𝖚𝖓𝖙𝖎𝖙𝖑𝖊𝖉 #17

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—¿A dónde me llevas?— Reclamó el pelinegro después de unos minutos más sentado en el auto del rubio.

—Ya te dije que pronto lo sabrás.

Ambos llevaban sentados en aquel automóvil por más de media hora y quedaba más que claro que la paciencia no era el fuerte del pálido quien sólo bufaba y volvía a cerrar los ojos esperando que a la próxima vez que los abriera ya estuvieran en su destino.

Gracias al infierno, así fue, no supo cuándo ni cómo pero se había quedado dormido y al despertar se encontró con lo que parecía ser una pequeña ciudad, un pueblo, como decían allá.

—Aquí solía vivir con mi madre antes de que, ya sabes, me echara.— Una risa corta se escuchó por parte de Seonghwa quién sólo miró a través de la ventana de su auto. —Es un gran pueblo. Te va a gustar.

Yeosang tomó un momento para apreciar la carretera vacía, habían algunos locales pero la mayor parte del lugar estaba rodeado por campos verdes. Entonces se le ocurrió voltear hacia el edificio en el que Seonghwa había estacionado, haciendo que sus cejas se alzaran mientras miraba expectante al chico que se colocaba a su lado.

—Seonghwa.

—¿Sí?— Hablaba este mismo con la mirada concentrada en la mochila que colocaba en sus hombros y las llaves del auto.

—Esto es un motel.

La voz del pelinegro salió tranquila mientras las mejillas del mayor se tornaban rojas, como si hubiera olvidado ese pequeño detalle por completo al llegar ahí.

—¡No es lo que parece!— Dijo Seonghwa completamente avergonzado mientras que Yeosang sólo lo miraba como si no le creyera nada. —Verás, cuando mi madre se enojaba siempre venía acá con mi tía y mi primo, ellos son los dueños del lugar y ahora mi primo trabaja ahí. Pasaba mucho tiempo acá, de hecho.

Las cejas de Yeosang sólo se alzaron más, si es que eso era físicamente posible mientras las mejillas de Seonghwa se tornaban más rojas.

—¡No!— Trató de aclarar el rubio. —No de esa manera... yo-

—Está bien, no importa que hayas hecho ni para qué me hayas traído, no me molesta.— El pálido tomó su propia mochila mientras comenzaba a caminar al lugar. —Tonto.

El más alto sólo golpeó su rostro con su propia mano antes de entrar al lugar. Se veía silencioso y casi vacío, aunque Seonghwa sabía que no era así.

—¿En qué...— La mirada del chico que leía detrás del mostrador se alzó y destelló al notar al rubio parado frente a él. —¡Hwa! ¡Cielos, hermano! ¡Cuánto tiempo!— Ambos hombres se dieron un breve abrazo como pudieron. —Mi tía no sabe que estás aquí ¿cierto? Ah... ella estaba muy molesta la última vez que te vió, deberías ir a visitarla... mi madre está con ella en este momento así que no sé cuándo regrese pero estará encantada de verte. En fin ¿qué te trae por aquí?

Yeosang no ignoró cómo la mirada de aquel chico se posaba sobre él algunas veces. No sabía si era curiosidad o desconfianza y tampoco le importaba.

—Quería pasar unos días afuera de casa...— Seonghwa mostró una corta sonrisa y antes de que Yeosang lo notara sus manos estaban entrelazadas. —Con mi novio...— La sorpresa era una emoción presente en el resto de expectadores, sin embargo ninguno mencionó nada. —No tengo mucho dinero así que me preguntaba si podíamos quedarnos acá, sólo será esta noche.

—Oh. Sí, por supuesto, no hay mucha gente de todos modos.— Aquel detrás del mostrador le entregó las llaves al rubio, su mirada aún divagando hacia el pálido. —Me alegro por tí, Seonghwa. Cuídate.

coldest winter - seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora