Capitulo 5 CatCo y un avión

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Por fin era lunes y después de un par de relajantes noches de fin de semana, en las que por fin pude distraerme a lo grande tras el fiasco de la noche del viernes, estaba lista para para entrar de lleno en mi papel como Kara Evans. Para el primer día opté por una falda blanca con líneas diagonales en negro y rosado que formaban cuadros y rectángulos de diferentes tamaños al entrecruzarse; una blusa blanca de cuello, botones y manga larga cubierta por un suéter delgado color rosa y rematé el estilo inocentón y puro con mi cabello recogido en un moño y mis gafas de armazón negro. Tras terminar de arreglarme me dirigí a CatCo, llegué irradiando felicidad, optimismo, nerviosismo y claro un poco de torpeza adentrándome de manera perfecta y sin errores en mi rol. Llegué a la oficina de la señorita Grant, toqué la puerta de su despacho ya que no había secretaria y me concedió la entrada en poco tiempo. Al pasar ajusté mis gafas y comencé a jugar nerviosamente con el gafete de visitante que me habían dado en la entrada. Cat Gran es una mujer imponente, para sus 40 años está bien conservada. Su apodo como Reina de los medios hace justicia a su personalidad dura, segura y confiada.

Al verme y saber quién era y para que había ido su mirada se tornó dudosa. Sabía los artículos que Astra le había mandado, reflejaban a una mujer segura empeñada en mostrar la verdad y buscar justicia; la idea era que Kara Evans cambiaba cuando escribía. Así que por lógica dudaba que fuera yo, analizaba cada palabra que salía de mi boca y cada gesto de mi cuerpo. Para terminar con ello y zanjar el asunto le propuse un trato:

-Señorita Grant, puedo ver que no confía en que soy buena... Pero... le aseguro que soy más de lo que aparento. -Hable con nerviosismo y ajustando mis gafas. -Por eso le propongo lo siguiente, sé que, aunque sus artículos son excelentes, no ha podido pasar al Daily Planet, más específicamente a Luisa Lane, pero eso es porque ella tiene una ventaja con capa. -Seguí mi discurso con mayor seguridad, el rostro de Cat cambiaba a uno entre intrigado y molesto. -Por eso, póngame 30 días a prueba, en ese tiempo le conseguiré la noticia que por fin ponga su nombre por encima del de Lane.

Cat se quedó en silencio, con una mirada indescifrable, por un par de minutos analizando mi rostro y lo que le había propuesto. 

- ¿Kira, cierto? -Siguió antes de siquiera darme tiempo de corregirla. -Eres algo enigmática querida, pareces un pequeño minino asustadizo, pero cuando entras en tema muestras las garras. ¡Espero! que tus palabras no sean un sobre exceso de confianza y ego. Tienes 20 días para traerme el mejor reportaje de tu vida, decepcióname y pagaras caro por una falsa promesa. Durante ese tiempo también trabajaras como mi asistente, ya que estas tan confiada de ti no te supondrá mayor problema. Las anteriores han terminado llorando y no he encontrado ninguna a la altura. Empiezas ahora mismo, en el escritorio de afuera está mi agenda, confirma mis citas y pendientes del día, traerás mi comida y atenderás las llamadas.

-Gra... Gracias señorita Grant yo...

-Kira a trabajar, chop-chop. -Respondió sin dejarme terminar. Asentí y salí con torpeza de su oficina, fui hasta el escritorio y comencé con mis labores.

Mi actuación en la oficina era muy buena, me había ganado a la mayoría de las personas, incluida Cat. Se asombró por lo bien que llevaba mi labor como asistente sin dejar escapar ningún detalle y el hecho de que aún me daba tiempo para entregarle algunos reportajes bastante buenos que publicó en lo que esperaba por lo prometido. 

***

Ya han pasado diez días desde que entré a trabajar en CatCo, era la una de la tarde; había salido temprano de la oficina en búsqueda de alguna nota e investigando la ciudad. Me senté en un banco de un parque del centro y revisaba algunos archivos. Aun no tenía noticias de Astra, ella y Non decidirían el momento adecuado para mostrarme, sabían del trato con Cat y era más que obvio que le entregaría a la nueva super para que ella la diera a conocer a lo grande. Sabía perfectamente que la Reina de los medios no se resistiría y le promocionaría por todo lo alto. Mientras me perdía en mis archivos y mis pensamientos sobre los siguientes pasos del plan, mi super oído captó una voz que no pensé que volvería a escucharía tan pronto.

Tierra 83 SuperCorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora