Axel
Cuando la he visto entrar por la puerta del restaurante estaba a punto de irme a mi habitación, pero su mirada se cruzó con la mía, algo me recorrió de pies a cabeza, esos malditos ojos verdes. Le dije a Judith que se fuera ella, que yo me quedaba a tomarme algo. Cuando se sentó a mi lado quería hacerla de rabiar, me gusta verla cabreada como la otra noche, pero tuvo que ponerse a hablar con ese camarero como si le conociera de siempre, él la estaba hablando por interés, quería tirársela, estoy seguro. Cuando me quise dar cuenta estaba tenso y rabioso.
Es la décima vez que la miro de reojo, está mirando el móvil cuando de repente todo cambia, algo no va bien, una lágrima empieza a caer de sus ojos, necesito preguntarla y ayudarla.
-Oye, ¿Qué te pasa? -La digo acercándome a ella y cogiéndola por la cintura. No sé qué narices estoy haciendo, odio que la gente me cuente sus problemas, pero esta vez quiero oírlos, quiero ayudarla.
-Nada, no me pasa nada. -Dice mientras se incorpora y se limpia los ojos.
La abrazo, tengo la necesidad de abrazarla, no me sé ni su nombre, no la conozco de nada, pero sé que ahora mismo no necesita hablar, sino cariño, es la típica niña que cuando algo no le sale según lo planeado se coge una rabieta, detesto a ese tipo de personas, pero esta vez aquí estoy, abrazándola. Cuando se apoya en mi pecho empieza a llorar, no ha rechazado mi abrazo, algo se enciende en mi cuando me devuelve el abrazo y su cuerpo entra en contacto con el mío.
-Shhh, venga nena, ya, no llores. -¿Nena?, pero qué digo, jamás he llamado nena a nadie, nunca, y he estado con mujeres, no tantas como la gente piensa, pero si las suficientes para saber que sólo debo llamarlas por su nombre. Pasados unos minutos se incorpora.
- Lo siento, de verdad. -Se está secando las lágrimas de los ojos. -Llevo unos días malos y ya no aguantaba más, necesitaba llorar. Lo siento.
-No pidas disculpas, supongo que es normal que llores, la gente como tú no está acostumbrada a estar sola. -Cuando digo eso sus ojos se abren de sorpresa, ¿pero que he dicho? Es la verdad, las personas como ella no tienen problemas en su vida, siempre tienen a sus padres y amigos que les apoyan, yo no soy así, no aguanto ni mis problemas como para aguantar los del resto, no tengo la capacidad de escuchar ni ayudar.
Justo en ese momento aparece Lucas con la cena, ella le pide que se la ponga para llevar, no me vuelve a mirar. Sé que la he cagado, pero tengo que mantener las distancias, mi cuerpo reacciona mucho al estar frente a ella, creo que es deseo sexual, no tengo a Samantha aquí, ella es mi amiga íntima, cuando nos aburrimos nos llamamos y nos acostamos, siempre que ella quiera, claro, nunca la fuerzo a nada, es una forma de liberar tensiones sin compromiso, y ahora creo que necesito eso, ella va a ser mi próxima presa.
Cuando se levanta la sigo, pero va demasiado rápido y no logro pararla hasta que está esperando el ascensor.
-Oye, perdona, me he pasado antes. -La digo mientras me coloco una mano sobre el pelo.
-Lo de ser un cabronazo se te da muy bien, se te nota que no tienes mucho tacto con las personas. -Me dice mientras pulsa muy rápido el botón del ascensor.
-Lo sé, pero me gustaría ayudarte, de verdad. -Estoy perdiendo la paciencia, trato de ayudarla, aún no sé el por qué, pero mi mente lo necesita.
-No te molestes. -Justo se abren las puertas del ascensor y entramos los dos.
Dentro del ascensor la observo, es más ancha que el resto de las chicas, está muy desarrollada a nivel de pechos y cadera, y eso la hace tremendamente sexy, estoy metido en mis pensamientos imaginando lo que me haría con sus labios cuando un chillido me saca de ellos.
- ¡Mi iphone! -Grita desesperada.
-¿Que ocurre? -Justo se abre la puerta y sale corriendo en busca de las escaleras.
Voy detrás de ella, corre muy rápido, pero logro alcanzarla enseguida, me dice que ha olvidado su iphone en la barra, así que echo a correr adelantándola. Cuando llego a la barra allí no hay nada, veo al camarero de antes y le digo que si lo ha visto, que era de la chica que estaba aquí. Justo en ese momento entra ella
-Lucas, ¿has visto un iphone por aquí? -Grita casi llorando
-No Emm, no lo he visto, pero qué ha pasado, ¿Lo has perdido? -Le pregunta.
-No, gilipollas, lo está buscando como hobby, le gusta esconder las cosas y luego olvidarse de donde las deja. -Ya me cae como el culo, ella me mira con una mirada asesina.
-Voy a buscarlo a objetos perdidos dice él. -Desaparece de la barra y se dirige a un cuarto.
-Toma Emm, puedes coger mi teléfono y llamarte, igual lo tiene alguien de aquí. -La digo mientras le ofrezco mi teléfono, ella lo mira, creo que de sorpresa, es un S10+ que ha salido hace pocos meses.
-Gracias... -Pone cara de duda, claro no se sabe mi nombre.
-Axel, me llamo Axel. -La guiño un ojo y sonríe.
Empieza a llamar, me dice con los labios que da señal, estupendo, la melodía se empieza a escuchar cerca de nosotros, Lucas lo trae entre las manos.
-Toma, aquí lo tienes, lo ha debido de encontrar un compañero y te lo ha dejado aquí. -Dice con una sonrisa mientras se lo entrega.
-Gracias Lucas, te debo una. -Le guiña un ojo y se va.
Voy detrás de ella, y veo que revisa los chats, tiene algunas conversaciones con mensajes pendientes a los cuales no contesta. Estamos los dos esperando el ascensor.
-Gracias por dejarme llamar. -Me devuelve mi teléfono. -Me gusta mucho ese móvil, mi hermano se lo ha comprado hace unos meses y es una pasada. -Sonríe.
-Gracias, tu teléfono no está nada mal. -Es un iphone 8, sé que son buenos teléfonos, pero los llevan todos los niños pijos y no a voy a ser uno más en esa moda.
Subimos al ascensor, estoy metido en mis pensamientos cuando ella empieza a hablar.
-Siento haberme comportado así ayer y hoy, no eres mal chico, pero me sacas de mis casillas. -Sonríe.
-Lo he notado, a veces me vuelvo un poco insoportable, pero te acostumbrarás. -Me echo a reír, estoy siendo demasiado amable, pero esta chica me gusta, creo que se va a convertir en mi nueva Samantha mientras esté aquí, es muy sexy y me dan ganas de hacerla mis cosas, lo que podría hacer con esos labios... estoy seguro de eso, y así justifico mi actitud, aunque nunca he hecho esto con nadie, sólo he estado con chicas que se interesaban en mi, sino no me molestaba ni en hablarles, paso de ir detrás de nadie.
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JUSTO A TIEMPO
Teen FictionEmm, es una chica que acaba de dejar España para poder realizar las prácticas de su carrera en Leeds. Todo iba sobre ruedas, tenía unas amigas increíbles, un novio fantástico y una familia, que por fin estaba feliz, hasta que el destino decidió jugá...