Capítulo 2

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No fue fácil esquivar a la gente y a las locas fanaticas del Chico Estrella que iba tan pegado a mi espalda que podía sentir el calor de su cuerpo emanando de él.

Pareciera que trataba de ocultarse detrás de mí, y no lo culpo si un montón de chicas locas me persiguieran por toda la cuidad también huiría de ellas.

No podíamos entrar por la puerta principal del restaurante, mucha gente nos vería, así que tome una ruta alterna, tome una calle por detrás del restaurante hacia la puerta que deba al callejón y por donde llegaba la mercancía.

-¿A dónde me llevas?- era la primera que hablaba desde que hubiéramos salido del callejón y hubiera decidido ayudarle después que me pagaría muy bien si lo ayudaba.

-¿Hasta ahora lo preguntas?- le dije sin voltear a verlo

-Bueno, considerando que te veías muy feliz en querer ayudarme...

-Recuerda que hago esto por qué sé que me pagarás- le recordé.

Gente famosa como el, era seguro que no le preocupaba el dinero ni en donde lo derrocharía, era seguro que no le importaría pagarle a una chica por un poco de ayuda.

-Así, el dinero. Después de que haga mi llamada y me ocultes muy bien te pagaré- sonó irritado.

Idiota.

Me detuve antes de cruzar una calle pero el Chico Estrella no se detuvo a tiempo y chocó por segunda contra mi.

-Hey- me quejé

-Lo siento- su voz sonó ronca y muy cerca de mi.

Negué con la cabeza, solo unos metros más y podré deshacerme de él. Me asomé por ambos lados de la calle, asegurándome de no ver a las chicas locas que estaban detrás del Chico Estrella

-Bien, no hay moros en la costa- lo jale de la manga y lo apresure a cruzar la calle empedrada hasta llegar al otro lado y por fin acercándonos a la puerta trasera del restaurante.

-¿Qué es este lugar?- me preguntó antes de cruzar la puerta

-Un lugar donde estarás seguro- le conteste

Eso, antes de que te vea mi prima, pensé.

Lo anime a entrar y cuando pasó yo lo seguí cerrando la puerta por detrás de nosotros.

El olor a comida inundó el lugar, aceite, especies, mantequilla derretida, ajo y limón, y poco de vino.

La cocina era lo suficiente grande para que varios cocineros trabajarán en el lugar, pero no lo demasiado pues trabajaban algo apretados.

-Por aquí- le dije y lo pase de lado guiándolo por el lugar.

Por suerte los cocineros no nos prestaron atención, creo que ya estaban acostumbrados a que yo apareciera por aquí de ves en cuando con algún chico.

Atravesamos la cocina, y cuando estábamos por pasar a donde se encontraban las mesas, lo empuje de regreso hacia la cocina

-¿Qué sucede?- preguntó sin entender

-Hay varias personas y no es buena idea que te vean aquí.

-¿Y entonces ahora que?

Voltee a ver a todos lados, tratando de encontrar algo que pudiera ayudarnos, hasta que vi la puerta que estaba a nuestro lado.

-Ven, aquí- le dije y abrí la puerta del almacén donde guardábamos la mercancía.

-Estas loca- me dijo volteándome a ver cómo si realmente lo estuviera

Amor a la Italiana (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora