𝖚𝖓𝖙𝖎𝖙𝖑𝖊𝖉 #5

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El camino fue silencioso por ambas partes, Yeosang seguía sin ser de muchas palabras y Seonghwa no quería perturbarlo así que sólo se concentraba en manejar. No era mucho de usar el auto, ya que su universidad se encontraba cerca y en realidad sólo salía cada que tenía que no llenar su refrigerador de nuevo.

Una vez llegaron a la plaza y ambos salieron del auto, comenzaron a recorrer el interior de ésta.

El de pelo negro veía a toda la gente pasar, comprar y detenerse a observar los productos, había escuchado del consumismo, mayormente porque Yunho lo detestaba con ganas, pero nunca lo había visto con sus propios ojos, mujeres y hombres cargando con bolsas enormes y abundantes de ropa y cosas que probablemente en un año estarían en el olvido.

Debía admitir, que se estaba divirtiendo un poco.

—¿Quieres una pizza?

Preguntó su guía, ni siquiera se había dado cuenta de que habían llegado a una mesa.

—Claro.

A pesar de que Yeosang no tuviera ni la más mínima idea de a qué sabía aceptó, todo lo que implicara no involucrarse mucho le sería conveniente.

Tomó asiento en aquella mesa y siguió con la mirada el corto recorrido que el rubio hizo hasta la fila, estaba simplemente parado, esperando a que fuera su turno.

Las cosas se tornaron más interesantes cuando un par de chicas se le acercaron al más alto.

"Disculpa, mi amiga dice que si le puedes dar tu número". Había dicho la más alta, mientras que la otra se aferraba al brazo de su amiga y cubría su rostro con este.

Ahora, aquí lo que le importaba era la reacción del chico, quien sólo tiñó sus mejillas de un leve rojo y asintió suavemente. Era curioso... por lo menos. Después de un rato de que las chicas se fueran, él regresó con la pizza.

Ah, ese alimento circular, servido en triángulos y que venía en un cuadrado.

—¿Eso te pasa siempre?

El más alto colocaba su plato de cartón frente a él y su respectivo vaso cuando la pregunta lo tomó por desapercibido, en sí, la voz del más pálido.

—¿Ah?

—Tu número.— Sin perder el tiempo, abrió la caja y de inmediato sus ojos se cerraron al olor. No sabía que podía tener tanta hambre hasta que olió aquel alimento.

—Ah... a veces.— Después de servir el refresco se sentó delante del chico, tomando dos rebanadas y colocándolas en los platos. Sin embargo sentía aún la mirada del chico posada sobre él. —No soy creído ni nada... sólo... me pasa.— Sus mejillas se volvieron a teñir de rojo, mientras tomaba la rebanada y daba su primera mordida.

—Seguro.— Su tono no era sarcástico, de hecho, se mostraba totalmente indiferente, su mirada se fijaba en la mano que sostenía una rebanada ya mordida, hasta que decidió imitar las acciones del rubio.

Lo que Seonghwa no sabía es que era la primera vez que Yeosang comía algo físico, los sentidos de éste comenzaron a alborotarse, provocando que unos inocentes gemidos salieran de su boca de manera involuntaria, haciendo a Seonghwa preguntarse si era la primera vez que probaba un bocado de esa marca. Vaya, no sabía que podía ser tan buena.

—Huh... ayer... dejaste el balcón abierto y se metió el gato del vecino, no me molestan los gatos pero, sólo te aviso...— Miró al chico que parecía recién haber descubierto la pizza y desconocer por completo al sujeto enfrente de él. Suspiró y volvió a intentar —Yeosang...

El chico lo miró con mejillas llenas y ojitos brillantes, provocando que una pequeña sonrisa se mostrara en el rostro ajeno.

—Yo... no me malentiendas, no me quiero deshacer de tí, pero... ¿cuánto tiempo te planeas quedar?

El semblante del peli negro cambió, terminó su rebanada y miró su plato, evitando los ojos del de en frente, esperaba lograr que se compadeciera con él, si lo echaba de su casa estaba frito.

—No me he logrado comunicar con nadie... en verdad no puedo regresar, no hay nada ni nadie que me lleve, en verdad lo siento, entiendo si quieres que me vaya, es tú lugar después de todo.

Su voz había salido más suave de lo esperado mientras el corazón del chico delante de él saltaba un poco, tenía ganas de apretar su hombro y decirle que todo estaría bien. No lo conocía pero podía ver que tenía muchos problemas que arreglar.

—¡No! Para nada...— Esto logró atraer la mirada del más bajo, quien aún parecía estar en blanco en cuanto a emociones. —Sólo es bueno saber para prevenir, comprar más comida y esas cosas. Además creo que un poco de ayuda con la limpieza compensaría todo.

Un pequeño suspiro de alivio dejó la boca de Yeosang, quien retomó su comida y antes de dejar de mirar al estudiante murmuró un "Gracias" que aunque fuera casi interceptible, sonaba sincero para Seonghwa.

coldest winter - seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora