Capítulo 32: Fracaso

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—¿Un yo más negro?. —Pregunta Alejandro al ver a la silueta que después de eso, le suelta un golpe que el chico recibe en su brazo al tratar de protegerse.

El golpe es fuerte por lo que Alejandro se aleja y ve el resultado de.

El área está roja y nada más de que preocuparse.

Alejandro con eso, sabía que no podía jugar.

Esto iba en serio y más valía que encontrara el sentido de todo esto.

Finalmente era una misión para poder invocar su arma, pero lo que no entendía el chico, era la relación o como es que la obtendría.

—Tal vez, desapareciendolo como en el primer nivel. —Alejandro hace la intia del escudo y cuando lo invoca, se acerca a su contrario y levanta su escudo para tratar de traspasarlo, pero no lo hace y en cambio, su sombra es fuertemente lanzada hacía una de las paredes de la ya abandonada casa que retumba en su totalidad.

Alejandro escucha unos resquebrajos sobre el y levanta su mirada.

El piso de arriba está por caerse y casi por instinto, Alejandro se quita antes de que la piedra caiga sobre el.

El chico abre los ojos sorprendido y cuando devuelve la mirada a su contrario, que por el momento es que como el lo llamada, este ya había lanzado un escudo como el que el hizo dando el mismo impacto que cuando lo lanzó.

Alejandro se lleva un fuerte golpe en la pared.

Trata de levantarse y le duele la espalda.

—Me lleva la chingada. —Expresa aguantando el dolor mientras ve como su contrario se acerca amenazante. —¡Ay!. —Grita levantándose de una vez teniendo que aguantar el dolor y corre hacia las escaleras para subirlas y ocultarse en el cuarto de Fany.

Alejandro suspira. —Esto si va muy en serio. —Dice preocupado. —No se ni siquiera como es que voy a terminar el nivel y tampoco puedo permanecer aquí el resto de mi vida. —Se sigue sobando su espalda.

Entonces, el chico, tratando de buscar la solución más rápida, recuerda una de las cosas que le había dicho el musdux.

"Para invocar su arma".

Alejandro lo piensa por un momento, después vuelve a ponerse de pie y pone su mano enfrente para hacer la intia de la arma.

Mueve su mano hacia la izquierda y después la baja.

La línea blanca permanece en frente y poco a poco parece convertirse en algo hasta que fuego empieza a salir de ella y se consume hasta desaparecer.

Alejandro se frustra.

No tiene arma y está en problemas.

—¡Me lleva la chingada!. —Alejandro se voltea y con irá golpea la puerta que es destrozada mientras los restos de esta golpean al contrario que al parecer ya lo buscaba.

Alejandro observa su mano y está emite una especie de humo negro.

Se encuentra muy confundido, pero no tenía tiempo para eso.

Alza la mirada y su contrario lo ve con furia y se lanza hacia el.

Alejandro sale del cuarto y lo esquiva.

Su contrario cae hasta el fondo del cuarto mientras Alejandro baja corriendo de la casa y se dirige a la puerta para salir, solo que al abrirla, hay un abismo enorme.

Por supuesto, Alejandro se avienta para atrás. —¡Ahuevo que habría un abismo!. —Dice el chico enojado.

Se levanta y cuando voltea su contrario ya está atrás de él y comienza a golpearlo.

—¿Tanto me quieres?. —Alejandro lo avienta con sus piernas dándole tiempo de pensar un poco mejor las cosas.

Pero no.

No existía ese tiempo.

—Creo que si no te elimino, tu lo harás primero. —Confiesa cansado. —No puedo entender la mecánica de este nivel, no entiendo que es lo que tengo que hacer, aún así, lo más lógico sería desaparecerte, así que terminaré con esto de una vez por todas. —Se le puede escuchar afectado.

Sin importarle mucho, cierra los ojos e inicia la intia de la espada de sirio.

Lleva su mano izquierda a la derecha y la derecha la lleva hacia el lado izquierdo para finalizar con una v invertida.

Después de eso, los movimientos marcados con esa luz brillante se transforman en la espada que ya había visto antes.

La famosa y poderosa espada de sirio.

Alejandro apunta con la espada a su contrario y después se acerca corriendo a el.

Solo que para su sorpresa, el contrario también comenzó a correr.

Creyó que podría ser una táctica para distraerlo, así que siguió con su decisión.

Alejandro hunde su brazo para acomodarse con la espada y atravesarla en el cuerpo, cuando llega con su contrario empuja la espada y observa como la sombra aparece una espada similar a la de el.

Sabía muy bien lo que pasaría después.

Y era muy tarde para arrepentirse de sus movimientos.

Los dos terminaron por enterrarse sus espadas.

Después de unos segundos, la sombra desapareció y consigo, la herida quedó abierta dejando un mar de sangre en su ropa.

Su visión comenzó a ser borrosa y cada vez le faltaba más la respiración.

Comenzó a sentir un sueño.

Un sueño profundo.

Alejandro empieza a cerrar los ojos hasta que siente que está durmiendo.

Luego, parece que está soñando.

Ve a su alrededor y le da la sensación como si estuviera en un paraíso, pues está rodeado de puras nubes.

—¿Morí?. —Pregunta confundido.

Cuando voltea, puede observar un escenario un poco peculiar.

Enfrente, puede ver a un Alejandro dormido en un silla que parecen ser las de su prepa, luego, a su lado izquierdo está un Alejandro que parece estar viendo a algo o alguien mientras que a su lado derecho, hay una persona como de 40 años con pelo largo pero muy despeinado con una vestimenta que le llega hasta los pies, blanca y con unos símbolos que no puede entender el chico.

—Un defensor. —Dice el hombre. —Incluso hasta cuándo lleguen los momentos en que no lo crean. —Señala la persona. —Nunca deben olvidarlo.

Entonces despierta.

Voltea a su lado y puede ver a Dyllan, Jessica y Angela comenzandose a despertar como el.

Vuelve a voltear y ve al resto tallandose los ojos y bostezando.

—¿Que paso?. —Pregunta Alejandro extrañado.

—Fracasaste en el nivel secreto. —Responde el musdux.

Defensores: El Secreto Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora