coldest winter - seongsang

fool me, fool me, go on and fool me #24

"Un cuerpo fue encontrado esta mañana en las calles cerca del complejo de departamentos del distrito 2, la policía sospecha que fue un intento de robo, sin embargo, ninguna de las pertenencias de la víctima desaparecieron y a su lado yacían ropas que parecían pertenecer a una persona desconocida, en el bolsillo de estas mismas prendas se encontraba una foto de la víctima con un hombre que sus amigos reconocen como el novio del cual se desconoce su paradero.

Sin duda, el invierno más frío para sus amigos y familiares".

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—¿Extrañas a Jacob?

Yeosang recostaba su cabeza en el hombro del rubio, ambos estaban arriba, lo que se podría decir el borde del paraíso, o simplemente arriba, como Yeosang disfrutaba llamarle.

—Bastante, pero yo sé que lo está haciendo bien, me aseguraré de cuidarlo más, creo que aún está con Sooyoung, ambos la pasaron mal ese día y se encontraron.

Seonghwa jugaba con los dedos ajenos mientras ambos veían las nubes que impedían el paso hacia el mundo terrenal.

—Todos la estamos teniendo difícil.— El pelinegro suspiró y pegó más su rostro al cuello del moreno.

—¿Ya te dijo?— Preguntó un poco nervioso Seonghwa a lo que él contrario sólo asintió.

—Dice que no puedo hacer bien mi trabajo si tengo buenos sentimientos en mí, pero tampoco es momento de buscar un reemplazo. Todo esto casi se va a la mierda cuando me perdí en la tierra, perder a cualquiera de nosotros desataría una catástrofe.

—Siempre se puede separar la vida personal del trabajo ¿no crees?

Ambos se dirigieron la mirada, Yeosang bajó la vista a sus labios por unos segundos y suspiró sólo para desviar la vista.

—El problema es que no tengo vida personal y esto no es un trabajo, es... simplemente lo que hago.

La voz de Yeosang salía suave y quebradiza, realmente no quería abandonar a Seonghwa, pero al parecer su Padre no le daba otra opción.

—Él cree que se me va a ablandar el corazón contigo.— Añadió el pelinegro y de nuevo lo miró, sus manos acunaron el rostro ajeno.

—Las almas con las que tratas están ahí por una razón ¿no? Es el castigo divino, está bien, es lo que se decidió.— Seonghwa colocó sus manos sobre las del chico y acarició éstas.

—Ya lo sé, están ahí por las cosas que hicieron.— Respondió confundido Yeosang.

—Entonces, ¿no crees que es mejor sabiendo qué es lo bueno y qué es lo malo? Quién es bueno y quién es malo.

—¿A qué te refieres?

—Tú me conoces... ahora estoy aquí con...éstas— Las alas de Seonghwa se extendieron unos segundos. —Porque hice las cosas bien... ahora que conoces a las personas buenas ¿No te inquietaría que todos fueramos al mismo lugar? Para eso estás tú, ayudas a que la gente buena tenga lo que merece, al igual que la mala. No sólo haces tu trabajo por tu propio rencor, ahora también tienes el de los demás.

El pelinegro calló unos segundos tratando de comprender las palabras del chico. Desde que lo conoció nunca quiso dejar de hacer lo que hacía por él, inclusive ahora, no quería dejar de hacer lo que hacía, por él y su familia, por los amigos de Seonghwa que se habían vuelto suyos en muy poco tiempo.

Antes hacía lo que hacía sólo porque sí, ahora tenía un sentido de justicia.

—Tienes razón.— Ambos se sonrieron, sus manos unidas bajaron al regazo de Yeosang.— El punto es convencer a los que toman la decisión.

—Yo me encargaré.— Mencionó seguro Seonghwa, sus ojos un poco brillosos mientras se reclinaba con emoción hacia el más bajo.

—¿Lo prometes?—Contestó un poco temeroso el pelinegro, esto podría salir o muy mal o muy bien.

—Prometido.

Ambos compartieron un corto y dulce beso.

Estarían bien.

Y si así lo quería el destino, también estarían juntos.