EliteCraft - El principio del fin

Imperio 51

—El Imperio 51.

A Lili le olía mal esa palabra, primero porque era una clara referencia al Área 51, segundo, porque lo comandaba Rich. O al menos eso es lo que creía.

—¿Que verga es el Imperio 51? —se le escuchó decir al argentino.

Adentro:

—Pues, es algo que te mostraré más adelante.—dijo el español.

—¿Pero por qué no me lo decís ahora, gil?—Farfadox se enfadó un poco.

—Espérate, Franco.

Rich tocó una pared y esta se abrió, el argentino se sorprende, el otro le hace señas a Farfa, por lo que avanza y el español va detrás de él, dejando solo a Luh.

El pasillo tenía claramente una definición: No apto para claustrofóbicos.

El pasillo era demasiado estrecho, muy largo y tenía tuberías en mal estado, por lo que a Farfadox le dio miedo seguir avanzando.

—No quiero entrar, Rich, me dio algo de miedo...

—Avanza y no seas gallina.

Farfadox siguió avanzando, con algo de miedo por el pasillo, pero finalmente llegó a un lugar. Raramente era la oficina de Rich.

—Che, pero es tu oficina.

—Ahora verás la magia, Franco.

Detrás de la silla de oficina—negra, para aclarar—había unos estantes con libros, pero solo uno estaba separado de los otros.

—No me digas que es lo que estoy pensando, flaco.

Y eso era, en realidad no era un estante, era una puerta secreta. Se extendía otro pasillo más, y al fondo, la luz del día.

Al llegar al final, la refulgente luz del sol se hizo presente, haciendo que Farfadox se cubriera con el brazo. Para cuando las nubes taparon a la gigante estrella, el argentino abre los ojos como platos, ya que delante de él hay varias personas con pesas, sacos de boxeo y otras cosas.

—¿Esto es el Imperio 51? —pregunta Farfadox.

—Tan solo su base, tengo pensado traer a Luh aquí para reclutarlo y que se una a nosotros. —le responde Rich.

—¿Sólo a el? —insiste.

—A muchas personas más, claramente, pero esto es el inicio.

Rich le dio un poco de tiempo libre para que inspeccionara todo el sitio.

Primero daba la impresión de que era algo pequeño, pero en sí era gigante. Tenía un área de ejercicio, donde estaban todas las pesas, máquinas y sacos de boxeo. Justamente ahí, había una persona dándole puñetazos a este.

Farfadox la ignoró y ve la siguiente área: La de electricidad y recarga. Hay unos generadores de energía, totalmente diferentes a los del refugio y unos cargadores para baterías o pilas.

Después viene el área del arsenal, que es lo que más le interesa al argentino, puesto que tienen de todo: Pistolas, escopetas, cuchillos y hasta rifles de asalto.

Luego viene el área de comida, donde hay alimentos enlatados por doquier—algunos vacíos, otros sin abrir—como garbanzos, atún y más.

Finalmente, el área de entretenimiento con un lugar incluido para jugar a fútbol, saltar la cuerda o practicar tiro.

El español le toca el hombro a Farfadox y le dice:

—¿Qué opinas?

Este se queda un rato en silencio, por lo que el de máscara lo mira con dudas. Pero responde: