𝖚𝖓𝖙𝖎𝖙𝖑𝖊𝖉 #11

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(N/A: al chile estoy bien pendeja para el smut, perdón.)

—Seonghwa, tómame.

¿Y cómo planeaba decir que no ante eso?

Una frase fue suficiente para casi poner de rodillas al más alto quien no perdió un sólo momento y condujo a ambos a su habitación, no hubo necesidad de cerrar la puerta porque no había nadie que conociera aparte de Sooyoung capaz de irrumpir en su apartamento con facilidad.

Una vez estuvieron dentro, el más bajo volvió a iniciar el beso desordenado entre ambos mientras el rubio se deshacía del abrigo ajeno y comenzaba a desabotonar su propia camisa, las manos de Yeosang seguían el recorrido de aquellos botones que eran liberados. Cuando la camisa quedó totalmente abierta se separó sólo para admirar el cuerpo ajeno.

Por Satán, era hermoso.

Las manos del pelinegro acariciaron el abdomen ligeramente marcado del otro chico mientras ambos simplemente se veían al mismo tiempo y las manos del moreno acariciaban al pálido con delicadeza como si se fuera a romper.

Después de unos segundos de miradas ambos reconectaron sus labios de una forma más suave. No había prisas, sólo ellos dos siendo iluminados por el atardecer que se colaba por la ventana.

Seonghwa giró a ambos, de tal manera que ahora Yeosang se encontraba caminando hacia atrás mientras seguía el suave beso que había iniciado. En cierto punto topó con el borde de la cama y cayó sentado en ella.

El rubio lo observó por unos segundos antes de volver a acercarse, moviendo hacia atrás a su compañero hasta que éste tocó con su espalda el colchón. Aprovechó este momento para deshacerse de su camisa y comenzar a desabotonar la ajena.

Yeosang sabía que su cuerpo no era la gran cosa pero las miradas y caricias del contrario lo hacían sentir como todo una obra de arte.

El moreno colocó ambas de sus piernas a cada lado del cuerpo del más bajo, inclinándose para besar la piel ahora descubierta, provocando suaves jadeos por cada mordida que daba.

Finalmente topó con el pantalón del chico y miró a este mismo, su cabeza apoyada en la almohada al igual que sus manos mientras sus pestañas reposaban sobre sus mejillas.

—Sí alguna vez quieres parar sólo dime.

Susurró cerca de su oído antes de comenzar a deshacerse de ambos pantalones y ropa interior, sólo en ese momento el pelinegro abrió sus ojos, jadeando a la simple vista.

—Yo... en realidad no tengo nada para esto, hace tiempo yo- eh, ¿te-

—No, me molesta, Seonghwa.— La voz del pelinegro salió tranquila, pegada con una sonrisa la cual tranquilizó al más alto quién depositó un casto beso en los labios ajenos, éste mismo acercó tres de sus dedos a la boca del pálido.

—Chupa.— Ordenó bajo la atenta mirada del de ojos grises, quién no opuso resistencia alguna ante el que lo observaba apoyado con su mano al costado de su cabeza.

Al terminar, lo siguiente que sintió fue una presión en su parte baja.

—Relajate.— Susurró el mismo que levantaba las caderas del pálido y se posicionaba detrás de él.

Tomó un par de minutos para que el más bajo se acostumbrara a la intrusión de los dedos del chico en esa parte. Ya que estaba algo expandido venía lo complicado.

Seonghwa se colocó y empujó suavemente, sacando varias quejas y gemidos por parte del que se encontraba recostado.
Poco a poco se introdujo completamente, notando el malestar en el rostro ajeno, por lo que se acercó a este mismo y retomó los besos que aquel había empezado.

coldest winter - seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora