Capítulo 13

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Emm

Me dirigí a abrir la puerta, en mi mente estaba la posibilidad de que fuera Axel, pero sabía que no iba a ser así, cuando abriese la puerta tendría al repartidor trayéndome todo lo que compré ayer, cuando abro hay alguien que no esperaba...

-Aaaaaaaa. -Es lo único que puedo decir. Me tiro a sus brazos. 

-Hermanita mía. -Dice Oliver entrando en mi cuarto conmigo a cuestas.

-Pero.. ¿Qué haces aquí? -Las lágrimas de alegría caen de mis ojos.

-¡Visitarte! ¿No me quieres por aquí o qué? -Vuelve a abrazarme.

Justo en ese momento una voz nos interrumpe.

-Siento molestar, pero las maletas no se iban a subir solas. -Dice mi hermano mayor con una sonrisa de oreja a oreja.

-Huuuuugo. -Me tiro a sus brazos, y Oliver nos abraza a los dos, me siento como en casa.

Pasado un buen rato deshacemos el abrazo. 

-¿Y mamá y papá? ¿No han venido?

-No, esto es un viaje exprés, el domingo nos vamos. -Dice Hugo. 

-No sabéis las ganas que tenía de veros y de estar con vosotros. -Me siento la persona más feliz del mundo ahora mismo.

-Y nosotros a ti, la casa está muy vacía y tranquila sin un terremoto como tú. -Dice Oliver sonriendo.

-El terremoto sois los dos juntos, no lo olvidéis hermanitos. -Hugo se echar a reír tras soltar ese comentario.

-La habitación no está tan mal para ti sola. -Dicho eso, Oliver se sienta en la silla del escritorio.

-Eso he pensado yo, además hoy estoy esperando que me traigan unas cosas que he comprado, entre ellas hay un mueble para el baño y unas colchas para la cama. -Digo emocionada. 

-Hemos llegado justo a tiempo, te ayudaremos a montarlo. -Dice Oliver. 

Soy la persona más feliz del mundo en este momento, ambos están mirando por la ventana las vistas que tiene Leeds, y yo los miro feliz, les hago una foto y decido establecerla como nueva imagen en la pantalla de bloqueo. Los dos son los que más quiero en este mundo. Cuando miro a Hugo me veo a mí, soy una réplica de él, pero en chica, los rasgos de nuestras caras son iguales, con el carácter nos pasa lo mismo, de pequeños discutíamos mucho porque pensábamos igual, y en ciertas situaciones éramos muy cabezotas, le envidio mucho, lleva una vida admirable y yo quiero ser como él. Oliver es todo lo contrario a nosotros, es el mediano y nos parecemos muy poco, él, físicamente y de carácter es igual que mi madre. Solamente tiene los estudios obligatorios y eso a mis padres nunca les ha gustado, mi madre tiene la carrera de derecho, aunque no trabaja de ello porque es escritora y mi padre tiene la de empresariales, trabaja en la empresa de mi abuelo, el cual es dueño de una marca de ropa muy conocida. Oliver asentó la cabeza hace cuatro años, cuando él tenía diecinueve, algo horrible le ocurrió, y dio un cambio a su vida, ahora es mecánico y al año que viene quiere estudiar y sacarse la carrera.

-¿Cómo os ha ido el viaje? -Digo rompiendo el silencio. 

-Bien, pero la verdad es que estoy hambriento, podríamos ir a pasear y después comer fuera. -Dice Oliver mirando a Hugo con el fin de convencerlo. 

Justo en ese momento mi móvil suena, rezo para que no sean ni Daniel ni Axel, no quiero explicarles ahora mismo toda la historia a mis hermanos, no quiero que sepan lo que me ha hecho Daniel, ya que irán a por él porque me ha hecho daño. La suerte me ha escuchado, y es el repartidor que trae lo que me queda de compra. Subimos la compra y nos ponemos a organizar y a montar todo, hago algunos cambios con ciertos muebles, y pongo las cortinas nuevas que compré, con el fin de que entre más luz, también pongo las nuevas lámparas y los cuadros que cogí. Tengo que ir a imprimir fotos que quiero poner por la habitación, sacaré algunas de mi familia y el resto serán de paisajes, ahora mismo no tengo amigas ni novio para dedicarles un trozo de la pared de este cuarto. 

Acabamos de colocar todo y salimos fuera a comer, la comida transcurre muy bien, hemos venido a comer a un italiano que está a unas cuantas calles de aquí, ahora haremos una ruta por la ciudad y nos haremos muchas fotos. 

La noche llega y volvemos a la habitación, nos duchamos y bajo a la cafetería a comprar unas pizzas para las cenas. Está Lucas, así que me acerco a hablar con él. 

-Hola Lucas. ¿Qué tal? -Sonrío.

-Hola Emm, que agradable verte, dime qué quieres tomar. -Este chico es un amor, tan amable como siempre. 

-Quiero tres pizzas medianas, dos carbonara y una de bacon y york, por favor. 

-¿Tres? Pero tanta hambre tienes muchacha. -Se echa a reír.

-No son para mí todas, es que han venido mis hermanos a pasar el fin de semana. -No puedo sentirme más entusiasmada. 

-Ahora todo tiene sentido, voy a pedirlas. -Desaparece tras la puerta. 

En ese momento me giro hacia la puerta para observar la cafetería, encuentro una situación nada agradable para mi vista. Axel entra con una chica, es muy guapa, lleva el pelo recogido en dos trenzas de boxeadora que la llegan hasta el final de la espalda, es casi igual de alta que él y destaca su abundante pecho, el cual enseña gracias a una camiseta de escote que lleva por encima del ombligo. Mierda. Me giro deseando que Lucas salga rápido, pasados unos minutos Lucas sale y siento que alguien se aproxima hacia mi lado derecho. 

-Yo quería invitarte esta noche a una fiesta de la universidad, pero estás ocupada, así que lo dejamos para otro día. -Posa la mirada en el chico de mi lado, es Axel, lo sé, su perfume y la forma en la que mi cuerpo reacciona cuando le tengo a centímetros despejan todas las dudas. 

-Mejor otro día, tal vez mañana, si quieres puedes darme tu número y te escribo. -No entiendo porque he dicho eso, sé que no voy a ir, pero necesito joder a Axel.

-Vale, toma. -Lo apunta en un papel, seguidamente me entrega las pizzas.

-Gracias, hablamos. -Le suelto la mejor de mis sonrisas. 

El fin de semana transcurre genial, estoy todo el tiempo fuera del hotel, no quiero cruzarme con Axel, el sábado recorremos todo Leeds, nos hacemos muchas fotos y comemos fuera. El domingo por la mañana lo pasamos igual, después de comer mis hermanos se van, tienen un avión con destino a casa, y yo me quedo, la soledad me llena cuando llego a mi habitación y me pongo a llorar. Pienso en todo lo ocurrido en estos días y me doy cuenta de que he perdido muchas cosas, pero me estoy ganando a mí misma, ahora mismo tengo libertad para hacer lo que quiera sin dar explicaciones a nadie, y por otro lado reflexiono sobre Axel, no le conozco, pero hace que estar cerca de él sea un suplicio, activa todos mis sentimientos y no puedo permitir eso. 

Él se ha pasado el fin de semana entero con esa tía, un día después de haber dormido conmigo, he llorado en su pecho y me produce nauseas pensar lo que ha podido hacer con ella. Le conozco de hace unos días y no entiendo la reacción de mi cuerpo cuando le tengo cerca, odio sentir esto, no quiero sentirme atraída por alguien como él. No puedo cambiar mis sentimientos, pero si puedo cambiar mi actitud y mi comportamiento frente a ellos, no voy a ser una más en la lista de Axel, no pienso ser segundo plato, y hasta ahora no me ha demostrado que sienta lo mismo que yo, le he dado una oportunidad, y no voy a darle dos, es como ofrecerle una bala a alguien que no te hizo daño con el primer tiro. Solo seremos amigos, aunque... pensándolo bien ¿En qué momento hemos sido algo más? Axel sólo ha sido amable conmigo, y tal vez yo me he obsesionado mucho con él, he perdido a mi pareja y he visto un camino de luz a su lado... Poco a poco empiezo a ver todo oscuro, y los sueños se apoderan de mí. 

JUSTO A TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora