|06|Un rose de labios|

411 43 2
                                    

Capítulo 06

"Un rose de labios"

Lara

—¿Es tan necesario que vengas conmigo a la escuela? —dije quejándome mientras tomaba mi mochila.

—Si, sino ¿quien te protegerá? —dijo Jimin mirándome divertido.

—¿De qué hablas?, se cuidarme sola dije segura de sí misma.

—¡Lara!, hazle caso a tu amigo, el tiene razón, es tu mejor amigo, deja que te cuide —dijo mi tía Mey quien tomaba de su café.

—¡Tía! ¡No ayuda en nada! —dije quejándome.

—Deja de quejarte cariño y ya váyanse que se les hace tarde —dijo mi tía.

—¡Ay!, de acuerdo —rodie los ojos, salí de la casa junto a Jimin.

Comenzamos a caminar en dirección a la escuela, no decíamos ni una palabras hasta que me decidí por hablar.

—Jimin, quiero decirte algo —dije mirándolo, me detuve para hablarle.

—¿Que cosa? —dijo mirándome atento.

—No quiero que me hables en la escuela, fingamos que... no nos conocemos —dije desviando la mirada.

—¿Que?, ¿por qué? —dijo mirándome sorprendido.

—Sería algo vergonzoso, mi situación, no es muy buena en la escuela, y si tu y yo... —me interrumpió.

—De acuerdo, fingamos que no nos conocemos —dijo para continuar caminando.

Suspiré. Creo que lo lastime, continúe caminando a su lado, en pocas ocasiones lo miraba de reojo. Su rostro no expresaba sentimiento alguno, se le veía de lo más serio. Fue ahí, cuando por primera vez, me sentí mal por haberlo herido.

...

Cuando por fin estábamos en la escuela, caminando por los pasillos, Jimin me había hecho completamente caso de lo que le había dicho, de repente, se esfumó. Ni un rastro de él.

Suspiré y me dirigí a él vestidor de mujeres, para mí mala suerte hoy tocaría educación física, y lo peor de todo <<voleibol>> y claro, era de esperarse, soy pésima en ese deporte, más bien, en todos los deportes.

Entre, tuve la suerte de que solo habían una que otra chica, pero nadie en especial. Saque mi uniforme de deporte, y me lo coloque, al menos me gustaba.

Salí a la cancha, todos estaban ahí, hicimos dos equipos, me tocó hasta adelante para mi mala suerte, del otro lado del equipo se encontraba Melisa, el día de hoy nos tocaba combatir contra otro salón, que desastre.

El juego empezó, todo iba de mal en peor, ya había resivido varios golpes, pero nada grave, en ocasiones era en los brazos piernas y espalda, me imagino que ya sabrán de donde provenían ¡exacto! de nada menos que de Melisa, me tiene harta.

—Bien chicos, última ronda, en esta se decidí quien gana ¡andando! —dijo la maestra.

Miraba con atención cada movimiento del equipo contrario, en especial de Melisa, a mi equipo le tocaba sacar, al momento del rebote del equipo contrario, Melisa lo regresó pero... hacía mi. El balón callo justo en mi cabeza, provocando que en seguida cayera en el piso. Lo único que recuerdo es que... me desmaye.

Mi única misión eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora