Capitulo 4 Parque de Juegos y una nota

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-Hola querida, ¿lo de siempre? – Preguntó la barista tan amigable como de costumbre.

-Si me haces el favor Em. -Respondí, enseguida puso un chupito de tequia frente a mí en la barra. - ¿Y? ¿Qué hay de bueno esta noche? – Le pregunté con una sonrisa juguetona mientras observaba el lugar ya bastante concurrido.

- Ahhh tú siempre tan puntual cual reloj y directa al grano. Me agradas, ja ja ja. Aunque aún no sé cómo no te ha armado nadie ningún escándalo.

- El secreto es siempre ser directa. – respondí con mucha confianza; "y cubrirte bien la espalda" pensé.

- Pues por el bien de mi mejor clienta espero que no te falle, no me gustaría ver mi lugar de trabajo caer como daño colateral ante la furia de tus conquistas. – Respondió mientras rellenaba mi chupito.

-No te preocupes, los escándalos no me siguen. -Le aseguré mientras le guiñaba un ojo en complicidad. -Pero bueno, ¿tienes algo para mí?

-Mmmm, con tus gustos no mucho el día de hoy. Eres demasiado exigente cariño.

-Es lo que pasa cuando sabes lo que te gusta. – Respondí tras tomar el otro chupito y ella lo volvía a rellenar.

-Ya, seguro. -Respondió sarcástica. -Creo que la única que cumple hoy con tus estándares de belleza y, si me lo preguntas, los supera mejor que cualquiera que haya visto en mucho tiempo, es ella. -Se inclinó un poco sobre la barra y dirigió su vista a una de las mesas junto a las ventanas haciéndome una seña con la cabeza. - Aunque no tiene nada de las especificaciones que a ti te gustan.

Em había señalado a una chica de cabello negro, liso y atado en un moño alto, vestida con un traje que se ceñía a su figura haciéndola ver bastante atractiva a la vista. Aunque no podía verle muy bien pues tenía la vista perdida entre su copa y el paisaje tras la ventana, como si fuera lo más interesante del mundo. Aun con lo poco que podía observar, se apreciaba que era una mujer sumamente atractiva, pero Em tenía razón, no tenía nada de lo que siempre busco en una mujer por lo que sólo me dediqué a observarla un momento mientras escuchaba los comentarios de Em, pero sin una verdadera intención de ir a por ella.

-Es la primera vez que le veo por aquí, ha estado ahí un par de horas, ya van por lo menos cuatro chicas, bastante guapas, que se acercan para intentar ligar con ella, pero ni siquiera se ha dignado a ver a ninguna. Parece ser de esas que piensan que es mucha mujer para cualquiera.

- O sólo ha tenido un mal día. -Me atreví a opinar mientras tomaba mi cuarto chupito. La postura rígida y lo tensos que se veían sus hombros, más la forma distraída en que mecía su vaso ya vacío me hacían pensar que tenía muchas cosas en la cabeza como para interesarse realmente en el mundo.

-Puede ser, sería mucha la perdida si fuera sólo una engreída más.

-Ja ja ja, ya lo creo. ¿Qué ha estado tomando?

-El mejor whisky de la casa... Espera... ¿por qué?... ¿vas a ir tras ella? -Preguntó incrédula. – Pensé que no salías de tus terrenos y... sé que eres muy buena cariño. Pero no importa cuál de nuestras hipótesis sea la correcta, en este momento creo que está fuera de tu alcance y del de cualquiera.

-Ha ver, para empezar, yo no conozco los imposibles; creí que ya te lo había demostrado. Para continuar, tienes razón yo vengo por algo en específico y no importa que tan hermosa sea, sino tiene lo que busco no me molesto. Y, para terminar, sírveme una de mis bebidas personales por favor, la 16 si eres tan amable. -Respondí mientras sacaba un pedazo de papel de mi chaqueta y escribía una nota. Em me observó entre intrigada y confundida, pero no tardó mucho en comenzar a preparar lo que le pedí.

-Aquí tienes, pero ¿qué planeas?

-No es mi tipo, pero me agradan las mujeres decididas, esa bebida es buena para un mal día de negocios. – Le respondí a Em mientras llamaba a una mesera y le pedía, con una sonrisa coqueta, que le entregara de mi parte la bebida a aquella chica junto con la nota. Ella enseguida aceptó respondiendo un "por ti lo que sea" mientras me guiñaba un ojo antes de ir a entregar el envío al otro lado del local. Em sólo me veía cada vez más confundida. 

-No me veas así, no pretendo nada, sólo se ganó mi simpatía, en fin, prefiero irme, mañana tengo trabajo. Nos vemos luego Em. -Dije mientras me volvía a poner mi querida chaqueta de cuero azul rey con un par de líneas rojas a lo largo de las mangas y dejaba sobre la mesa el total de mi consumo. Me despedí con un gesto de manos y Em hizo lo mismo deseando me una buena noche. Dejé el local sin molestarme en averiguar si la pelinegra había aceptado la copa o no.

***

"El whisky no siempre es bueno para una mala noche de negocios. Puede que necesites un poco de dulzor. Si quieres repetir averigua el contenido, no tiene nada peligroso lo prometo. Espero te ayude a relajar un poco."

Pista. – T+JL.

K.

Tierra 83 SuperCorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora