Las calles de la gran ciudad estaban llenas de movimiento y sonidos estrepitosos causados por los automóviles y su gente. Una bella mujer de cabellera verde caminaba por ellas con una sonrisa apacible y caminar tranquilo hacía su humilde hogar después de algunas horas en jornada de trabajo.
Ella habría preferido escuchar a la propia naturaleza, vivir entre grandes bosques o caminar un largo caminó entre plantas de distintos colores como lo podría haber hecho si viviese en el campo fuera del bullicio de la ciudad, pero aún así lo que tenía lo atesoraba.
Llegando a casa lo primero que hizo fue subir a la habitación de su adorado hijo y de nuevo, como había ocurrido desde un tiempo, la veía vacía. Aún mantenía las cosas que el pequeño guardaba en ellas además de algunos muebles y ropa que con anterioridad ella había lavado a la espera de su regreso. Con una mano en su pecho, volvió a cerrar la puerta para ahora dirigirse a una justo en frente.
Dentro los muebles eran parecidos, pero la decoracion en las paredes y las cosas sobre el escritorio además de la ropa eran distintas. Era la habitación de la pequeña a quien había cuidado, protegido y criado durante varios años, tantos que simplemente la veía como si fuese hija legítima suya a pesar de que no compartían algo muy importante.
Su mundo.
Repitió la acción cerrando la puerta y caminando a la sala, deseaba poder leer un rato antes de ver su programa y limpiar el hogar en espera de sus pequeños. Ella mantenía la esperanza de volver a tenerlos con ella, abrazarlos, escuchar sus historias fantásticas que sabía le contarían en cuanto tuviesen tiempo y ella les mimaría como tanto no pudo.
Con una cálida sonrisa comenzó a leer tratando de ignorar lo silenciosa que se sentía la casa sin sus hijos, lo solitaria que podría sentirse por las tardes al llegar a casa y lo triste que a veces se ponía al pensar en que el cumpleaños de alguno de ellos se lo perdería. Tan sólo debía esperar, ser paciente y, cuando llegasen, darles una buena bienvenida.
— Me pregunto qué estarán haciendo — comentó al aire sonriendo aún más al imaginar a sus hijos divirtiéndose.
El sonido de un reloj de pared localizado en la cocina era su único compañero dentro de casa además de los sonidos externos de algunos carros de paso.
— ¿Crees que nos den una buena cantidad de dinero? — escuchó una voz, desconocida, pero podría jurar que era de algún chico joven. Intentó ver algo, pero por la oscuridad supo que tenía vendado los ojos.
— Imbécil, ¡Claro que nos darán mucho! ¿Acaso no lo reconoces? — otro chico, probablemente mayor al anterior. No ver nada le ponía nervioso, además de que mantenerse quieto le estaba siendo una tarea difícil por una leve picazón que estaba sintiendo en su pierna derecha. Lo único que debía esperar era a que dijeran algo sobre el paradero de su dragón, en cuanto había recobrado el conocimiento fue su primer preocupación — es la pareja del rey Bakugō, además de eso escuché que hay una búsqueda extensa por parte de varios otros reinos, además de Ninrah, que lo están buscando. Tan sólo hay que entregarlo al que pueda dar una mayor cantidad y listo.
Mordió su mejilla interior tratando de no jadear por la impresión, ¿Acaso lo iban a subastar? Pero más importante que eso, se había dado cuenta del problema que estaba creando con su huida. Estaba seguro que los otros reinos, sobre todo Murba, no lo buscaban para regresarlo sin pedir nada a cambio.
Plan con maña; no le sorprendería saber que lo usarían como carnada para Katsuki, como ventaja ante alguna debilidad y como veneno para acabar finalmente con los Bakugō. No debía permitir que algo así pasara, necesitaba a su dragón para poder huir de ahí y regresar al castillo lo más pronto posible. ¿Qué importaba ahora si al regresar se encontraba a un Katsuki enojado? Eso valía mil veces a verlo muerto, la sola idea le hizo sentir un escalofrío y una leve presión en su pecho.
— tengo que irme por un momento, necesito informar de esto a Shara — por lo que sentía debajo suyo sabía que se encontraba tirado sobre tierra fresca y algo de pasto. No le sorprendió, después de todo las grandes construcciones no eran usadas en Adamantina como en los reinos — Si se despierta usa el hechizo que te enseñé en él y por ningún motivo le dejes ver, hay quienes dicen que en sus ojos el rey puede ver, si te mira nos va a descubrir — ordenó antes de retirarse.
El joven a cargo de Izuku asintió más para sí mismo que su compañero que ya iba varios pasos lejos. El peliverde se había quedado pensando en lo dicho por el otro, ni siquiera él sabía de esos rumores. ¿Habría sido una mentira piadosa para que su compañero no le quitase la venda?
— Vaya, se me ha olvidado preguntar qué hago contigo — movió un poco un costal de tela en el que iba metido el pequeño Verde quien aún se encontraba dormido a causa de un hechizo de suspención animal, aunque su alma estuviese consciente y deseara ayudar a su casi nuevo compañero, no podía despertar a su cuerpo.
Tan sólo le quedaba pedir en que el peliverde planeara algo que los sacara de ahí. En cierta parte se lamenta por haberse dejado llevar demasiado por la emoción y no haberse dado cuenta de los dos maleantes con malas intenciones.
Tan cerca de poder ser como mis hermanos mayores... ¿Realmente seré capaz de proteger a este chico? Pensó mientras mantenía su mirada en su inconsciente cuerpo.
Desearía haber sido un huevo, haber nacido un poco después y así las cosas no estarían en ese estado. Izuku lo hubiese escogido sin problemas con el rey y estarían esperando con ansias la gran ceremonia.
Al menos que sea sólo él el que logre salir de esto. No importa si no logro convertirme en un compañero dragón, si salvo su vida será lo último que pediré suplicó ahora cerrando sus ojos y alzando su hocico al cielo esperando que la Madre Diosa tuviese sus ojos en él para poder ver que realmente necesitaba una ayuda, un "milagro".
Pasó entonces otro día, uno más de dura búsqueda y grandes planes por parte de reinos vecinos. Parecía que sólo el rey de Naseen, Yagi Toshinori, buscaba al peliverde para entregarlo sin doble moral a Bakugō.
Más allá de una acción guiada por el tratado de paz reciente con Ninrah, era su propio cariño hacia el chico el que le hizo ayudar a Katsuki.
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El misterio de Nihara ❪KatsuDeku❫
FanficLas guerras entre reinos vecinos y conquistas por territorios nuevos aún siguen al igual que muchos misterios de Bhanga a la espera de ser resueltos por el joven humano foráneo llamado Midoriya Izuku, un joven de espíritu determinado con un gran val...