Capítulo 18

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La noche en Venecia era tranquila, agradable y fresca y había mucha gente caminando por las calles.

Caminábamos muy cerca de los edificios, cerca de las sombras como si tratáramos de ocultarnos, pero por nuestras risas y murmullos, por nuestras pisadas era más que obvio que andábamos de un lugar a otro, veíamos a algunas chicas con las camisas de la banda del Chico Maravilla y cuando pasaban cerca de nosotros simplemente nos acercábamos más de lo normal o nos abrazábamos, si alguien nos viera diría que fuéramos una pareja que caminando entre las calles de Venecia.

-Ya dime a dónde vamos- le susurré

-Oye déjate llevar por el momento.- me tomo de la mano y corrimos por una calle hasta llegar a una de las góndolas.

-¿Qué hacemos aquí?- pregunté mientras Chris subía a una góndola

-Sube- negué con la cabeza- sube- repitió

-No me gusta ir en un pedazo de madera flotando sobre el río

-Estaras bien

-No lo haré.

-Le temes a las alturas y ahora me dices que le temes a una góndola

-No es la góndola a lo que le temo, es a la idea de que alguien más va manejando y dirigiendo por donde voy.

-Siempre quierendo tener el control.

-Si bueno... no voy a subirme a eso

Unas chicas rieron por la misma calle en la que habíamos salido y caminaban hacia dónde estábamos, pronto llegarían a nosotros y podía ser que fueran fanáticas o no, pero no podía correr el riesgo.

Diablos

-Si no subes tendremos que correr- me extiende una mano para ayudarme a subir a la góndola.

La miro con mayor detenimiento, es larga, como de unos cinco metros de largo, pintada de negro y un par de filas de asientos acolchonados, había un hombre en ella que sostenía un gran palo de madera que desaparecía dentro del agua y tenía que bajar un par de escalones para poder subir a la góndola.

-Yo...- oh mierda.

Extendí mi mano y tome la suya, en cuanto subí la góndola se meció y casi me cuelgo del cuello de Chris, el se rió cerca de mi oído y me hizo cosquillas en la piel, pero en cuanto lo mire a los ojos y vi en brillo en ellos me separe de él y me sacudí la ropa como su tuviera polvo encima y solo por eso él se rió más alto.

Me senté en uno de los asientos y él se sentó al lado mío

-Oye hay límites- le dije refiriéndome al poco espacio que había entre nosotros.

-No hay muchos lugares donde sentarte aquí.

-Si, pero...

La góndola se empezó a mover y pronto empezábamos a pasar por las calles de Venecia, íbamos lento y tranquilo.

-Tranquila, mantendré mis manos lejos de ti.- levanto amabas manos en señal de rendición.

El viaje en góndola duro lo suficiente para que al final me acostumbrará a la presencia de Chris y su cercanía, y para cuando termino y él se alejó de mí casi lo arrastró de nuevo a mi lado para que pudiera sentir de nuevo el calor de su piel, pero me retuve a hacerlo, aún cuando mis manos picaban y el frío se propagó por todo mi ser.

-Ven- me dijo y me ayudó a bajar de la góndola

-Y ahora a donde- pregunté solando su mano, él no volvió a tomarla

Amor a la Italiana (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora