𝖚𝖓𝖙𝖎𝖙𝖑𝖊𝖉 #15

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21 de Diciembre [-4]

—Es tu cumpleaños.

La voz del pelinegro salió como una afirmación que trataba de hacerse a sí mismo, su mente estaba llena de pensamientos que rondaban sobre el cumpleañero delante de él.

—Sí...— La voz del más alto salió un poco desanimada.

—No entiendo.—Ambos chicos se miraron. —¿Por qué no me echas? ¿Por qué no me alejas?— La desesperación en aquellos ojos rosas comenzaba a crecer. —Soy casi una maldición para toda tu raza ¿Por qué?

Una pequeña sonrisa adornó el rostro del rubio, Yeosang no comprendía como aún podía sonreírle en esas situación.

—Porque para mí simplemente eres Yeosang.

Las mejillas del pálido se tornaron rosas mientras el hombre delante de él aún le sonreía y ahí notó que nunca antes se había sentido tan bien ser nadie.

—Come.— El más alto sacó de sus pensamientos al pelinegro.— Se va a enfriar.

Y así hizo, esta vez sin ignorar el calor que sentía en su pecho y mejillas.

—Mañana, bueno... en unas horas tengo que ir a trabajar.

—¿Trabajar?

—Sí... te había hablado sobre eso... voy a ser un Santa provisional, el que siempre ha sido no va a poder así que... ¿por qué no? Además sólo serán unas horas.

—Oh... de acuerdo. Te acompañaré.— Respondió sencillamente, provocando una sonrisa en Seonghwa. Decidieron seguir su cena en silencio, sin embargo éste era cómodo, incluso doméstico. —Por cierto.

Ambos se miraron, una pequeña sonrisa decoraba el rostro del más alto y antes de que este supiera, unos labios se posaron en su mejilla.

—Feliz cumpleaños.

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Ambos chicos se habían dormido tarde y en la misma habitación, después de esa pequeña revelación, Yeosang decidió que debía dejar a sus sentimientos humanos ser, no había mucho tiempo para perder, así que esa noche ambos chicos se deshicieron en caricias y juramentos de amor sólo para que el sol les recordara que (tristemente) no podían permanecer así toda la vida.

El pelinegro acompañó a su ¿amante? a su trabajo en la mañana, siendo testigo de cómo éste se transformaba en un gordo barbón con traje rojo y como era de esperarse, no pudo contener su risa mientras este colocaba la barba falsa.

—No te rías.

Amenazó el más alto provocando más risa en su acompañante, aunque no podía negarlo, también se estaba riendo.

Después de eso, Yeosang pasó varias horas sentado al lado del escenario donde un enorme sillón y Seonghwa estaban recibiendo niños mientras éstos se colocaban en las piernas del chico y sus padres les rogaban para que sonrieran.

El pelinegro odiaba a los niños, no los toleraba, pero era impresionante ver cómo el rubio podía tranquilizarlos tan bien, cómo les hablaba y les sacaba una risa tanto a los críos como a los padres.

—Dime, princesita ¿Qué vas a querer de navidad?

La manera en que era tan cuidadoso con ellos sacaba una sonrisa inconsciente en el rostro del pálido.

—Es muy bueno ¿no?— Habló la mujer encargada de las fotos sentado al lado de él.

—Sí, eso creo.

—Es muy buena persona, oí que está estudiando medicina, realmente es un ángel. No importa a qué hora lo llamemos, siempre llega.

El más bajo había empezado a notar que todos tenían una opinión muy buena del chico y no era de extrañarse tomando en cuenta que metió a un extraño que conoció en la calle a su departamento.

coldest winter - seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora