Capítulo 37: Accidente

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Todos los chicos comenzaron a golpear fuertemente el muro invisible que los dividía para tratar de llamar la atención de Alejandro que parecía muy confundido y buscando algo.

—¡Alejandro abajo!. —Grita Fany sin dejar de golpear al muro.

—¡Vamos! Haznos caso. —Jesus comenzaba a cansarse.

El chico por más gritos que daban, no les hacía caso y después de un tiempo, comenzó a alejarse del punto azul.

—¡No!. —Gritan todos cuando sucede eso.

—Ay, con un carajo. —Angela deja de golpear el muro y comienza a correr de regreso a la puerta.

—¡Espera!, ¿Que vas a hacer?. —Voltea Magali y comienza a alcanzarla.

—Voy a ir a su puerta.

Magali por un momento piensa en quedarse, pero sabe que no va a lograr nada gritando y pegando al molesto muro, no lo duda ni un sugundo más y comienza a correr detrás de Angela.

Alejandro planea volver a entrar a su puerta pues jura a ver visto la piedra y le sorprende no observar a nadie afuera.

Llega de nuevo a su entrada, cuando está a punto de poner su mano, escucha un grito detrás de el.

—¡Alejandro!. —Se toma un momento para recuperar el aliento. —¿Por qué... Por qué te saliste de tu puerta?.

Alejandro frunce el ceño. —Es algo que también yo me pregunto.

—Ay mierda. —Magali también está agitada. —No te hubieras salido de tu puerta Alejandro. —Se acerca al chico y a Angela.

Alejandro queda más confundido. —Espera ¿Cómo saben que yo me salí de mi puerta.

Las chicas están tomando aliento para poder responderle.

—¡¿Que pedo!?. —Grita Jessica cuando observa que ahora Magali, Angela y Alejandro se han saltado el lugar donde estaba la piedra.

—¡Magali!. —Sigue gritando Fany. —¡Al carajo!. —Deja de golpear y hace lo mismo que Angela y Magali.

—¿A dónde vas?. —Le pregunta Jesus.

Pero Fany no es como Angela e ignora la pregunta del chico.

Aunque después de ver a la chica alejarse, supone el punto.

—¡Ey!. —Les grita para obtener atención.

Cosa que logra bastante bien.

—No vamos a conseguir nada gritando y pegando aqui, ya sabemos que la piedra se encuentra en la puerta de Alejandro, ¡Vamos!. —Jesus se echa a correr mientras sus demás amigos lo siguen.

—Te vimos desde la puerta de Jessi. —Responde primero Angela.

—¿Cómo que me vieron?. —Alejandro no puede entender.

—Si wey. —Magali roda los ojos. —Te vimos desde adentro de la puerta de Jessi, en el muro invisible se veía la piedra y luego pasaste tu por encima de ella y ahora estás acá fuera.

Alejandro baja la mirada tratando de entender lo que sus amigas querían decirle.

—Es que no entiendo, por qué yo también ví la piedra atrás del muro invisible, pero yo si lo pude traspasar y después de eso llegué a acá.

—¿O sea que no te regresaste para llegar acá?. —Pregunta Angela.

—No. —Alejandro niega hasta con la cabeza.

—¿Entonces... —Magali está a punto de suponer algo pero los demás chicos salen de la puerta de Jessica y los alcanzan.

—Weyes... —Fany suena molesta. —¿Por qué se salieron?. —Trata de recuperar lo más rápido posible la respiración.

—¿Cómo?. —Ahora la confundida es Angela.

—Ustedes también ya estaban debajo de la piedra, ¿Para que se salen?. —Jesus repite.

Las chicas no pueden formular palabra alguna de lo confundidas que están.

—Bueno, al menos ya sabemos que la piedra está en la puerta donde buscó Alejandro. —Dyllan trata de tranquilizar a todos.

Angela ríe. —Pero ni siquiera entramos.

—¿Ora?. —Jessi las mira.

—Nosotros las vimos ahí. —Habla Benítez.

—No... —Alejandro comienza a caminar al centro de lugar.

—¿Cómo no?. —Jesus lo ve. —Tu ni siquiera puedes hablar por qué no estuviste ahí.

—La piedra no está en la puerta donde yo busqué. —Esboza una sonrisa.

—Alejandro, nosotros lo vimos. —Fany suena irritada y desesperada por entrar a la puerta del chico para encontrar de una buena vez la piedra.

—La piedra está aquí. —Señala Alejandro al centro exacto de todo el lugar.

Jessica ve a todos. —¿Que?.

Alejandro se agacha y dirige lentamente su mano hacia el punto brillante azul hasta tocarlo.

El lugar entero comienza a temblar.

—Verga, ahora no si está temblando en la vida real o aquí. —Dyllan trata de equilibrarse con sus manos.

Parte del suelo que tiene rodeada a la piedra cae hacia el fondo, la piedra surge de ahí y flota para que todos la puedan ver.

—Asi que la piedra estuvo ahí todo este tiempo. —Fany no tiene idea de cómo reaccionar.

—Básicamente estuvimos buscando a lo pendejo ¿No?. —Magali se acerca para ver de nuevo a la piedra más cerca.

—Alegrense cabrones, ¡Encontramos la piedra!. —Dice Alejandro en tono de regaño.

—¿¡Cómo quieres que nos alegremos!?. —Jesus se voltea molesto. —¿Quieres que hagamos fiesta?, ¡Uy si, ahuevo, encontramos la piedra cuando siempre estuvo debajo de nuestras narices. —Jesus toma una flecha de su espalda y la lanza hacia arriba. —¡Que felicidad, vamos a festejar!.

—¡Pendejo!. —Le dicen todos mientras se cubren la cabeza.

—Uy creo que me excedí. —Jesus se mueve de lugar y se cubre la cabeza con sus manos.

—¿¡Dónde está la flecha!?. —Magali hace lo mismo

—No la veo. —Dice Dyllan mientras se vuelve a cubrir con sus manos.

—Yo tampoco. —Jesus falla en su intento.

—Todo por tus pinches arranques. —Alejandro rápidamente hace la intia del escudo y se protege la cabeza.

Los demás corren con el y se protegen. —Ay, ahora sí ¿No?. —El chico se molesta por su conveniencia.

Pero Jessi aún está tan desorientada con el descubrimiento de la piedra que se queda ahí parada.

Fany logra encontrar la ubicación de la flecha y ve que va justo en dirección de Jessica.

Sabe que aunque le grite, a ella le va costar moverse o reaccionar por su situación, entonces sale del escudo de Alejandro y corre para que con un espadazo arriba de la cabeza de Jessi, desvíe la flecha rápidamente.

El musdux aparece. —Felicidades jóvenes defensores, han... —Pero está justo en dirección de la flecha desviada por Fany y el libro es atravesado violentamente por la fuerza de la flecha que destruyendolo y partiendolo dos.

—Mierda. —Alejandro quita el escudo y corre hacia el libro.

Los demás hacen lo mismo.

—Valió madres.

Defensores: El Secreto Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora