Algo mantenía inquieto a un chico de lentes, se rascaba la cabeza y le sudaban las manos.
Sus oídos se tapaban cada siete minutos, como si tuviese que ir al otorrino. Pero no era así, Gonzalo estaba perfectamente de sus oídos, aún sabiendo eso estaba nervioso.
—Mierda, mierda, mierda...—decía mientras se lavaba las manos, no aguantaba ni un solo segundo con manchas en ellas.
Agarró su toalla y se secó un largo rato las manos, se acomoda los lentes y sale del baño. Debía de ser fuerte y no pensar en lo peor. Tal vez solo es una mala pasada de sus recuerdos, pero está seguro de que no es así.
Nuevamente se le taparon sus oídos, ya estaba empezando a odiarlo. Golpeó la mesa con el puño y se sentó en el sofá.
Suelta un largo suspiro y se tapa la cara con las manos, se relaja un rato en el sofá hasta que este cómodo. Solo quiere tomar desayuno, pero sus oídos constantemente zumbaban.
Se levanta y va a la cocina una última vez, si le zumbaban de nuevo los oídos ya no se sirve su típico desayuno como un plato de cereales con leche o, una fruta.
Trata de servir la leche, pero sus oídos le dicen lo contrario. Tira la leche hacia la pared, haciendo que chorreé el resto que queda. Se agarra la cabeza con las manos, ya no quiere hacer nada, si zumban sus oídos, le quieren decir algo.
Entonces una idea le sale de la cabeza a Gonzalo.
¿Salgo a la calle?
Una parte de él le dice que sí, que se relaje un poco y camine por la acera. La otra parte le dice no, que se quede en casa y así se le quitará su zumbido.
Indeciso, Gonzalo se empieza a comer las uñas sin darse cuenta. Finalmente decide que, se quedará en casa para estar seguro.
Agarra el control remoto y prende la televisión, pasa los canales pero ninguno le interesa. Deja el control en la mesa y va a buscar su laptop. La lleva hacia la mesa, la enciende y empieza a jugar.
Así se queda unas dos horas, sin darse cuenta sus zumbidos ya desaparecen por completo. Pero nuevamente, los oídos se le tapan.
Se los tapa, se los destapa.
Lo intenta de nuevo, y de nuevo, de nuevo. Pero nada resulta.
Se rinde y saca las llaves de su casa, decide salir a la calle ya que sus oídos no paran de zumbar. Antes de abrir la puerta decide abrir las rejas de su ventana, y ve lo que pasa afuera.
Gente reunida, con fogatas encendidas o tratando de encenderlas. Gente igual que el, tapándose los oídos porque zumban.
Al menos no soy el único raro al que le pasa esto.
Abre la puerta y sale a la calle, respira aire fresco que no sintió en un largo rato. Sus manos dejan de sudar y los oídos de zumbar.
Pero unos gritos hacen que Gonzalo gire la cabeza y los presentes con él también. Era gente, demasiada, corriendo por algo, sea cual sea aquello.
El chico, ya preocupado, decide correr a la ola de gente.
—¡Perdón, perdón! ¡Perdone señor!—eran alguna de las frases que decía.
Cuando la ola de gente casi acaba, una un poco más lejos empieza, suelta un suspiro y sigue corriendo.
Hasta que un ruido ensordecedor le tapa los oídos: la cosa que le estaba haciendo los oídos zumbar eran aviones. Demasiados aviones, tal vez unos ocho.
Gonzalo mira arriba y se encuentra con un avión militar, pero eso no era lo que le daba miedo.
Lo que le daba miedo era que...
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EliteCraft - El principio del fin
Science FictionEstados Unidos y España. Dos bandos, un objetivo. Es el fin de una paz entre estas naciones. Todos saben lo que se viene. Hoy empieza la guerra... (NINGUNO DE LOS PERSONAJES ME PERTENECE A MÍ, TODOS SON YOUTUBERS DE LA SERIE DE MINECRAFT LLAMADA "El...