Capítulo 56: Sospecha

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Alejandro se sienta frente a su computadora.

Quiere pensar.

¿Que tan peligroso podría resultar que Alejandro este equivocado en su idea?.

Después de la misión en Tah Mahal, Alejandro no había desistido en pensar que Teyaka no era el musdux.

Aunque ahora que lo empezaba a ver cómo una afirmación, de echo cobraba más sentido.

Pero Alejandro sabía que estar equivocado sería prácticamente su fin.

O tal vez no tanto.

¿Que podría pasar?

Lo único que podría suceder sería tal vez un regaño, una disculpa.

En el caso más desventajoso.

Su expulsión.

Pero se supone que el musdux había confiado en el desde un principio.

¿Por qué entonces tendría que expulsarlo?.

El asunto es que, si estaba equivocado, al parecer todas las repercusiones caerían en contra de el.

Uno asume las consecuencias de sus actos.

El asunto es que, si no estaba equivocado, entonces había algo de que preocuparse.

Algo muy grande.

Por qué si Teyaka no era el musdux, ¿Entonces quien y... Que quería?.

Las dentias.

El buscaba eso.

¿Para que las quería?.

"Para no desaparecer" pero tenía que saber que eran en su totalidad.

Obviamente no iba a tener una respuesta de Teyaka,

Quien claramente podría responderle sería únicamente el musdux.

Por eso tenía que recuperarlo.

Aunque eso costaría por qué Alejandro sabía que Teyaka no lo soltaría tan fácilmente.

Incluso y en todo caso, Alejandro sabía que si lograba recuperar el musdux, Teyaka sabría que este lo tendría.

Tenía que elaborar un cuidadoso y perfecto plan.

Con la quinta dentia en sus manos ya solo faltaría la sexta y la séptima.

La sexta la conseguirían esta noche, por lo que tenía todo el día para planear todo.

Y si, el solo.

Al parecer, era el único que lo había pensado.

En estos momentos en el que todos (hasta incluso el) le hacían caso y obedecían sus órdenes, sabía que sería difícil convencer a sus amigos.

Otra cosa sería si tuviera pruebas físicas o algo más que solo su instinto, sueños y palabras que ni siquiera ellos escucharon.

En el tema de las dentias, hasta ahora, no le importaba tanto que podría hacer con ellas, lo que importaba era confirmar que Teyaka no era el musdux.

Estaba seguro de que podía lograrlo.

Ahora más que nunca, debía evitar dudar de sus capacidades.

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Luis Angel se encontraba en su casa descansando.

Recién había entrado a un equipo de fútbol y también comenzaba a ir al gimnasio.

Defensores: El Secreto Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora