III

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Su cuerpo reaccionaba, sus sentidos estaban algo bloqueados, pero sabía que aquello era su realidad. Su mirada fue rápidamente a la de su pareja quien veía la escena con una mirada que no sabía cómo describirla, podía ver enojo o frustración.

— Himiko Toga — procedió el guardia — se te ha declarado culpable de usar hechizos prohibidos en beneficio propio causando daños a la Madre Diosa por tu insolencia. El gran rey Endevor, soberano de Murba ha decidido que su castigo por tales actos será el sacrificio — la chica sonreía, parecía ignorar lo que la gente y el guardia decían. Absorta en su propia felicidad sin temer a lo que sea que pensaban hacer con ella.

La estructura de la extraña guillotina estaba fabricada especialmente para aquellos seres capaces de manipular la magia de cualquier tipo para evitar que algún hechizo pueda liberarlos.

Aún así ella no parecía temer, sólo veía a una persona en especial entre el público, alguien que también la veía a ella, pero no con la misma mirada. La tranquilidad que ella tenía era todo lo contrario a lo que el peliverde sentía.

— Kacchan... — tiró levemente de su capa para llamar su atención, los ojos enfurecidos de Bakugō cambiaron en cuanto conectó con los del peliverde — Sonará atrevido, pero necesito que me ayudes. Por favor Kacchan — no sabía qué estaba pasando ni el por qué juzgaban a Toga de tal forma, pero necesitaba urgentemente sacarla de ese problema.

Baja la voz. No puedo ayudarte directamente, pero esto sí lo hará — le entregó una esfera que le hizo recordar a la forma que tendría una granada, Izuku asintió agradecido de tener su apoyo. Con una última mirada se despidió y corrió entre la multitud en dirección a algún lado en donde no hubiese nadie que lo viera.

Desgraciadamente Enji no le había quitado los ojos de encima desde que se había acercado para estar a la vista del público mientras se llevaba a cabo el sacrificio.

Izuku en cuanto sintió que estaba seguro sacó una media máscara que cubría su boca del mismo color que su traje y capa verde. Necesitaba cubrir varias partes de su cuerpo, siempre llevaba consigo las prendas que le servirían para poder lograrlo. Guantes, extensión en las mangas de su camisa y una capucha en su capa.

Sabía lo que debía hacer desde que Katsuki le había dado aquel artefacto, pero aún así no quitaba los nervios de ser la primera vez que lo ponía en práctica con una situación de riesgo real. En las prácticas siempre era en el castillo teniendo como objetivo rescatar un libro escondido en alguna parte del lugar mientras evitaba ser visto, pelear contra quienes lograban verlo y defenderse de los ataques del mismo Bakugō quien de vez en cuando lo entrenaba.

Más que su actual prometido, aún era un soldado en la línea de defensa entre las tropas del Reino de Ninrah.

— Espero que funcione — respiró profundo y bebió el contenido del artefacto. Una sustancia que quemaba su garganta como un vino de un color que le hacía recordar a la mismísima lava.

Sintió la parte baja de su muñeca izquierda arder haciéndole saber que había echo efecto. La sustancia era fabricada por Katsuki teniendo efectos de curación, velocidad y agilidad durante cierto tiempo.

Debía aprovechar cualquier oportunidad que pudiese serle de ayuda en la misión auto asignada de rescate. En cuanto dio un paso para regresar al lugar en donde la gente veía con atención lo que harían con la chica a juzgar, escuchó algunos pasos ir en su dirección.

El misterio de Nihara ❪KatsuDeku❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora