𝖚𝖓𝖙𝖎𝖙𝖑𝖊𝖉 #10

997 160 70
                                    

Al llegar al apartamento, ambos chicos comenzaron a decorar este mismo, no sin antes limpiar a petición de Seonghwa, quien decidió colocar villancicos para adaptarse a las fechas, suponía el más bajo.

Quizás ambos habían tomado mucha confianza ya, pero el rubio se encontraba armando el árbol, cantando en voz alta junto con Mariah Carey mientras el pelinegro pegaba adornos y luces por todas las paredes. Yeosang debía admitir que la festividad le estaba dando un poco de calidez a su alma, se sentía muy extraño pero realizado.

Una vez las luces estuvieron puestas y funcionales, ambos hombres se dedicaron a decorar el árbol.

—¿Haces esto todos los años?— Preguntó el más bajo.

—Sí, claro.

—¿Solo?

Aunque la pregunta no fue malintencionada, sí había tomado por desprevenido a Seonghwa. Su carrera consumía mucho de su tiempo y energía, no recordaba cuándo fue la última vez que había pasado una navidad con su familia. No, de hecho sí lo recordaba, pero le dolía no poder ir con ellos así que mejor lo evadía.

—Sí, te acostumbras a ello.

—No lo creo.

Aquella respuesta atrajo la atención del rubio, dando como resultado que se miraran mutuamente.

—Es decir.— Aclaró Yeosang. —La interacción con otros individuos es casi una necesidad ¿no? ¿Por qué no vas a casa de un amigo o tus padres?

—Mis padres... bueno, mi padre no nos toma más en cuenta y mi madre no puede ni verme, por eso espero que al menos con esta carrera le de una satisfacción en la vida.

—¿Qué pasó con tu madre?— El chico no sabía porqué de repente estaba tan interesado en la vida de aquel que lo había acogido. Pero a este punto ya había dejado las esferas de lado.

—Cuando...huh, les dije que me gustaban los hombres, de alguna manera compliqué las cosas entre los dos, cosas que de por sí estaban mal las hice muchísimo peor y terminaron por separarse. Mi madre cree que fue mi culpa.

—¿Sólo porque te gustan los hombres?

Pará Yeosang era extraño ver cómo cosas tan vanales como los gustos complicaban las cosas para los humanos, provocaban peleas, rechazo, inclusive crímenes. Para alguien como Yeosang eso era lo menos que importaba, había cosas peores que sólo... amar y ser amado.

—Sí... pero está bien. Estoy tratando de hacer las cosas bien.— Con una pequeña sonrisa regresó a colocar listones de colores vivos alrededor de su árbol de navidad, como solían hacer en su casa.

—Pero lo estás haciendo.

Y realmente no estaba siendo amable, sólo honesto.

Sin embargo a los ojos de un hombre que no ha conocido la personificación del mal en persona era lo más bonito qué alguna vez pudo haber escuchado, provocando una sonrisa sincera en su rostro y mejillas coloradas en ambos.
Continuaron colocando artefactos en aquella copia de un árbol hasta que lo último que restaba era la estrella.

—Tú deberías colocarla.— Mencionó el rubio.

—¿Por qué?

—Porque gracias a ti finalmente no estoy pasando la fecha más familiar del año solo.— Sus labios formaron una sonrisa tímida mientras sus mejillas se tornaban rojas ante lo que era probablemente lo más cursi que haya dicho.

—Ni siquiera alcanzo.

Definitivamente no era la respuesta que quería pero sí la que esperaba de alguien como Yeosang o más bien de Yeosang. No creía conocer a alguien tan extraño como él.

coldest winter - seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora