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Sus pies dolían y su cuerpo le exigía descansar, el sol se había escondido hace ya horas, pero no era un impedimento para ella el seguir un camino desconocido en busca de protección, ayuda. Llevaba probablemente ya una semana buscando un sitio que pudiese proporcionarle trabajo y un lugar en donde pudiese pasar la noche. En sus brazos llevaba consigo la causa de que su vida se volviese un infierno.

Un precioso bebé de ojos verde esmeralda a quien nombró Izuku.

No podía odiarlo, él no tenía la culpa de nada. Era ella quien había ocasionado los problemas al quedar embarazada tan joven y del hombre incorrecto, ¿Quién le hubiese dicho que ese sujeto sólo la engañaría y la dejaría abandonada a su suerte? Creyó que ir a su casa después de haber sido corrida de su propio hogar era lo mejor, pero sólo se llevó una decepción más.

Sólo faltaba que se pusiese a llover para acabar de colocar esa noche como la peor en su lista de cosas terribles sucedidas en su vida, pero no parecía que fuese a suceder. 

Tras estar caminando un buen rato más, terminó tomando un descanso en un parque infantil lleno de juegos. Se metió en uno junto a su bebé, por lo tarde que era decidió que pasar la noche ahí no estaría tan mal. Ahora que más le preocupaba era Izuku, ¿Tendría hambre? ¿Tendría frío? No había logrado llevar consigo muchas cosas, cargaba una bolsa junto a un poco de ropa, un par de pañales, un biberón y poco menos de doscientos pesos que su madre había logrado darle antes de ser sacada a la calle por su padre.

Se permitió llorar en silencio al comprobar que el bebé dormía. ¿Qué es lo que haría ahora? ¿A dónde podría ir? No estaba segura de buscar ayuda de cualquiera, ¿Y si trataban de quitarle a Izuku por ser muy pequeña para criarlo? Y, a todo eso ¿Sería capaz de educarlo y criarlo bien? Habían tantas cosas en mente que sólo le hacían deprimir más y más.

Un ruido dentro del juego en el que estaba metida le hizo ponerse alerta, era el resbalar de una menor por un tubo que quedaba frente a ella. Desde donde estaba observo en todas direcciones comprobando que ningún adulto estuviese cerca esperando a su hijo bajar, nadie cerca, pero seguía escuchando el suave bajar de alguien.

Segundos después pudo ver a una pequeña de rubios cabellos y mirada curiosa que la observaba desde el tubo aún sin llegar al final, había detenido su bajar al nivel justo para mirarla sin estar muy cerca, aún así no parecía tenerle miedo.

Pequeña, ¿Qué haces aquí tan solita?  habló en un suave tono algo tembloroso por el llanto, la niña reaccionó acercándose más a ella viéndose ahora confundida ¿En dónde están tus padres? no parecía querer responder. Se acercó demasiado llegando hasta donde el bebé en sus brazos a quien ella le permitió ver ¿Te gusta? Se llama Izuku

Zuzu dijo al fin tocando con su dedo índice derecho una regordeta mejilla del bebé despertándolo en el proceso dejando ver sus preciosos ojos. Inko fue ahora la confundida al escuchar cosas inentendibles salir de la menor, parecía hablar un idioma muy extraño que desconocía completamente.

Mientras ella hacía gestos raros y hacía reír con ello al bebé, ella siguió confirmando que no hubiese ningún adulto alrededor. La menor se quedó con ella, durmió junto al bebé y al despertar les ayudó a caminar hacia un sitio en el que les dieron algo de comer; Inko había pasado todo ese corto tiempo junto a ella para tomar una decisión de la que sabría que nunca se arrepentiría. Adoptarla.

 Adoptarla

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El misterio de Nihara ❪KatsuDeku❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora