Capítulo 23

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¿Qué pasa cuando dejas entrar una persona en tu vida? ¿Qué pasa cuando te empieza a conocer? Tus secretos, tus sueños, tus manías y tus más absurdos gustos. ¿Qué pasa con eso? ¿Acaso no le das el poder de destruirte? Con una simple palabra o acción puede hacer que tu mundo se estremezca o se derrumbe por completo.

Y yo le había dado ese poder a Chris, y por extraño que suene no me sentía vulnerable, me daba miedo, sí, pero era porque jamás le había dado el control a alguien más, pero cuando estaba junto a él me hacía sentir segura y completa. Era extraño, pero me gustaba esa sensación de tener a alguien a mi lado, saber que podía contar con el, pero eso no cambiaba el hecho de que tenía poder sobre mí, que tal si...

–¿Entonces qué dices?– me dice Sofía a mi lado

–¿Que?– no había escuchado lo que me llevaba diciendo hacia minutos.

–Sobre Kyle y yo... –me dice– Ahora que viajamos hacia La Toscana me pidió que tuviéramos una cita y...

–Y...–la anime a que continuará, aunque pensándolo bien no quería que lo hiciera, sabía por dónde iba su conversación.

–Ay Estef...creo que estoy lista.

¡Pero qué diablos!

Me levante del asiento y empecé a caminar por todo el autobús en el que íbamos.

–No quiero saber a lo que te refieres con eso, aunque ya lo sé muy pero es que tú...–me detuve para girara a verla, parecía un pequeño corderito con esos ojos enormes y su cara angelical, tan pequeña y frágil, no me podía creer que había crecido y ahora me decía que estaba lista... ¿Lista para que? Si apenas ayer era una pequeña niña que corría por toda la casa con su pijama de conejitos y saltaba como una rana por la sala, de sofa en sofa.– Tu...– me quede sin palabras.

–Estoy lista y aunque sé que tal ves lo que tengo con Kyle será algo corto y pasajero, quiero que sea el el primero.

–Pero...– ay mi pequeña Ardilla, ¿En qué momento creció tanto?

–¿Como supiste que estabas lista?

Ahora que la miraba me daba cuenta que ya no era la misma niña de hace unas semanas, había madurado, crecido ante mis ojos y yo no me había dado cuenta, todo porque la daba vueltas sobre cierta personas, y aquí estaba yo, parada en medio de un lujoso autobús mirando a mi prima a quien amaba como una hermana mientras ella me decía que estaba lista para su primera ves.

–Yo...–suspire y me acerqué a ella– Bien sabes que mi primera ves fue en una borrachera y con un tipo al que había conocido unas horas antes, no fue como en los cuentos de hadas, no hubo fuegos artificiales ni mariposas que revoloteaban al rededor, solo fue algo de unos 15 minutos y que lo hice para joder a mi padre.

Me senté a su lado, sabía que esto era importante para ella y eso lo hacía importante para mí.

–Yo no soy la mejor para  contarte esa experiencia, pero lo que sí te puedo decir es que solo tú sabrás si es el indicado, si estás lista para ese paso, y él tiene que respetarte en todo momento, tus decisiones y lo que quieres... Aunque pensándolo bien habrá momentos en que te gustara que el....– sacudí la cabeza y me volví a concentrar– solo digo que has de este momento inolvidable, aunque también debo decirte que si te lastima yo personalmente te tiro los dientes.

Sofía sonrío y después soltó una carcajada.

–Un momento de seriedad y al siguiente una amenaza, solo tú puedes hacerlo.

–No es una amenaza, es una advertencia, y son cosas muy diferentes.

Nos abrazamos y después ambas subimos los pies a la mesa que teníamos frente y miramos a nuestro al rededor.

Amor a la Italiana (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora