que hay algo más que se está despertando en mí, algo que hace años me prometí no volver a sentir, y espero no equivocarme, porque yo, ya no soy aquel Axel.

Cuando la miro unas lágrimas salen por sus ojos. ¿Tanto miedo la daba esa película? No la conozco desde hace más de un día y ya la he visto llorar dos veces. 

-¿Qué te ocurre? Si no te gusta puedes poner otra. -La digo intentando calmarla. 

-No es eso, es una tontería. -Se seca las lágrimas con la mano.

-¿Es por el mensaje que has recibido y no has leído? 

-¿Cómo lo sabes? -Me mira sorprendida. 

-Yo sé más de lo que crees, así que ahora cuéntame que te ocurre. -La acaricio el hombro y la paso mi pulgar por la cara para secar las lágrimas. 

-No quiero amargarte, prefiero que disfrutemos de la película.-Justo en ese momento rompe a llorar. La abrazo y la obligo a contarme lo que pasa.

-Verás, yo estoy con un chico, desde que he llegado no me ha mandado ningún mensaje, ni ha respondido a los míos, he visto que está de fiesta, y subiendo fotos con una de mis amigas. -Coge aire y sigue. -Hace un rato mi amiga Dana, la única que se preocupa por mi, me ha dicho que debo hablar con Daniel, que las cosas no están yendo como yo he planeado, y todo esto se me está haciendo muy grande, quiero volver a mi casa. -Se pone a llorar como una niña pequeña, está dolida.

-No sé qué decirte, no soy experto en estos temas Emm... Pero creo que, si de verdad te quisiese, ayer hubiese venido contigo hasta aquí, se hubiese asegurado de que estabas bien y después se hubiera marchado. -No sé nada de amor, ni de parejas, no me gusta eso, sólo sé de engaños, mentiras y traiciones, y sé que ese chico la está traicionando. Seguro que es un niño de papá que tiene todo y se la suda lo que pierda. 

-Sé que me está engañando, me lo dijo, me aseguró que se venía aquí lo nuestro se acababa, pero yo estoy por delante de cualquier persona y no quiero perder esta oportunidad por él. 

-Ven aquí, tonta. -La cojo y la abrazo acurrucándola contra mí. Poco a poco se va tranquilizando y volvemos a poner la película en marcha, mis ojos se empezaron a cerrar y la oscuridad invadió todos mis pensamientos.

Lo siguiente que recuerdo es despertarme arropado hasta el cuello y abrazado a alguien. Tardé unos segundos en darme cuenta de que era Emm, había dormido fantásticamente. No quiero despertarla, pero tengo cosas que hacer, entre ellas ducharme. Así que me alejo de ella lo más despacio que puedo y salgo de la habitación. Quería dejarla una nota para que no se preocupase, pero una idea mejor invadió mis pensamientos.

JUSTO A TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora