Defensores: El Secreto Del Libro

Capítulo 24: A Tiempo

—¿¡Que dices!?. —Fany se acerca a él y deja a Jesus junto a los demás contra las sombras.

—No funcionó... Creo que me desconcentre o no se. —Responde el chico desorientado.

—Pero... Dependemos de esa arma para poder pasar el nivel. —Fany se escucha asustada.

Alejandro ve sus manos y luego suspira. —Lo intentaré otra vez.

Fany asiente pero no ayuda a los chicos.

Se queda ahí para observar como Alejandro se pone por debajo del brillo, luego suspira, levanta una de sus manos pero está se llena de tierra.

Alejandro vuelve a observar que su intento a fracasado.

Se aleja de la luz pura, claramente se nota su confusión y decepción.

—No se...

—Lo intentaré.

Alejandro mira a Fany con sorpresa.

—Tu...

—Si no matamos a las sombras con esas armas, no vamos a poder ni siquiera salir de aquí. —Dice Fany.

Alejandro tarda en responder.

—Pero tu no sabes lo de la concentración y...

—Quiero intentarlo. —Fany se escucha muy segura.

Alejandro ve hacia un lado y luego asiente.

—Inténtalo.

Fany traga saliva, pasa a Alejandro y luego llega al brillo.

—Cierra los ojos, olvídate del mundo y suspira. —Le dice el chico a la chica y después avanza con sus amigos para ayudarlos en contra de las sombras.

Fany lo piensa por algunos segundos.

Recuerda la plática que tuvo con el musdux.

Aquella revelación que la hizo cambiar de opinión.

Es cuando vuelve a suspirar, se endereza con firmeza y hace lo que Alejandro le aconsejo.

Olvídate del mundo.

Son palabras que repite una y otra vez en su mente.

Los segundos pasan, los quejidos de sus compañeros empiezan a disiparse mientras que sus latidos y su respiración se escuchan más fuertes.

Comienza a sentir una extraña tranquilidad.

Siente y respira.

Escucha la chica en su mente y no se alarma, puede reconocer la voz.

Siente y respira.

Repite la voz mientras que Fany experimenta un mar de estrellas, como si estuviera sumergida en una nebulosa.

Ahora levanta tu mano.

La chica obedece y sobre su mano, comienza a crearse la silueta de una espada.

Fany abre los ojos cuando en la yema de sus dedos siente un objeto.

Tómalo.

Ella en todo momento, obedece.

Los chicos se maravillan cuando ven a Fany levantar una espada blanca, delgada y a primera vista, con demasiado filo.

La chica también se queda fascinada.