Han pasado seis años desde que me reencontré con Astra y me fui a vivir con ella. Los primeros días viajamos volando por tramos sin que yo conociera nuestro destino final, en una de nuestras paradas le pregunté el porqué de aquello. Entonces me contó la parte de su historia que faltaba, era una criminal de Kripton encarcelada en el fuerte Rozz por mi madre, su crimen fue querer salvar nuestro planeta. Había llegado a la tierra junto con mi capsula provocando que el fuerte se estrellara y todos los criminales escaparan. Por casi dos años pensó que yo estaba muerta hasta que descubrió una serie de archivos de una organización secreta llamada D.E.O en la que se registraba mi existencia, origen y ubicación. Sin embargo, no pudo ir por mí en cuanto se enteró porque esa misma organización los estaba persiguiendo buscando eliminarlos o experimentar con ellos. Así que pasó los siguientes cinco años construyendo bases secretas, analizando a los humanos y formulando un plan para que nosotras y los demás sobrevivientes pudiéramos crear nuestro segundo Kripton.
Astra me contó la verdad sobre sus crímenes, motivaciones y futuros planes, decía que su único arrepentimiento era no haber podido salvar nuestro planeta, pero que mientras ella viviera no dejaría que aquello le pasara a otros. En ese momento no pude evitar odiar a mi madre por lo que le había hecho a su hermana utilizándome a mí como carnada para capturarla. Después de que terminó de responder a mis preguntas, consciente de que todo aquello sonaba como los planes ambiciosos de una criminal, me dio la opción de permitirme vivir una vida como terrícola dejándome fuera de sus planes. Sin embargo, creí firmemente en sus ideas y le pedí que me dejara estar a su lado como su soldado más leal, estaba segura que sus planes eran por el bien de la tierra y que era incapaz de dañar a otros, pues las bajas por las que le acusaron de terrorista fueron sólo un accidente del que ella había aprendido. Astra aceptó diciendo que no podía estar más orgullosa de mí.
Al final llegamos a una pequeña casa en una ciudad de Inglaterra donde se nos unió Non, su esposo, quien, al parecer, nos seguía como guardaespaldas. Los siguientes años Astra me entrenó hasta desfallecer, después de todo en Kripto ella era general y aquel título le siguió hasta la tierra pues todos los que estaban con ella eran soldados a su mando incluido Non. Sin embargo, no todo era entrenamiento militar, también me hizo estudiar física, química, biología y comunicación simultáneamente en diferentes universidades alrededor del mundo. Las primeras carreras eran en pro de sus planes al ver que tenía aptitudes para la ciencia como mi padre, se me encargó mejorar nuestra tecnología para facilitar las misiones y asegurar los resultados de sus planes, y comunicación fue para infiltrarme en la sociedad humana y pasar desapercibida haciendo de mí su mejor espía y soldado.
Sin embargo, para ser la mejor tuve que cometer errores y aprender a la mala la lección más importante para un soldado. Dos años después de ir con Astra, entrenar y conseguir mis primeros títulos universitarios comenzó a mandarme a misiones. Al principio eran sencillas, pero con el tiempo se complicaron y yo comencé a dudar de los métodos de mi tía. Un día cuatro años después, en Francia, cuando me encontraba al final de una maestría en comunicación enfocándome en periodismo se me asignó una misión de eliminación. Aquellas tareas eran las que más odiaba pues no me gustaba la idea de arrebatar una vida, Astra y Non lo justificaban diciendo que eran criminales sanguinarios del fuerte Rozz y traidores que nos expondrían. Al final yo no podía con la misión y otro soldado terminaba el trabajo. Pero aquella sería la última y la primera, la que me llevaría a convertirme en el soldado perfecto.
Astra me mando a por un alienígena que nos había robado un cargamento de químicos y que tenía cierta aversión por los kriptonianos. En aquella ocasión me había enviado sola diciendo que no regresara sin tener una prueba de que le había eliminado. Pero al tenerlo frente a mi sangrando por los golpes que le había dado y suplicando por su vida no pude terminar la misión, pensando que esa no era yo, que aquello no era lo correcto. Le dejé ahí advirtiéndole que si de verdad apreciaba su vida no se volviera a meter en el camino de mi tía. Antes de alejarme lo escuché decir "eres la hija de Alura", pero no hice caso muchos odiaban a mi madre porque fue ella quien les encerró, pocos eran los que podían enfrentarme y él no era uno de ellos por lo que su ira no me afectaba... o eso pensé.
***
Una semana después seguía ignorando las llamadas del general pues sabía que me echaría la bronca por no terminar la misión, buscaba la forma de hacerle cambiar de idea sobre ellas, tal vez proponerle una prisión, no teníamos por qué mancharnos más las manos de sangre. Aquellos días los pasé en un pequeño pueblo francés junto a la única persona, fuera de los soldados, que sabía de mi vida y mi pasado; estaba al corriente sobre mis misiones y compartía mis ideas sobre arrebatar la vida de otros. Esa persona era el amor de mi vida, la mujer más bella, dulce y bondadosa que pudiera existir y aquella semana fue la última que pasé a su lado después de dos años de estar justas. Estábamos en la pequeña plaza del pueblo disfrutando de un café llenas de felicidad, en medio de risas y uno que otro beso robado cuando escuché los gritos de la gente y antes de que pudiera hacer nada algo me golpeo mandándome contra un edificio aturdiéndome por unos segundos. Cuando pude enfocar de nuevo la vista vi la peor escena que no pudo sino empeorar.
Frente a mi estaba aquel extraterrestre al que le había perdonado la vida, de alguna forma se había vuelto más grande y fuerte. Tenía una sonrisa victoriosa en su rostro, "hija de Alura pagaras por los crímenes de tu madre" dijo, entonces escuché que alguien pronunciaba mi nombre con una voz forzada, él estiró su brazo al frente. En ese momento el miedo recorrió cada parte de mi cuerpo, era ella, tenía a Soleil sujeta por el cuello el miedo inundaba su mirada, pero intentaba conservar la sonrisa en sus labios como diciendo "está bien, confío en ti". Corrí a toda velocidad hacía ella pensando que era lo más seguro, pero todo pasó en menos de un parpadeo. Él cerro su agarre partiendo su cuello, sólo llegué a tiempo para sostener su cuerpo inerte al momento de que le soltó. Ella había muerto por mi culpa a manos de aquel por quien tuve piedad. Tristeza, culpa, pero sobre todo la ira contra él y contra mí inundaron mi ser.
Lloré y grité su nombre aferrándola entre mis brazos, después de un par de minutos con lágrimas en los ojos llevé su cuerpo bajo un árbol cercano y lo coloqué con el mayor cuidado en suelo. Le di un último beso y pronuncie un "lo siento", no había otra cosa que pudiera decirle por lo que había pasado y lo que vendría después. Me puse de pie y di media vuelta, mi mirada había perdido todo brillo, inocencia, bondad y piedad, todo lo que ella amaba y buscábamos conservar. En su lugar sólo había odio y una inmensa sed de venganza, poco a poco mis ojos se tornaron rojos como si estuvieran al fuego vivo. Lance un par de rayos para distraerlo y acercarme a él, cuando lo tuve entre mis manos lo golpe hasta dejarlo medio muerto, pero aquello no me satisfacía así que lo destrocé cuidando que pudiera sentir por el mayor tiempo posible. Cuando todo terminó, ahí estaba yo, de pie con mi ropa y las manos llenas de sangre y tozos de un enemigo ya irreconocible esparcidos a mis pies.
Aun así, el dolor no se alejaba, ni sus gritos o suplicas pudieron apaciguar mi ira. Me derrumbé quedando de rodillas gritando de dolor con todas mis fuerzas y golpeando el piso partiéndolo por la mitad. Mi corazón se había ido con ella, entonces entendí las palabras de Astra, ella tenía razón y yo había sido una estúpida arrogante. Al poco tiempo como atendiendo a mi llanto unos brazos me rodearon en un fuerte abrazo, había visto la escena y comprendido todo. Dejé salir mis penas apoyándome en el hombro de mi tía hasta que por fin pude hablar.
-Tenías razón Astra, no debes mostrar piedad a tus enemigos, debes aniquilarlos a la primer oportunidad antes de que tengan tiempo de siquiera pensar en regresar el golpe.
Mis palabras ya no denotaban más que odio, dolor y resentimiento, todo lo que había sido y en lo que creía murió junto con Soleil.
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Tierra 83 SuperCorp
FanfictionSinopsis: Que hubiera pasado si Kara dejaba a los Danvers para ir con Astra. Kara ha perdido a las personas que más ama, en más de una ocasión y de diferentes maneras. Tras perder a Rao rompe con su código más preciado, "no arrebataras la vida de...