· Capítulo 47 ·

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Killiam.

Todo esto es una maldita locura, las criaturas de hace un rato, Lexie perdiendo el control, el ataque sorpresivo y ahora Cian acobardado por un puto bosque de mierda. Corro entre los arboles evitando que ramas me atrapen, puedo sentir vagamente la presencia de criaturas a mi alrededor, pero por alguna razón no están atacándome.

Me guio por el vínculo que estable con Alice para alcanzarla, cuando logro divisarla está siendo arrastrada sin contemplación por el suelo del bosque, sigue inconsciente y el aroma de su sangre se extiende en el ambiente al igual que en el camino que recorre su cuerpo, aprieto el paso, decidido a liberarla de lo que sea que la arrastra, cuando finalmente se detiene de golpe en un claro.

Llego hasta ella y me inclino para revisarla, alrededor de sus tobillos una enredadera de color negro y aspecto desagradable la aprisiona, la tela de su pantalón está hecha girones y su pálida piel esta en carne viva, la giro con cuidado de no hacerle mas daño y lo que encuentro me enfurece.

Su rostro esta magullado, tiene cortes, y moretones a lo largo de sus facciones, con rapidez rompo la enredadera que envuelve sus tobillos y un leve quejido se desprende de algo en lo profundo del claro, cerca de los árboles del fondo. No me molesto en revisar que es, sea lo que sea no ha atacado por lo que de momento no me interesa, mi único objetivo aquí es sacar a Alice y ponerla a salvo.

Cuando me pongo en pie con ella en brazos, el crujir de huesos al partirse me detiene en seco, me giro sobre mí mismo, para buscar en la oscuridad lo que sea que está haciendo dicho sonido, de inmediato el aroma de la repugnante sangre de lobo inunda mis fosas nasales y comprendo que el primer lobo que atacaron yace a los pies de un enorme árbol, su abdomen está abierto de manera brutal exponiendo sus viseras, su cuerpo convulsiona aun, haciéndome saber que aun está vivo.

Sin poder apartar los ojos de la dantesca escena que se desarrolla entre la penumbra al otro lado del claro, mis sentido alertas buscan quien ha provocado el ataque, pero se me hace imposible localizarlo. El ruido de pasos junto a mi me hace girarme con brusquedad listo para atacar pero me detengo cuando me encuentro con esos penetrantes ojos ámbar de Saga mirando a Alice con atención.

Se acerca con lentitud hasta ella observándola, su hocico se acerca hasta su mejilla y la acaricia con delicadeza, su cabeza se mueve apenas un poco pero no reacciona, siento como el cuerpo de Saga se tensa y como su mirada se va volviendo salvaje. De inmediato sus cabeza se eleva y mira en dirección al árbol donde hasta hace unos segundos estaba el cuerpo de su compañero.

Solo que ahora no hay nada, ni cuerpo, ni viseras, ni siquiera hay rastro de sangre, frunzo el ceño sin comprender nada, cuando Saga de un paso hacia el claro gruñendo, mostrando sus dientes en señal agresiva, estoy seguro que él puede ver algo, que yo estoy pasando completamente por alto.

Me concentro en las energías que emanan del lugar pero nada, sea lo que sea tiene la capacidad para ocultar su presencia y no solo energéticamente hablando, también visual. Saga da otro paso con el pelo erizado hasta la cola, cuando un chillido se escapa de su hocico y retrocede, el olor a carne quemada se desprende de sus patas, cuando ubico el lugar del daño, observo humo en la orilla del claro.

No es tierra, es agua y por alguna extraña razón luce como tierra, me acerco un poco mientras Saga continua quejándose de dolor pero sin apartar sus ojos del otro lado del lago. El olor que emana del líquido es extraño, azulfurado y pestilente.

Saga gruñe una vez más, poniéndome alerta, esta vez sus ojos están fijos en las ramas de los árboles, frente a nosotros, odio no poder ver lo que sea que el está viendo y por su postura algo me dice que no es nada bueno. Comienza a retroceder sin dejar de gruñir con todos los pelos erizados.

Killiam · El despertar · ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora