𝖚𝖓𝖙𝖎𝖙𝖑𝖊𝖉 #7

1K 167 37
                                    

La luz natural comenzaba a ser reemplazada por todas las luces que el centro comercial y sus locales habían puesto como decoración. Grandes imágenes de un señor vestido de rojo con una gran barba blanca llenaban los espacios al igual que el color rojo y verde.

—Hay mucha gente... Toma mi brazo y no te pierdas ¿sí?

Aunque la voz del rubio sonaba un poco severa, hizo lo que ordenó, su mano (que ahora notaba, era pequeña) tomó el saco que el chico portaba, siguiéndolo ciegamente.

—No tengo mucho dinero así que... ¿está bien si sólo es un pantalón y una playera?

Al pelinegro realmente no le importaba, si era sincero, de cierta manera le molestaban las prendas, pero el clima era bastante frío y el exibicionismo un delito así que se limitó a asentir.

Ambos recorrieron el centro hasta llegar a una tienda de ropa, ubicándose en la sección que buscaban.

—¿Cuál es tu talla?

Ambos se miraron mutuamente, de nuevo, un silencio los rodeaba a ambos.

—Uh, no lo sé.

A diferencia del primer día, la voz de Yeosang sonaba avergonzada, su mente se hacía consciente de todos los inconvenientes que le estaba causando al más alto y los sentimientos que mencionó Wooyoung quizás también estaban afectando.

El rubio se limitó a pensar un poco y tomar una bocanada de aire.

—¿Qué tal si tomo una talla menos que la mía y te la pruebas?

—¿Probarmela?

—Sí, hay probadores, anda.

De nuevo, una sonrisa se mostraba en el rostro del moreno quien apretaba un pantalón contra el pecho de su compañero.

—De acuerdo.

El más bajo tomó el pantalón y se dirigió al lugar que le habían mencionado, encerrándose en una de las cabinas.

En el espejo pudo notarse de cuerpo completo, sin embargo lo que más llamó su atención fue su rostro, sus ojos ya no se veían rojos ni hinchados, sus mejillas portaban un rosa natural y su piel era menos pálida que antes.

Sabía que era malo, el hecho de que su aspecto se volviera cada vez más vívido significaba que su parte humana tomaba cada vez más control y realidad sobre él, tenía que ser cuidadoso con no dejar que los sentimientos y emociones tomaran parte de su mente.

Una vez tuvo sus pantalones colocados, pudo ver la diferencia entre esos a su medida y aquellos que le quedaban más grandes.
Decidió salir, notando como Seonghwa jugaba algo en su celular sentado en los sillones que habían, al notar la presencia de alguien frente a él, alzó la mirada y el pelinegro no pudo descifrar aquella reacción.

—Creo que están bien... ¡Espera! Veré si hay manera de que te los lleves puestos.

Después de un rato, Seonghwa solucionó el problema y ambos salieron de la tienda en silencio después de elegir una playera simple blanca para acompañar.
Durante su recorrido de regreso, la temperatura comenzó a bajar considerablemente, el viento movía los cabellos de ambos chicos y sus bufandas.

Al cruzar la calle, la mirada de Yeosang captó a una mujer sentada en el asfalto, su mano se extendía a cada persona que veía. Una de esas siendo Seonghwa, pero éste a comparación de los demás que pasaban por ahí se detuvo con el pelinegro siguiéndolo y mirando expectante.

El rubio sacó un billete de su monedero y lo depositó en la mano de la mujer que se deshacía en agradecimientos, aún así, éste mismo no se limitó a eso y se quitó la bufanda, colocándola al rededor del cuello de la mujer.

coldest winter - seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora