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[24 DE DICIEMBRE DE 2019. 

DONCASTER, UK. 06:10 A.M. CASA DE LOUIS.

"CUMPLEAÑO FELIZ, O CASI"]

Louis se encontraba pasando y agradeciendo los mensajes de feliz cumpleaño que había recibido, de todos, de todos excepto la persona que esperaba, Harry, el rizado no le había deseado un feliz cumpleaños como solía hacerlo, a las doce en punto le mandaba un gran mensaje, la temporada donde vivían juntos lo había despertado, le había obligado a comerse el panquesito que le había traído  y a soplar las velas, suspiró apagando su celular y comenzando a llorar, porque sí, porque esos días simplemente no había dejado de estar triste. Se sentó en la cama y se obligó a ponerse de pie, saliendo para ir al baño, miró su rostro en el espejo, sus ojos estaban hinchados, mordió su labio inferior mojándose el rostro, frunció su entrecejo al escuchar la voz de su madre en el pasillo, acercó su oído a la puerta.

─Jay, tienes que decirles.─aseguró Mark, Louis estaba confundido, ¿a qué se refería su padre?

─Mark, no puedo, no a Louis, ya está lo suficientemente triste para agregarle otra cosa.─ explicó Jay con suavidad, Louis seguía confundido, ¿a qué mierda se referían?

─Mujer, son Louis y Harry, estarán bien, pero esto es cáncer, no una ruptura amorosa, tienes cáncer Jay, y nuestros hijos merecen saberlo.─ replicó Mark, Louis sintió que su corazón se rompía en mil pedazos, el ojiazul abrió la puerta dejándose ver.

─¿Tienes cáncer?─ cuestionó el ojiazul en un tartamudeo, su voz salió débil como si quisiera romperse, Jay lo miró con preocupación.

─Cariño...─ susurró su madre caminando hasta él.

─¿Qué etapa?─ cuestionó el castaño mirándola con angustia.

─Leucemia, etapa tres.─ susurró la mujer, Louis la abrazó al instante, y el maldito mundo supo en ese momento que el corazón del ojiazul se debilitó, solo un poco, se debilitó lo suficiente para que en cualquier momento pudiese romperse.

─Tienes que iniciar tratamiento.─ aseguró el ojiazul sin soltar a su madre─. Tenemos que decirle a las chicas, tenemos que decirle a los abuelos, tenemos que...─se interrumpió cuando sintió que su voz iba muy rápido, y aunque su corazón estaba en peligro de romperse, era tan malditamente fuerte que era capaz de soportar cinco tormentas más.

─Louis, se los diré de acuerdo, pero no debes preocuparte por ésto, es tu cumpleaños amor, y es noche buena.─ dijo su madre tratando de calmar le, el ojiazul se separó del abrazo asintiendo, intentando sonreírle, aunque lo único que logró fue mostrarle una miserable mueca. 

─Está bien, yo volveré a dormir, va a ser un día algo pesado.─aseguró el castaño, le dio un beso en la mejilla a su madre y otro a su padre, para después volver a su habitación a acostarse.

El ojiazul se encerró y se tumbó en la cama y en el momento en el que cerró sus ojos supo que tendría noches largas, así que se permitió llorar en silencio, haciéndose ovillo, sentía asco, dolor de cabeza, náuseas y un dolor que le impedía respirar bien,  así que sabía que la cosa era mala, porque cuando el corazón te dolía emocionalmente y empezaba a tener efectos físicos era una mala señal, era una pésima señal.

[24 DE DICIEMBRE DE 2019.

DONCASTER, UK. 11:40 P.M. CASA DE LOUIS.

"CENA FAMILIAR"]

Louis estaba en la mesa, hablaba con sus hermanas soltando carcajadas ocasionales, habían cenado ya, sus tías y tíos habían hecho las preguntas típicas, ¿qué tal la universidad, Louis?, ¿qué tal los amigos?, ¿alguna chica?, blah, blah y blah, contestó todas con amabilidad, miró como colocaban un pastel frente a él y todos comenzaban a cantar feliz cumpleaños, soltó una carcajada mirando el pastel frente a él, cuando finalizaron mordió su labio inferior y cerró sus ojos, sopló la vela pidiendo su deseo y escuchando los aplausos después.

Please, say it back.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora