Capítulo 6

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Los ojos de mi prima casi se salen de su órbita cuando le entregue el sobre y vio lo que había dentro de él.

-¿Qué hay ahí?- le pregunte desde mi silla del otro lado de la mesa.

Era la hora de nuestro descanso y siempre lo aprovechábamos para pasar tiempo en el patio del hotel, donde había mesas y sillas para poder estar bajo el sol y poder estar lejos del bullicio de gente que rondaba por las calles.

-Nada- dijo rápido y lo cerró de nuevo, pero la sorpresa y la euforia no cabía en ella.

Ella miente.

-Claro- entrecerré los ojos tratando de adivinar que es lo que me ocultaba.

Pero lo dejé pasar, de seguro era algún disco autografiado y fotografía de la banda, algo que lo más seguro es que no me interesaría.

Me concentré un momento más en mi dibujo, ahora plasmado en las hojas de mi cuaderno el jarrón que tenía frente a mi, cada trazo, cada sombra y líneas que dibujo deben de estar en sincronía, en perfecta sincronía. Pasé a la siguiente página y ahora dibujo la mesa en la que estamos rodeada de sillas y en una de ellas mi prima, la dibujo a ella con el sobre en las manos y su rostro iluminado de alegría y juventud.

Los dibujos que había hecho anoche ahora se encontraban en lo más recóndito de mi armario, había tomado la decisión de deshacerme de esas hojas, pero antes de romperlas y tirarlas a la basura me di cuenta de que eran unos excelentes dibujos, dibujos que nunca verían la luz de sol, por eso los había tirado al fondo de mi armario, donde nadie los vería.

-Estef- me llama mi prima pero yo no despego mis ojos de mi cuaderno, estoy demasiado concentrada- Estef- me vuelve a llamar

-¿Qué pasa?- le digo aún sin verla

-Este es nuestro ultimo verano juntas- su voz es dudosa y tímida.

-Lo sé- le contestó ahora poniendo más atención a sus palabras, dibujando un poco más lento.

No había querido pensar en esa inevitable verdad, si entraba a la universidad ya no podría venir más, ya no vería a Sofía ni a m i tío, ya no trabajaría en el hotel o en el restaurante, ya no podía disfrutar de la tranquilidad y soledad que tenía el estar aquí, en el patio, dibujando sin tener que preocuparme ni pensar en lo que me esperaba al volver a casa.

-Es nuestro último verano, pues ya no vendrás más ahora que entres a la universidad

-Aun no me han aceptado- le recordé

-Pero lo harán- me afirma- Entraras a la universidad y ya no vendrás a vernos más, harás nuevos amigos, estarás ocupada con tus estudios y siendo la mejor pintora y artista de todos los tiempos- alzo la vista de mi cuaderno y la miro esperando saber a dónde quiere llegar con todo esto

-Sofi... -le digo sin comprender

-Es nuestro último verano juntas y quiero que pasemos el mejor verano de nuestras vidas, juntas.

-¿A dónde quieres llegar con esto?

-Podría ser nuestro último verano juntas, entraras a la universidad y ya no podrás venir a vernos, te la pasarás estudiando y ya no podremos pasar tiempo juntas, creo que esto sería bueno para las dos, nuestro ultimo viaje juntas, lo pasaremos genial.

-Espera, dijiste ¿viaje?

-Quiero hacer un viaje por toda Italia, tú y yo, juntas.

-Pero has vivido aquí toda tu vida, ¿Para qué quieres conocer más Italia?

Esta idea que se le metió en la cabeza no tiene ni pies ni cabeza.

En definitiva, Sofía siempre era la de las ideas espontáneas, yo era mejor para ser calculadora y con la cabeza fría, los pies sobre la tierra.

-Sofía, quedan dos meses enteros para que se acaben las vacaciones

-Lo sé, lo cual es mucho mejor, lo disfrutaremos al máximo. Ya hablé con papá y él me apoya, dice que él puede contactarse por amigos para que nos den hospedaje y...

-Sofía- la detengo antes de que todo está idea se le suba más a la cabeza- No podemos irnos así como así, y además a dónde iremos, las cosas no son tan sencillas.

-No te preocupes por eso, yo me encargo de todo

-¿Tú?

-Soy muy capaz de organizar una salida como esta- sonó dolida.

-No lo sé, Sofía. Porque no mejor nos quedamos aquí y disfrutamos de lo que queda del verano.

Ella hace un puchero y me mira a través de sus pestañas, sus ojos se ponen brillosos y grandes.

Diablos

-No me mires de esa forma- le digo

-Será nuestro último verano juntas

-¿Acaso me estás chantajeando?

-¿Porque? ¿Está funcionando?

-Te has vuelto buena, me pregunto quién te enseñó

-Una chica terca y obstinada- se encoge de hombros- Se la pasa de mal humor y pintando por doquier, y según mi árbol genealógico es mi prima.

Suelto aire y dejó caer mis pies de la mesa, ¿no se porque ahora se le metió esto en la cabeza? Es cierto que si entro a la universidad ya no podré verlos muy seguido, ya no podré venir y disfrutar de esta paz, ¿Pero en serio me iría de viaje por toda Italia? Y además, ¿Ir a donde? ¿Porque mi prima siempre me salía con ideas como estas? ¿Cómo siempre me arrastraba a esto? Sabía que mi tío no la dejaría ir sola, yo tendría que ir con ella en este fatídico viaje.

-¿Si sabes que soy mayor que tú?- le digo dándome por vencida

-Solo por un año- me recuerda

-Y aun así sabes cómo chantajearme- me cruce de brazos

-Aprendi de la mejor- se encoge de hombros y toma una manzana para después llevársela a la boca

Ay Sofía, ¿En serio me harás hacer esto?

-Y ahora me arrepiento de haberte enseñado- me restriego las manos en la cara y después río bajo- Bien- digo al fin- ¿Cuándo nos vamos?

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Buenas noticas

Doble actualización!!

Corran al siguiente capítulo

Amor a la Italiana (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora