Capitulo 5

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Solo unos minutos más era lo que tenía que soportar, solo unos miserables minutos, eso era, lo podía lograr, solo tenía que ignorarlo, ignorar su estupida cara, su estupida mirada, su estupida colonia y su estupida presencia.

Era una suerte que los vacacionistas que se habían hospedado no lo habían reconoció y que así como llegaban y dejaban sus cosas se iban para recorrer las calles de Verona.

En verdad era una suerte, porque no sé qué excusa hubiera inventado.

Ahora solo reinaba el silencio y la paz por todo el lugar hasta que el Chico Maravilla salió de la cocina con un Sandwich en las manos.

Adiós paz y tranquilidad.

-Me preguntó si me extrañaras una vez que me valla- me pregunta con comida en la boca.

En verdad era odioso.

-Créeme que una vez que atravieses esa puerta te habré borrado de mi memoria- le dije sin voltear a verlo-

-Pues yo extrañare nuestras lindas pláticas- apoya sus antebrazos en mueble de recepción y se acerca a mi.- Extrañare tu sarcasmo y mal humor.

-Pues yo no extrañare nada de ti- trataba de ignorarlo y concentrarme en la computadora que tenía en frente, pero su presencia y su cercanía se me hacía imposible.

Aún cuando estaba solo revisando archivos viejos en la computadora, archivos que los había revisado ya como unas diez veces.

Él, por muy extraño que suene, era una de esas personas que notabas su presencia, como si no pudieras ignorarlo, y eso en verdad empezaba a fastidiarme.

-Por favor- dice incrédulo- Debe de haber algo que extrañaras de mi.

-Bueno... hay algo que extrañare.

¿En serio?

-¿Ha si?- alza una de sus cejas y sonríe débilmente.

-Si... extrañare...

Pero en ese momento la puerta del hotel se abre y hace sonar la campanilla que se encuentra justo arriba de la puerta.

Salvada por la campana.

Chris se reincorpora rápido y gira para ver quienes será los próximos huéspedes que ayudará a cargar sus maletas, pero quien atraviesa las puertas no son visitantes.

-Glenda- dice Chris y camina hacia la señora muy bien vestida con una cara cansada y amargada.

-Chris- le dice a modo de saludo.

-Que bueno que llegaron, empezaba a aburrirme aquí- dice y yo volteo a verlo pero niego con mi cabeza diciéndome que alguien como él encontraría cosas más interesantes que hacer con su tiempo en lugar de trabajar en un hotel.

-¿Cómo se te ocurre salir sin siquiera avisar y sin supervisión?- le dice Glenda.

La forma en que lo mira me recordó a cuando una vez caminaba por la calle y vi a una madre reprendiendo a su hijo pequeño por alguna travesura que hizo, supongo que para los ojos de... Glenda, Chris aún era un chico inmaduro por hacer cosas como estas.

Supongo que todo este asunto de su escapada les trajo mucho problema y también supongo que al final de todo el Chico Estrella no lo tenía todo, no tenía libertad si tenía que avisar a donde iba y que necesitara llevar escolta a donde fuera que iba.

-Lo siento, yo... quería recorrer la cuidad un poco antes de nuestro concierto, estaba cansado y quería espacio.

-Por tu irresponsabilidad nos hemos atrasado un día.

Tenía la leve sospecha que la tal Glenda era su manager y también la responsable de todos los chicos de la banda, algo así como su mamá postiza.

-Lo siento- dice Chris ahora serio, aunque sus manos estaban formadas en puños y si lo conociera un poco más pensaría que se está guardando mucho que decir.

-Será mejor que nos vayamos, tenemos un horario que cumplir- dice Glenda, da unos pasos hacia dónde me encuentro, que es atrás de la recepción, viéndolo todo, pero después Glenda me mira de arriba a bajo y yo mientras me trago varios insultos por esa mirada inquisitiva que me da- ¿Tú eres Estefania Núñez?- su voz es neutra y yo solo asiento,  de su bolso que trae con ella saca un sobre y me lo deja en el mueble para después dar un paso atrás- Gracias por tus servicios- dice sería y me mira con hielo en sus ojos- Espero que esto sea suficiente para que todo lo que pasó te lo guardes para ti misma.

Estiro mi brazo y tomó el sobre, lo abro y verificó que este lo suficiente adentro, alzó la vista y doy mi mejor sonrisa- Si, lo es.

Si tenía que callarme y no decir ni una palabra sobre que había tenido al mismo Chris Acosta durmiendo en el hotel para recibir un pago por eso, entonces sí, ese dinero sería más que suficiente, por ahora.

Con esto, si la universidad me aceptaba podía pagar la inscripción, ya luego me encargaría de cómo pagar cada mes.

-Vámonos- vuelve a decir, pero Chris la detiene

-¿Traes lo que te pedí?- le pregunta y ella suelta aire pesadamente para después volver a sacar otro sobre cerrado y antes de entregárselo le dice molesta

-Aun creo que es una mala idea- termina de decir y sale del hotel

Chris se acerca a mi con el sobre en las manos.

-Debo irme- suena cansado

-Si, es hora de volver a tu mundo- le digo sin humor

Me da una media sonrisa y después me entrega el sobre- Es para Sofía, dile que gracias por todo.

Lo miro confundida. ¿A qué se refiere con esto? ¿Qué hay en el sobre?

Y parece que el me lee la mente pues después de me dice

-Ella sabrá que hacer- me dice y después sus ojos se vuelven a iluminar y su sonrisa arrogante se asoma por la comisura de sus labios, es como si recordara algo malo que hizo.

-Que... -empiezo a decir pero él me interrumpe

-Debo irme- se aleja y camina hacia la puerta, pero antes de salir se gira a verme y su mirada cambia totalmente- Nos volveremos a ver

-Eso lo dudo- le digo

-No- él niega- Nos volveremos a ver- afirma- Caramelito.

Se va antes de que pueda decir algo más y veo cómo camina hacia la camioneta negra que lo espera en la calle, un hombre le abre la puerta donde adentro ya lo espera Glenda, sube sin mirar atrás y unos segundos después el auto se aleja.

Esa noche en el interior de mi habitación llene varias hojas de mi cuaderno de dibujo con sus ojos  grises, sus labios y hasta sus manos, firmes y con algunos callos en ellas por el uso de instrumentos cuando tocaba y cuando me fui a dormir soñé con el sonido de su voz.

Amor a la Italiana (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora