Capitulo 48 La sortija de RAO: Realidad

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Lena

- SuperGirl me llevó a la fortaleza de la soledad, es un lugar muy, muy frio, ahí hay muchos artefactos y tecnología que no tengo idea de cómo funcionan... - Ante aquellas palabras los latidos de mi corazón se descontrolaron... "¡¡Maldita esperanza!!" ... No obstante, el tono tan serio y la falta de brillo en su mirada no me daban buena espina... - La cuestión es que SuperGirl insertó una especie de cristal en un tablero, algunos códigos o qué sé yo... luego una puerta se abrió, entramos... y comenzamos a recordar a Soleil... todo, de principio a fin, una y otra vez... Nosotras nos conocimos hace seis años en la universidad, en París, yo estaba cursando un doctorado en comunicación y periodismo y ella uno en antropología. Nuestros caminos se cruzaron cuando ambas decidimos asistir a una ponencia sobre la influencia de los medios en la sociedad actual. Al salir yo... fui yo... - Relató con un poco de humor, la felicidad de aquellos recuerdos se reflejaba por fin en sus ojos... ¿Quién era yo para sacarla de ahí? – Me perdí en mis notas llevándome a chocar con la chica más linda del mundo... Me perdí en su belleza por unos segundos, pero al darme cuenta de lo que había hecho... entré en pánico... así que en medio de una cascada de palabreas inconexas comencé a ayudarla a recoger sus cosas y de paso las mías que también habían caído en la colisión. Ella tenía prisa por lo que nada más terminar me dedicó una hermosa mirada y un casi inaudible "Gracias" para luego salir corriendo hacía su próximo destino mientras yo me quedaba ahí viendo el camino por el que había partido preguntándome quien era...

- Amor a primera vista... - Me atreví a comentar...

- Tal vez... lo único que sé es que aquella rubia de mirada ámbar me había causado tanta curiosidad que su imagen no abandonaba mi cabeza, tanto así que ni siquiera me había dado cuenta que había perdido mi credencial de la universidad hasta que quise sacar unos libros de la biblioteca un par de días después.... – Continuó sin prestar mucha atención a mi interrupción ni dedicarme la más mínima de las miradas, no sabía cuánto de esto podría resistir... no es fácil escuchar a la persona que amas cuanto te cuenta su historia con el amor de su vida... - Sin embargo, al poco tiempo, en uno de esos raros días en los que no tenía la agenda repleta de actividades... estaba en la cafetería, perdida en mis pensamientos, cuando una frágil voz pronunció mi nombre... aquello me corto la respiración y como pude dirigí mi mirada hacía la fuente de aquel sonido... fue cuando le vi... ahí estaba ella, frente a mí, ofreciéndome la sonrisa más gentil del mundo, extendiendo su mano en mi dirección para regresarme mi credencial, por eso sabía mi nombre, al parecer se había colado entre sus hojas el día que choqué con ella.... A partir de ahí comenzamos a platicar, conocernos, intercambiamos números, salíamos, nos visitábamos. Un ángel... esa fue la primer y única forma que tuve para describirle, la mujer más buena y bondadosa que hubiese conocido. Ella coloreó el mundo que se había ensombrecido luego de que me alejara de los Danvers, poco a poco me devolvía cuanto había perdido, recordándome quien era y que mi corazón e ideales eran lo más valioso que tenía... ella fue la luz que evitó que me perdiera. En poco tiempo Soleil pasó de ser mi amiga a mi novia y amante... estuvimos juntas por poco más de dos años, conocía absolutamente todo de mí, no había ni el más mínimo de los secretos entre nosotras. Luego, tras un trabajo complicado que había evitado por mucho tiempo, fue que me di cuenta que quería pasar mi vida al lado de ella. Quise terminar con todos los asuntos pendientes que tenía y que me impedían quedarme a su lado permanentemente. Pero la vida se burló de mí, pasó frente a mis ojos el tesoro más valioso y bello del mundo... justo... al alcance de mi mano... ¿todo para qué? ... para que cuando por fin había decidido arriesgarme... tomarlo para hacerlo enteramente mío... me lo quitase de la peor manera posible... aquel día en aquella maldita plaza... no pude moverme... no pude hacer nada... el pasado nos alcanzó a SuperGirl y a mí... ni siquiera ella con todo el poder del mundo pudo ir en contra de los crueles designios del destino... en consecuencia terminamos pagando por los récores y deseos de venganza nacidos por los errores de alguien más con lo más preciado que teníamos, lo único que nos quedaba... ¡por su culpa mataron a Suleil! ¡Dejándonos muertas en vida! ¡Si ella estuviese viva yo misma la entregaría a ese montón de convictos! – Aquello lo decía llena rencor y cólera.

Tierra 83 SuperCorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora