|37|El ángel de la bondad|

236 23 12
                                    

Capítulo 37

"El ángel de la bondad"

Lara

—Lara... —aquella voz que reconocía fácilmente apareció en el vacío.

Más no duró mucho pues apareció la chica que siempre aparecía en mis Sueños, aquella chica de cabello rubio, ojos como diamantes azules con una enorme sonrisa en su rostro.

—Tu... ¿cómo sabes mi nombre? —anuncie mirándola confundida.

—Mi querida Lara, lo hay tiempo de explicaciones, Jimin te necesita —su rostro cambió a uno de preocupación.

—¿Jimin?, pero si el está... —me interrumpió la chica en frente mío.

—El está en grave peligro, debes despertar cuanto antes —la chica parecía realmente asustada.

—¿Despertar?, pero si estoy despierta —anuncie confundida debido a sus palabras.

—Se que todo esto parece tan real, pero lo cierto es que estas dormida y debes despertar por que si no lo haces, Jimin morirá...

De un solo movimiento, mis ojos se abrieron de par en par, la poca luz que había en el lugar bastaba para que unas cuantas lágrimas salieran de mis ojos. Frunci el ceño preguntando un millón de cosas ¿en donde estoy?, ¿cómo llegué aquí?, ¿cuánto tiempo llevó inconsciente?, todo parecía confuso, fue entonces cuando recordé algo.

Recordé cómo bebía té con Suga, pero al parecer me desmaye, pero ¿y esto? —observe a mi alrededor —. Me encontraba recostada en una cama en una habitación, suspire, me reincorpore para después intentar levantarme. Fue en vano, pues mis piernas no respondían ¿en serio cuanto tiempo llevaba recostada?, volví a intentar obtuviendo ahora un resultado victorioso.

Cómo pude me dirigí al pasillo que concretaba a millones de habitantes enormes, parecía un castillo, pero no uno como en los cuentos de hadas, sino uno como en las historias de terror que no son para nada mis favoritas. Por fin en frente mio apareció la salida, me dirigí a ella sin pensarlo dos veces, dejando mostrar a una personas conocidas.

En un trono que parecía estar hecho de ramas negras, que tenían cierto similitud al de maléfica, se encontraba nada más y nada menos Melisa sentada cómodamente con una enorme sonrisa en su rostro.

Parecía que disfrutaba de un espectáculo, no tarde demasiado en mirar en la misma dirección, observaba divertida a Jimin con sus ¿alas?, luchaba con... palpadee un par de veces, no podía creerlo era <<Suga>> este tenía a sus costados un par de alas color negro, eso significaba que YoonGi es un... demonio.

Frunci el ceño, observaba con los ojos abiertos de par en par, Suga había logrado que Jimin callera al piso, el chico pelinegro se posicionó arriba suyo dispuesto a atravesar su cuerpo con una espada maligna, fue entonces cuando reaccione. Salí a toda prisa dejando verme con claridad.

—¡Espera! —grite dirigiéndome hacia ellos, pero al parecer Melisa fue más astuta pues con un truco de magia logró detenerme provocando que me quedara quieta..

—Vaya vaya, pero ¿aquien tenemos aquí?, pero si es la bella durmiente ¿o no Jimin? —Melisa miró hipócrita a Jimin quién enseguida se giro a verme.

Sus ojos se conectaron con los míos, ¿hacia tanto tiempo que no los veía?, por que justo en este momento, podría decirse que parecía que no los había visto desde hace siglos, ese brillo intenso que me reconfortaba cada vez que lo necesitaba, no pude evitar sonreír levemente.

—Lara.. —susurro lo suficiente para que lo escuchase.

—Jimin... —susurre del mismo modo.

—Melisa presente, ahora déjense de cursilerias y dime querida ¿como rayos haz despertado si se supone que la bebida que te ha dado YoonGi es mortal? —pregunto sería la chica.

Ambos la ignoramos, nuestro contacto visual era irrompible.

—Lara, iré por ti no te preocupes —dijo Jimin haciéndome sentir segura. Asentí.

—Si claro, primero morirás antes que nada y me entregaras la espada de la luz —amenazó Melisa sería —. ¡Continúa Suga!

Suga regresó a su posición anterior con el propósito de encajar por fin la espada en el pecho de Jimin pero una vez más lo interrumpí con mi voz.

—¡No!, YoonGi no lo hagas, te lo ruego —anuncie llamando su atención, me miro.

—¿En verdad piensas que el tendrá piedad? —preguntó Melisa con una sonrisa.

—Si, yo creo en que siempre existe una posibilidad —dije sin despegar la vista de Suga.

Los momentos juntos, cada platica morada, abrazo y contacto físico, eran como un tesoro para mí, desde primer grado me encontraba enamora de Min YoonGi, pero estaba equivocada, lo que sentía por el no era amor, sus palabras eran clave para toso este laberinto "Tu y yo nos parecemos mucho sabes" siempre lo dijo, pero jamás lo vimos ninguno de los dos, estaba más claro que el agua, por que lo que sentía realmente por el, no era amor, sino un amor distinto, un amor de "Hermanos".

—¡YoonGi! tu eres mucho más de lo que crees, Melisa no lo es todo, la oscuridad, la soledad y la maldad no lo es todo, eres mucho para esto, eres guapo, divertido, inteligente y bueno en un millón de cosas que no encuentro palabras para describir, lo que quiero decir, es que no deberías fingir o aparentar lo que no eres, debes ser tu mismo, por que se, que con un poco de luz, puedes iluminar hasta el corazón más triste, que en este caso, es el tuyo. Siempre me lo pediste, siempre me pediste ayuda pero fui tan tonta que no me di cuenta, pero ahora estoy aquí, y te pido perdón, quiero recuperar lo que perdí y que no pienso perder nunca más, por que me convertiré en tu luz y te ayudaré a llegar a la verdad, tu verdad en la que tu, eres Min YoonGi, el ángel de la pureza y mi hermano.

De algún modo, el hechizo de Melisa desapareció dejando que por fin pudiera mover mi cuerpo, sin pensarlo me lanze a los brazos de YoonGi en donde lo abrace con fuerza, ahora sabía toda la verdad, el siempre fue mi hermano y estuvo frente a mis ojos. Sin mas, las lágrimas comenzaron a salir sin que pudiera hacer nada mas. Una luz se hizo presente, abir mis ojos de par en par y me elje un poco del abrazo.

La luz iluminaba por completo a Suga quien su apariencia comenzaba a cambiar, su traje comenzaba a hacerse de un color blanco, su cabello se torno del mismo, blanco, y sus alas tomaron el mism color. Este me miró enseguida, una sonrisa se dibujo en su rostro, sin pensarlo se acercó a mí quedando de frente mío.

—¿YoonGi eres tu? —pregunté cómo una tonta debido a su apariencia completamente distinta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿YoonGi eres tu? —pregunté cómo una tonta debido a su apariencia completamente distinta.

—Si, soy yo, tu hermano Min YoonGi —dijo con emoción par después abrazarme con fuerza.

Mis ojos seguían sin poder creerlo, pero no tarde demasiado en aceptar su cálido abrazo acompañado de lágrimas en mis ojos.

—Gracias Elara, por romper mi hechizo y convertirme en "El ángel de la bondad".

Voten ⭐

|15|Feb|20|

Mi única misión eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora