Capítulo 61: Luchas

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—Recuerden está vez no hacer tanto ruido para que no tengamos tanto problema. —Menciona Fany al pie de la pirámide.

Luis angel había aumentado sus habilidades con el escudo pues ahora no le costaba tanto trabajo agrandar su escudo de forma que todos pudieran subir cómodos y no como la otra vez que estaban apretujados para no ser vistos.

—Entonces... Allá vamos. —Luis Angel comenzó a subir las escaleras de la pirámide mientras que los demás lo iban siguiendo.

Todos iban en total silencio hasta que llegaron a la mitad de camino y Alfredo tuvo que parar. —Esperen... —Pidió susurrando.

Los demás también estaban agotados pero no tanto como su amigo.

—Alfredo, ahorita descansas, ya vamos a llegar a la cima. —Le dice Dyllan también en susurro.

—Cinco, cinco. —Alfredo se recarga en sus rodillas.

Todos ríen menos Fany que solo niega molesta.

—En lo que ese wey descansa. —Jesus le habla a la chica. —¿Por fin que pasó con Alejandro?. —Todo esto en susurro.

Fany niega. —No es el momento. —Ella también aprovecha para tomar un poco de aire. —Pero en resumen, Ahora cree que Teyaka no es el musdux.

—¿¡Que!?. —Jesus dice en voz alta.

—Shhhhh. —Lo callan todos mientras se quedan quietos por si sale algo o alguien.

Observan a todos lados, pero nada.

—¿Cómo?. —Jesus está impresionado.

—Pues como lo escuchaste. —Fany menciona. —Por eso le arrebató el musdux a Teyaka, dice que lo va a recuperar.

—¿Y como si Teyaka es el musdux?. —Pregunta el chico confundido.

—Es lo que trate de hacerle ver, pero se aferró mucho a la idea. —Fany desvía la mirada.

—Ya, ya podemos continuar. —Avisa Alfredo en voz alta.

—Shhhhhhh. —Los chicos vuelven a silenciar.

Alfredo cae en cuanta de lo que pasó. —Perdon. —Dice susurrando.

Luis angel vuelve a avanzar y los chicos lo siguen.

No lo hacen rápido.

Se toman su tiempo.

Hasta que llegan hasta arriba.

—Ahi estás. —Dice Dyllan cuando nota la dentia al centro de templo a Kukulkán.

—¿Ahora como lo tomamos?. —Pregunta Luis Angel cuando claramente solo puede pasar una persona al interior de la construcción.

—Mmmm. —Piensa Jesus. —Debimos de haberlo pensado mejor. —Se lamenta Jesus.

—Eso es un echo que ya no tiene sentido que lo digas por qué no ayuda en nada. —Contesta Angela.

Jesus frunce el ceño. —¿Tu que?

Angela ríe. —¿Pues que?. —Angela lo reta.

Mientras Jesus y Angela juegan y los demás piensan en alguna solución, Luis Angel decide desaparecer su escudo y entrar corriendo por la dentia.

—¡Wey espera!. —Trata de detenerlo Fany pero no lo consigue.

Luis es veloz y toma la dentia de dónde estaba resguardada y la observa.

—¡La tengo chicos!. —Avisa con una sonrisa.

Fany y los demás están sorprendidos.

—¿Ya?. —Jesus pregunta. —¿Así de fácil?.

Defensores: El Secreto Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora