Capitulo 26

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Mi celular vibro sobre la mesa del autobús, colgué al instante.

–Ahora que lleguemos a Ancona– dijo Chris llegando a mi lado– creo que tenemos que compartir habitación... Ya sabes... Compartir cama, la ducha...

Sonríe al entender por dónde iba su mente.

–Creo que...– dije siguiéndole el juego– sería bueno compartir la habitación, los lujos deben ser mucho más y también la atención a la habitación.

–Oh por favor– dijo Sam desde el otro lado del autobús– podrían no comer pan frente de los pobres.

–Yo diría que es vergonzoso y aterrador– le contesto Jeremy.

Voltee a ver a mi prima quien estaba comiendo un sándwich junto a Kyle, el la miraba de una forma tan tierna y tranquila, como si su mundo girara en torno a ella.

Esa clase de amor, tan ardiente, salvaje y apasionada... Todo mundo quiera un amor como ese, que te diera tranquilidad y seguridad, que. Te hiciera sentir capaz de hacer cualquier cosa.

Mi celular volvió a vibrar sobre la mesa y esta vez lo apague.

–¿No contestaras?– me pregunto Chris.

–No– le dije y cambie a cualquier otro tema.

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La cuidad de Ancona era hermosa, tan brillo y la gente... Todo era increíble.

La habitación de hotel era más grande que todas las demás en donde habíamos estado, pero algo en este lugar, desde que habíamos entrado a la cuidad tenía un presentimiento, estaba intranquila y no me podía estar mucho tiempo quieta.

–¿Está todo bien?– Chris me abrazo por la espalda y apoyó su barbilla en mi hombro.

No me gustaba que me conociera tan bien que supiera cuando no estaba bien.

Me giré entre sus brazos y lo abrace por el cuello, pase mis manos entre se cabello.– Todo esta bien– pero dentro de mi tenía los nervios de punta.

Chris se alejó un poco de mí y me besó la frente– En unas horas tengo que reunirme con los chicos y Glenda, al parecer conseguimos un nuevo productor de música.  Y Glenda nos quiere presentar hoy en la tarde, firmar los últimos papales y... Cosas aburridas.

–Fue rápido que consiguieran ese productor de música.

–Que te digo... Somos buenos en lo que hacemos.

–No tengo nada que decir a eso.

–Que te parece... El aceptar a darte una ducha conmigo.

Me soltó y después camino hacia el cuarto de baño y en el camino quitándose la camisa y desabrochándose los pantalones.

Me mordí el labio inferior y sentí un cosquilleo dentro de mi. Chris dejó la puerta del baño abierta y en seguida escuche como el agua de la regadera salía.

Yo era un pequeño meteorito acercándose al sol, sabía que me consumiría pero quería sentir ese calor otra ves.

Ya envuelta en una toalla y satisfecha por esa mítica ducha, me miraba en el espejo y me secaba el cabello, Chris me dio un beso en la cien y salió del baño solo con una toalla envuelta en sus caderas.

Lo vi marcharse, su fuerte y ancha espalda, sus hombros y brazos con sus músculos bien marcados, y su trasero... Unos minutos antes había pasado mis piernas sobre sus caderas para sostenerme y poder sentirlo más cerca.

Sonreí cuando el recuerdo llego a mi memoria.

–Estef...–me llamo Chris desde la habitación– tu celular está vibrando, creo que es una llamada.

Amor a la Italiana (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora