Capítulo 54

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Holis, se que no suelo empezar esta historia con notas, pero esto es para pedirles que le den play al tema y disfruten de la lectura con la música de fondo, al menos la primera parte. ahora si a leer.

Mizuky.

El poder de Keller es increíble, es intimidante si lo miras con los ojos de un simple mortal. No me cabe la menor duda que enfrentarlo traerá consecuencias no solo para mí sino para todos. Pero justo ahora no me importa nada más que ella y su bienestar.

Y no tengo idea de que es lo que ha hecho. Pero después de besarla y desaparecer no ha parado de retorcerse como si algo le doliera. No le hizo daño físico o eso quiero creer.

Subo sobre la cama y me coloco sobre ella, concentrándome en sus rasgos, su piel luce más pálida que hace algunos minutos y las líneas negras que recorrían sus brazos ahora se extienden a lo largo de su pecho y cuello. Su ceño se frunce y gruñe.

Sobre su rostro un montón de venas rojas resaltan sobre la palidez de su tez y me estremezco cuando siento el poder maligno manar de ella, es una energía tan condensada y densa que me obliga apartarme y agazaparme. Entonces con una rapidez estremecedora la líneas negras se mueven por su piel retrocediendo y borrándose con rapidez hasta que simplemente ya no están.

Sin embargo las venas cargadas de sangre en su rostro permanecen en él, me estremezco cuando su espalda se arquea y un jadeo forzado sale de su boca, su cabeza se echa atrás y queda suspendida en el aire unos instantes antes de volver a caer sobre la cama.

Entonces contra todo lo que conozco una poderosa honda de energía se desprende de su cuerpo en el mismo instante en que sus ojos se abren y se sienta de golpe.

Negros.

Sus ojos son completamente negros. Las venas cargadas de sangre palpitan debajo de su piel por unos segundos antes de detenerse y poco a poco empezar a desaparecer al igual que la negrura en sus orbes. Nuestras miradas se encuentran y se dé una vez sé que esta no es la misma Lexie que se desmayó en la barrera frente al bosque negro.


Lexie.

Algo quema mi pecho, algo se mueve en mi interior, hurgando entre mi carne, en mis huesos, mi sangre. La cabeza me palpita con intensidad haciendo que duela creo que podría abrirse a la mitad, gruño presionando mis manos haciendo acopio de mi fuerza para no gemir por el dolor que aumenta conforme pasan los segundos.

El dolor se extiende de mi cabeza al resto de mi cuerpo, quemándome, abrazando todo mi ser de pronto todo queda en una tensa calma, aguardo segura que no ha terminado, una suave y fría caricia sobre mi rostro, se siente distante, efímera.

Olvida...— una voz susurra en medio de la oscuridad y todo nuevamente vuelve a empezar.

Abro mi boca intentado dejar escapar el grito que amenaza con romper mi garganta pero no soy capaz de escucharme, grito de dolor cuando mi cabeza estalla en un millón de fragmentos, recuerdos al azar invaden mi cabeza y todo el dolor se concentra en mi pecho.

Gotas de sangre caen de un cielo oscuro que no logro distinguir en medio de la negrura, el frio es inaguantable y la desesperación crece, intento asirme a mis recuerdos, a esas imágenes que parecen escapar de mi fracturándose sin poder evitarlo.

No puedo respirar, me asfixio, jadeo buscando el aire que sé que no necesito para vivir pero que por alguna razón en este instante se me hace vital. Cuando no doy más llevo mis manos a mi pecho. Sangre, hay mucha de ella escurriendo entre mis dedos escapando como mis recuerdos.

Killiam · El despertar · ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora