capitulo 10 Reencuentro y viejas heridas abiertas

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Cuando llegué al departamento de Alex y toqué la puerta, Eliza me abrió al instante, al parecer habían salido de Midvale en cuanto le dijeron que estaba en Ciudad Nacional. Ella me abrazó con, lo que suponía era, toda su fuerza, lloraba por tenerme de nuevo junto a ella y expresaba lo preocupada que había estado por mí todos estos años y cuanto me había extrañado. Yo correspondí su abrazo con el mismo entusiasmo cuidando en no lastimarla, no pude evitar que unas lágrimas de felicidad cayeran por mis ojos, ella me cuidó como a una hija durante la mitad de mi vida en la tierra. Era inevitable no quererle, pero al mismo tiempo esas lagrimas eran de dolor, no quería tener más puntos débiles y temía que pudieran hacerle algo por mi culpa, no quería pasar por eso de nuevo.

Después de la cena volví a contar a Eliza mis razones para irme, esta vez no podía pedirle a Alex que se fuera así que sólo la ignoré. Eliza se disculpaba por no habernos contado nada y que se sentía mal porque yo lo descubriera de esa forma y tuviera que cargar con ello, pero que en ningún momento fui un obstáculo para ellos, que siempre me han querido como a una hija y que todo era por protegerme, así como lo hubieran hecho con Alex. Yo sólo dejaba escapar unas cuantas lagrimas sinceras por sus palabras, era inevitable no dejarme conmover por el cariño que me demostraba aquella mujer. Por otro lado, Alex palidecía más a cada momento hasta que ya no pudo contener las lágrimas, se levantó sin previo aviso y fue a su habitación.

Eliza se mostraba preocupada, ella sabía lo que había pasado entre nosotras y quería que lo arregláramos, decía que quería que volviéramos a ser esas hermanas inseparables de antaño. Me dijo que Alex ya había sufrido mucho por lo que me hizo, que en la universidad había comenzado a perderse en el alcohol y las fiestas a causa de la culpa hasta que fue detenida por quinta vez por conducir ebria y J'onn le sacó de ahí ofreciéndole entrar en la D.E.O. para que sacara todo su potencial y tuviera la oportunidad de seguir cuidando a su hermanita. Después de eso me pidió que hablara con ella y yo accedí, aun me dolía lo que había pasado y aunque sabía que era imposible que fuéramos las de antes, puesto que nunca podría saber sobre mi verdadero yo, quería averiguar si era posible recuperar, al menos, un poco de aquella hermana y saber si de verdad creía en todo lo que me dijo aquel día o no.

-Alex. -Le llamé mientras entraba en su recamara, la puerta estaba entre abierta y las luces apagadas, pero podía distinguir su figura en la cama, sentada abrazando sus piernas claramente llorando.

-Lo siento Kara... lo siento... de verdad... te juro que yo no tenía idea, ni siquiera pude imaginar que te ibas para protegernos. Todo lo hiciste para que yo no perdiera a mis padres y....  yo fui una completa idiota. Te acusé de mentirosa, insensible y malagradecida... ¡por Dios te insulté y lastimé tanto!... -Su llanto se intensificó. -Puse en duda tu cariño por mí, por nuestros padres, si no hubiera sido tan imbécil habrías regresado o por lo menos habrías llamado, no puedo imaginarme por cuanto has pasado, quiero pensar que al menos tuviste a alguien con quien pudieras hablar de tus problemas. -En cuanto dijo eso no pude evitar pensar en esa persona que había perdió no hace mucho, una lagrima corrió quemando mi piel a su paso como siempre que le recordaba, pero la limpié de inmediato, no era el lugar ni el momento de perderme en la pesadilla de mis recuerdos.

-Tuve a alguien, no estuve sola. -Pronuncié con la voz un poco rasposa, muy a mi pesar comencé a hablar a medias de algo que no quería, pero parecía inevitable. -Cuando nos conocimos me preguntó si tenía hermanos, le dije que una hermana mayor. Un día, cuando ya nos habíamos acercado más, me quedé dormida en su sillón y me escuchó decir tu nombre entre lágrimas, me despertó y me preguntó que pasaba. Yo le conté porqué nos habíamos alejado, le dije la verdad, se había ganado mi confianza muy rápido así que le conté quien era en realidad. Me dijo que en ese momento debías haberte sentido traicionada, confundida.... porque todo había pasado muy rápido. Me dijo que debía darte una oportunidad que ya había perdido una familia, que no debía permitirme perder a otra. 

Tierra 83 SuperCorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora