𝖚𝖓𝖙𝖎𝖙𝖑𝖊𝖉 #3

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Tres de la mañana y los ojos de Yeosang no se habían cerrado ni un sólo momento que no fuera para parpadear, su mente estaba llena de nuevos pensamientos y emociones típicas del lugar, las nuevas necesidades que experimentaba lo abrumaban, no sabía exactamente cómo reaccionar aunque sí supiera como tratarlas.

Las mantas que Seonghwa le había brindado a su nuevo inquilino eran calientitas, justo para la época, el sillón también era bastante cómodo, quizás no era muy usado o a penas lo habían cambiado. No importaba. Yeosang aún no podía dormir aunque quisiera.

Con millones de cosas en mente el pelinegro se levantó y se dirigió a la cocina para beber algo de agua, la cual sin necesidad de refrigeración parecía estar helada.

Entonces cuando ese líquido tan frío hizo contraste con lo caliente de su piel pensó en intentar comunicarse, quizás sería complicado con los objetos tan simples de la humanidad pero con intentarlo no perdería nada.

El de piel pálida se dirigió al escritorio que se encontraba en la misma sala, justo en ese momento entró una llamada.

Sabía que no era un horario recurrente para llamadas, lo cual lo hacía más extraño, aún así respondió.

—¿Sí?— La suave voz del chico respondió.

—¿Yeosang? Dime que eres tú, es la cuarta casa a la que llamo...

La irritante voz de Wooyoung se hizo notar a través de la línea y de no ser porque quería regresar le hubiera colgado.

—No te grito porque no quiero que me corran de aquí... pero puedo saber ¿cuándo te dignarás a regresarme?

La rabia era notoria en la voz del chico, las lágrimas se volvían a formar en sus ojos de la desesperación y como siempre, la volvía a pasar mal.

—Eso... es lo gracioso, ¡de verdad! parece un chiste.

—Si es un chiste entonces ¿por qué no me estoy riendo?

—Porque eres un amargado y te la vives furioso, literalmente. Bueno, deja te explico, hice algo mal...

Con esa simple frase, el de pelo negro supo que estaba jodido y tendría que pasar un buen tiempo con el enfermero... ¿o médico? No, ¿había diferencia en eso? si estudiaba medicina era porque iba a ser médico ¿no? ¿cómo funcionaba el sistema educativo superior ahí?

Ugh ¿Por qué pensaba en eso? Estar en ese mundo lo estaba volviendo igual de tonto que los que habitaban ahí.

—Verás... cuando vi que no regresabas, Padre lo notó y digamos qué... de alguna manera regresé algo de la humanidad en ti.

—¡¿Regresaste?!

—¡Claro! ¿De dónde crees que vienes? No creías que fuiste creado de la nada...

—No recuerdo haber sido humano alguna vez.

—Claro que no, en fin, digamos que... perdiste algunas habilidades, supongo que ya te habrás dado cuenta...— Se escuchó como aquel del otro lado de la línea tomaba aliento, como si fuera a dar una mala noticia. —Y no sabemos cómo traerte de regreso, como conservas ambas partes aún, no puedes simplemente morir y bueno... tendrás que aguantar.

Los pensamientos que pasaban por la cabeza de Yeosang eran casi dignos de una película de terror, si pudiera, hubiera prendido fuego a todo, le hubiera cortado la cabeza a Wooyoung y la hubiera usado como decoración.

—Wooyoung...

—Me tengo que ir, te llamaré cuando sepa que hacer, igual puedes marcar si necesitas algo, no preguntes como conseguimos línea o un teléfono.

Con eso, el causante de aquel desastre solo colgó.

La respiración de Yeosang se volvía cada vez más pesada y sus uñas se clavaban en sus propias palmas, una a una sus lágrimas volvieron a salir. Aunque ya estuviera fuera de la jaula y aquel traje, no podía moverse, sus manos temblaban y como pudo colgó el teléfono.

—¿Yeosang?

Se escuchó la voz del dueño de aquel lugar y en realidad el pelinegro deseaba que no se acercara, no se sentía capaz de contenerse en cualquier caso.

El contrario al no obtener respuesta se acercó, colocándose frente al chico y notando su mirada perdida, otra vez tenía lágrimas en sus mejillas y parecía que en cualquier momento mataría a alguien

—Yeosang... mírame.— Habló con cuidado sin respuesta de ningún tipo. Aquel joven parecía inmerso en donde sea que su mente se encontrara, así que sostuvo de un movimiento sus muñecas y elevó el tono. —Yeosang.

Después de lo que pareció una eternidad, finalmente ambos se miraban.

La mirada del rubio demostraba preocupación y un poco de miedo.

Miedo que no era hacia el pálido, quien parecía haber aguantado la respiración durante todo ese tiempo, soltando un suspiro que al mismo tiempo relajó todos los músculos de su cuerpo, tanto que Seonghwa tuvo miedo de que el más delgado fuera a caer.

—No fue nada.— Con un movimiento, el más bajo se libró del agarre del contrario, regresando al sillón donde se suponía debería estar dormido desde hace horas aunque tampoco pretendía hacerlo ahora, simplemente se sentó contra el descanso de los brazos con las piernas cruzadas y sus manos en el rostro, sintiendo aún vergüenza y enojo.

Odiaba verse y ser indefenso ante el chico rubio, odiaba usar un suéter y pantalones prestados, odiaba el maldito sentido del humor de Wooyoung y odiaba toda esta situación.

—Piensas mucho para tu propio bien.

El sillón se hundió ante la figura de Seonghwa que se sentaba frente a Yeosang sin confrontarlo.

—No sé qué pasó pero... deja de pensar por un segundo, desconéctate y descansa. En realidad no sé nada sobre ti mas que tu nombre.

Ambos se mantuvieron en silencio por un rato y por primera vez Yeosang pensaba en otra cosa que no fuera cuán detestable era su vida en esos momentos. Dirigió la mirada hacia el rubio que se encontraba frente suyo y decidió disfrutar las otras emociones que proveía el ser humano.

—No necesitas saber mucho de mí, pero podría escuchar algo sobre ti.— Al conectar sus miradas, el pelinegro abrazó sus rodillas, escondiendo la mitad de su rostro en ellas.

Eso no decía mucho o más bien nada sobre lo que estaba pensando, sin embargo, notaba que su respiración estaba a un ritmo normal y que tenía un poco más de calma que antes.

—Bien...— Seonghwa era tímido en todas las ocasiones, al hablar, al preguntarle alguna duda al profesor, al pedir que no le colocaran mostaza a su hotdog, simplemente prefería pasar desapercibido, así que el tener todo el centro de atención en ese momento calentó sus mejillas sin oportunidad de que estas fueran notadas por la obscuridad de la noche. —Tengo 22 años... estudio medicina-

—Ya lo dijiste.

—Claro, uh, me gusta mucho cocinar pero no tengo tiempo para hacerlo, no me gusta el desorden, no soy de aquí pero ya llevo tiempo viviendo en este departamento y... no sé ¿Necesitas más?

El chico lanzó una mirada preocupada y nerviosa al pelinegro quien se limitaba a verlo. De un momento a otro se recostó en el asiento, haciendo que Seonghwa se levantara.

—No necesito nada más.— El mismo cubrió su cuerpo con la sábana y cerró sus ojos, acomodanse para dormir, viendo el respaldo del sofá y dándole la espalda al dueño de éste. —Buenas noches, Seonghwa.

Bueno, aún tenía un poco de modales.

—Buenas noches, Yeosang.

Con esa extraña conversación ambos se fueron a dormir, mientras que el más alto sólo se preguntaba.

¿Con quién se había metido?

las personitas que empezaron a leer esto... gracias. uwu

coldest winter - seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora