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Taehyung se recuerda a sí mismo estando más pequeño.

Tenía cinco años y era el cumpleaños de su madre, él había pasado muchas horas haciéndole un dibujo acompañado de una pequeña carta la cual sólo tenía la palabra "mamá" garabateada. Lo que sus pequeñas manos podían permitirle. Recuerda lo feliz que se sintió al ver los ojos de la mujer iluminarse hasta ser empañados por lágrimas de alegría y lo cálidos que se sintieron sus besos en ambas mejillas y la frente.

Porque Taehyung recuerda con nostalgia aquel entonces en el que su madre le llenaba de besitos el rostro y apreciaba sus dibujos.

El lienzo blanco frente a él empieza a ser manchado con líneas guías.

Ahora Taehyung tiene siete años y salió de compras al supermercado con su mamá. No había un solo lugar público en el que la mujer no se encontrase con algún conocido que por supuesto, Taehyung desconocía. Mientras ella saludaba, regalaba sonrisas y platicaba sobre cosas a las que el pequeño no prestaba atención, él solía pensar que su mami era toda una celebridad.

Todas las personas lo notaban pero no le hablaban directamente, decían cosas como "Taehyungie está creciendo rápido" o "estás haciendo un buen trabajo", hasta que llegó el día que una mujer pareció interesarse genuinamente por él.

—Y bien Taehyungie, ¿Qué quieres ser de grande? —los ojitos del pequeño se ampliaron ante la pregunta pues nunca antes se lo habían cuestionado. Recordando sus actividades favoritas, lápices llegaron a su memoria, separando sus labios ante la sorpresa de la repentina iluminación de sus pensamientos.

—¡Artista! —chilló con emoción, la mujer sonrió enternecida.

—Entonces felicidades por el pequeño artista —quizá la sonrisa de su madre tembló un poco tras asentir ante las palabras de su vieja amiga, pero Taehyung aún era un pequeño soñador como para percatarse.

Las líneas han llegado a su fin, ansiosas por ser portadoras de vivos colores que acentúen y realcen la bella silueta de los rasgos femeninos. Esperando exhibir con orgullo a la mujer más importante de su vida.

Su octavo cumpleaños es el que tiene más presente, pues luego de meses en los que las correcciones de su madre en cuanto a qué quiere ser de grande aumentan, llega aquel momento en el que él mismo declara su sentencia frente a su familia. Su primera grieta.

Y mientras un Taehyung con ocho años recién cumplidos sopla sus velitas de cumpleaños, un Taehyung de doce se pregunta cuándo fue el punto de quiebre. En qué momento de su vida su madre empezó a alejarse.

Azul, negro y blanco se adueñan de la escena, la mujer es pintada con precisión, sin dudas ni temblores. Un tono chocolate adorna sus labios mientras un sencillo vestuario le cubre el cuerpo. Taehyung sigue pintando.

Con diez años se encuentra haciendo cuadros en secreto; de todo tipo. Paisajes, figuras, sueños y anhelos. Aunque últimamente se encuentra especialmente interesado en las personas. No tiene musas a quienes plasmar así que inventa a sus propios modelos. Mujeres de caderas exuberantes que no remueven en él ni un solo cabello pero le resultan hermosas. Paisajes que lo invitan a soñar con un mundo mejor y figuras que le quitan el aburrimiento.

Pero hay algo más. Algo nuevo.

Un secreto incluso mayor que aquellas tardes de encierro creativo. Taehyung ha tenido un sueño, y ha invertido casi todo el día para plasmarlo en lienzo. Cuando termina y observa su obra la respiración se le corta, las manos le sudan y siente el rostro arder en llamas. Está avergonzado, pues piensa que nunca ha visto a un hombre tan bonito.

Los pinceles comienzan a estorbarle, los deja a un lado empezando a usar sus dedos. No le importa mancharse, pues la sensación fría sobre la yema de los mismos y los restos de pintura enterrada en sus cortas uñas le parece encantador. Pero se siente repentinamente dubitativo. Algo no parece correcto. Aquel rostro no le resulta familiar.

Trata de rememorar años más atrás, aquellos en los que necesitaba ayuda para todo, unos brazos eran su escondite y los foquitos de navidad su espectáculo favorito. No lo consigue. Solo logra recordar fugazmente una cabellera rubia que lo hace cuestionarse porqué su madre no ha vuelto a teñirse de ese color. Quizá el tinte negro verdaderamente es difícil de sacar, tal como ha escuchado de varias mujeres.

Termina. Da varios pasos hacia atrás para poder apreciar con mayor detalle el cuadro.

Taehyung tiene doce años y ya no reconoce a la mujer que tiene frente a sus ojos.

[...]

¡MIL GRACIAS POR LAS 2K LECTURAS! ADBKAJDBRSSKIEHCSL <3

(Este capítulo es de mis favoritos, lloro)

Artista » KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora