Capítulo 18: Héroe

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Alejandro estuvo a poco de gritar y entrar en pánico.

Pero luego recordó que el era el que tanto quería avanzar más allá de aquellos "Ocho integrantes".

El era el que quería descubrir lo que el musdux guardaba.

Ahora lo tenía.

Era hora de responder por lo que provocó.

Suspira y se acerca rápidamente al brillo que salia de arriba.

—Pues a ver. —Es lo último que dice.

Cuando toca el brillo, instantáneamente es reacomodado en el centro de toda la locación.

Abajo tiene el musdux pero observa que el brillo ya no esta, aunque el agujero si.

—¿Y ahora que hago?. —Pregunta en su mente el chico.

—Levanta tu mano.

—¿¡Qué!?. —Alejandro observa su alrededor.

—Levanta tu mano.

Alejandro cae en cuenta que nadie de sus amigos le esta hablando.

Es la voz del musdux.

—E-esta bien. —Alejandro obedece y apunta su mano justo hacia donde antes emanaba el brillo.

—Siente y respira. —Dice el musdux en su mente.

El nerviosismo de Alejandro le impide poner atención.

El musdux vuelve a hablar. —Siente y respira.

La voz suena tan calmada que logra transmitirle algo de paz al chico.

Asiente y cierra los ojos mientras que procede a concentrarse.

A sentir y respirar.

El escudo parece que comienza a romperse.

Los chicos están demasiado preocupados y llenos de miedo por lo que están observando.

A Alejandro le llega el recuerdo del sueño.

Las siluetas y el lugar tan calmado.

Lo ayudan a tranquilizarse.

Alejandro no está consciente de, pero sus amigos comienzan a observar que el brillo que había desaparecido, comenzaba a observarse de nuevo.

—Siente y respira. —El musdux vuelve a hablar tratando de que Alejandro se concentre por completo.

El chico ya no tiene miedo, la paz lo invade y el brillo aparece nuevamente, choca con la mano de Alejandro que aún la tiene levantada con la palma mirando hacia el cielo y recorre todo su cuerpo al punto de que ahora el también irradia luz.

—Ahora solo apunta y transforma. —Ordena el musdux.

Y Alejandro, apenas consciente de lo que estaba sucediendo, obedeció y poco a poco bajo la mano hasta apuntar al yaotl que seguía amenazándolos mientras el escudo estaba a punto de romperse.

Fany y los demás estaban tan concentrados rezando por sus vidas que no se percataron de lo que estaba sucediendo.

El escudo termina por romperse, el Yaotl que había duplicado su tamaño y ahora parecía más bien un gran toro, no duda ni un segundo en aventarse hacia ellos.

Tratan de cubrirse pero un rayo atraviesa al yaotl desintegrándolo al instante.

Cuando todos se voltean, observan que Alejandro desprende de su mano una esencia de color amarillo que poco a poco se esfuma.

—Muy bien Alejandro. —Reconoce el musdux. —Han superado el nivel de ejemplo, ¿Aceptan pasar al primer nivel?.

—¡No!. —Grita Fany se acercándose al musdux y al chico. .

—Entonces, nos vemos hasta la próxima, Defensores ¡A la guardia!.

El lugar donde estaban parece desvanecerse.

El musdux se apaga y con ello todos se dan cuenta que en realidad estuvieron todo el tiempo en la casa de Magali.

—¡Pero es que las gráficas son increíblemente reales y sorprendentes!. —Dyllan se acerca a Alejandro que esta un poco desorientado por lo que ocurrió. —¿Como se llama la consola? Y ¿¡Como le hiciste para obtenerlo!?, ¿Acaso vendiste tus órganos?. —Pregunta emocionado.

—Si... Eso fue muy real. —Menciona Ángela que tarda en adaptarse a su realidad de nuevo.

—Por un momento pensé que moriríamos. —Agrega Jesús. —¡Y todos no la creímos!. —Rie.

—¡Si!. —La que habla es Magali. —Se ve interesante el juego. Deberíamos...

Fany que ya se había acercado al musdux, lo toma. —¡Qué esto no es un juego!. —Interrumpe a Magali y luego voltea a ver muy enojada a Alejandro. —Te dije claramente que no siguieras con este tema y mira hasta donde llegaste, casi nos matas a todos.

—Pero Fany, ¿Acaso no lo entiendes?. —Alejandro quiere tomar el musdux pero la chica lo desvía, suspira. —Esto nos puede brindar algo increíble.

—Tu no sabes de dónde viene esto, ¡Ni siquiera sabes que van a hacer con la información que ya tienen de todos!.

—¡Fany!. —Alejandro también comienza a subir su tono de voz. —Esto no es de la tierra, ningún gobierno secreto está detrás.

—¡Y tu como lo sabes!.

—¿Por qué que clase de gobierno te entrenaría de la forma que tú viste ah?. ¡Yo soñé con esto! ¡Yo vi cosas relacionadas a esto!.

—¿¡Así!?. —Fany ríe. —No me digas.

La conversación más bien ya era una discusión y los demás solo veían lo que pasaba pero no entendían lo que estaba sucediendo.

—¡Es que no entiendo!. —Continua Fany. —¿¡Que es lo que quieres lograr con todo esto!?

—¡Ser un héroe!. —Grita Alejandro.

Después de eso, el ambiente se volvió aún mas tenso y eso fue acompañado de un silencio abrumador.

—Yo quiero ser un héroe... y creo que eso puede hacerme... ¡No!, Puede hacernos unos héroes. —Alejandro los señala a todos.

Fany roda los ojos y niega. —O sea, te estás dejando llevar por tu capricho.

Alejandro ríe indignado. —¡No es capricho!, Fany esa cosa nos eligió, estoy seguro de eso...

—No. —Interrumpe inmediatamente. —Son creencias tuyas, Nunca debí dejarme llevar  cuando estábamos en esa exposición, ni siquiera...

El celular de Fany suena y la interrumpe.

Lo checa y se percatan de que es su madre.

Suspira y responde. —¿Si?... Bueno... está bien... ahí voy.

Fany vuelve a guardar su celular y después mira a Magali.

Se acerca hacia ella. —Magis, mi mamá ya está afuera esperándome, tengo que irme. —Le da un abrazo. —Espero que te la hayas pasado muy bien.

Se aleja pero Alejandro se acerca hacia ella. —Damelo. —Alcanza a tocar el musdux pero Fany es ágil y vuelve a esquivar su intento.

—¡No! —Lo guarda en la bolsa que traía. —Devolveré esto a las autoridades y dejaras de fantasear con esto.

—¿Qué?, Espera.

—Adiós chicos. —Grita y cierra la puerta.

Alejandro quiere abrir y quitarle el musdux, pero la madre de Fany se encuentra ahí afuera y no quiere armar un escándalo.

—Valió madre. —Dice Alejandro desanimado.

Defensores: El Secreto Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora