𝖚𝖓𝖙𝖎𝖙𝖑𝖊𝖉 #16

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22 de diciembre [-3]

Los brazos de Seonghwa eran demasiado cómodos, Yeosang quería pasar una eternidad durmiendo en ellos, quizás exageraba pero en verdad quería permanecer ahí, sin embargo el insistente sonido del teléfono de casa opinaba diferente.

Ya harto y sin más ganas de dormir, abrió los ojos y se escabulló de aquel agarre hacia la cocina.

—¿Sí?— Contestó el pelinegro con la voz somnolienta.

—¿Qué es lo que haces? ¿Por qué de repente padre está hablando de un lazo entre tú y un humano?

Una voz molesta se escuchaba del otro lado y Yeosang supo de inmediato que eran de los suyos.

—¿Qué te importa? ¿Sólo me hablaste para eso?

—Suenas diferente... seguro estar allá te cambió.

—Ya Hongjoong, ¿por qué padre hablaba de eso? Se supone que así regresaría, por un lazo.— Extrañamente su temperamento se mantenía intacto, sí, el pelinegro estaba algo irritado pero no le quería arrancar la cabeza a nadie aún.

—Ah.. ¿Por qué no me estás gritando? Qué raro te has vuelto, empiezo a creer que ahora eres inferior.— La otra voz quejaba y se escuchó un suspiro de su parte. —Creo que también te hiciste más estúpido... claro que necesitabas una conexión pero ahora ese hilo está engrosando, Yeosang.

—¿Cuál es el problema?

—A veces olvido que soy el único con capacidad cerebral de todos ustedes, ugh. Significa qué- No, ¿sabes qué? no tiene sentido explicarle a alguien que no lo comprenderá. Sigue cogiéndotelo.

La llamada culminó tan dulce como empezó, el pálido sólo suspiró y acomodó su cabello con una mano.

Las emociones humanas se veían demasiado simples y banales desde afuera, sin embargo cuando comenzaba a experimentarlas era distinto.

Tomó su cabello entre sus manos y tiró, mientras su espalda tocaba con la barra, otra vez se sentía culpable, debía alejarse, el ser feliz nunca había sido para él y tenía que comprenderlo. Quizás él ser infeliz sería la única manera de salvar a aquel que amaba.

—¿Yeosang?

La voz del rubio lo sacó de sus pensamientos, provocando que dirigiera su mirada a este mismo, quien al notar su expresión se acercó de inmediato, rodeando su cintura con sus brazos.

—Cada que recibes una llamada te pones mal...— Comentó el más alto.

—Nunca son buenas llamadas.— El pelinegro ocultaba su rostro en el cuello ajeno, la vergüenza también invadía su corazón, sus ahora sentimientos eran transparentes ante aquellos con los que había estado desde que tenía conciencia. —Me hacen querer alejarme de tí.

Sus miradas se encontraron, la mirada del más pálido era triste, una expresión que nunca creyó posible.

—Tiene que ver con mi muerte ¿no es así?— Seonghwa hablaba resignado, como si ya hubiera procesado todo y sólo estuviera esperando el día.

—Seonghwa... yo debería de irme, quizás esa sea la manera en que tu puedas salvarte.— Las manos del más bajo se posaban en el pecho del contrario.— Eres una buena persona, habrán muchas personas detrás de tí, formarás una familia y yo seré un buen recuerdo.

—No.— Las manos del rubio se posaron en las mejillas del más bajo. —¿De qué sirve vivir si no es a tu lado?

—No digas eso, déjame hacer algo bien por primera vez en mi tercera vida.— Las manos de Yeosang tomaron las muñecas de Seonghwa mientras su garganta se cerraba ante el pensamiento de tener que dejar ir a aquel chico.

coldest winter - seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora