Capítulo 34: La Busqueda

24 0 0
                                    

La semana paso completa.

Lo bueno de haber terminado por establecer solo un día a la semana de entrenamiento, era que podían ocuparse de todos sus asuntos sin tener que preocuparse que todavía tenían que avanzar un nivel.

Aunque claro que solo aplicaba para las personas que eran responsables con sus actividades.

Alejandro era muy distraído; A veces ni siquiera la semana le alcanzaba para poder ocuparse de sus cosas.

Pero eso no le importaba ni le estresaba.

—Alejandro. —Se le acerca Fany. —¿Cómo realizas la intia del escudo?.

El lo piensa.

¿Cómo lo explicaba?. —Pues solo necesitas de concentración, así como haces la intia de invocación de tú arma.

—¡Eso intento!. —Confiesa la chica irritada. —Pero no puedo lograrlo.

—Si no puedes lograrlo es porque... Necesitas abrir tu mente y dejar que las cosas que te agobian se vayan. —Dice con voz pretenciosa.

—¿En español?. —Pregunta la chica frunciendo el ceño.

—Ash. —Rie Alejandro. —Pues seguramente hay algo que te preocupa y gracias a eso no puedes realizarla, por esto te decía que hicieras lo mismo que haces cuando invocas tú arma, solo que en lugar de hacer la intia de la arma, haces la del escudo.

—Es que la del arma solo es mover tu mano, la del escudo es todavía más elaborada.

—Y eso requiere más concentración.

Fany asiente.

—Pues al menos a mí me llevo toda la semana tratar de invocarlo. —Confiesa Alejandro. —La práctica también tiene mucho que ver. —Los chicos se dirigen con los demás que ya se ven muy preparados para el nivel.

—Recuerden que podemos morir así que, den lo mejor de ustedes. —Alejandro no puede evitar reír cuando hace el comentario.

—Morir no es una opción. —Dyllan lo señala.

—Y si uno si se quiere morir. —Angela dice.

Todos sus amigos la ven extrañados.

—Es broma mensos. Ya hagan lo que tengan que hacer por qué me empiezo a poner muy nerviosa. —Angela evita la mirada de todos.

—Hazlo tu. —Alejandro le dice a Fany. —La última vez que lo hice, no estuvo muy bonito.

Fany ríe. —Por dos, pero ya que.

Fany se acerca y pasa la llema de su dedo por abajo de donde está escrito "Nivel secreto".

Aparece de inmediato "Nivel 4".

—Bienvenidos jóvenes defensores. —Habla el musdux con tono gustoso. —¿Están listos para el siguiente nivel?.

La emoción es contagiada a los chicos que con una sonrisa responden. —¡Por supuesto!.

—Entonces, es hora del nivel 4.

El cuarto de Fany comienza a transformarse.

—Esta parte siempre me recuerda a cuando los Backyardigans comenzaban sus aventuras imaginarias. —Alejandro plática con Dyllan.

—Bueno, me pido a Tyron.

—Yo a Pablo. —Dice inmediatamente Alejandro y después voltea a ver a sus amigos. —Que Jesus sea Ostin y Fany podría ser la...

Sus amigos ríen y se quedan callados esperando a que diga el nombre.

Alejandro empieza a chasquear los dedos. —La que decía ¡Oh por toda los cielos!.

—Ay. —Fany roda los ojos. —Vete a la chingada Alejandro.

Sus amigos ríen hasta que la proyección termina y pueden ver dónde se encuentran.

Parece que están dentro de una antigua construcción, la altura es abismal y alrededor de ellos hay 6 grandes puertas con al menos 8 metros de altura.

—Me encantan este tipo de viajes mágicos. —Jessica se sincera.

Alejandro puede observar que en la puertas están grabados lo que parecen ser personas, pero no humanas.

—En nivel de hoy. —El libro aparece justo delante de ellos lo que provoca que algunos se asusten. —Tendrán que encontrar esto. —El libro proyecta una gran roca que por lo visto, brilla con un color azul.

—Wow. —Magali no puede evitar expresar.

—Es bellísimo. —Dice Dyllan.

Alejandro lo voltea a ver y luego lo señala con un chasquido.

—En alguna de las 6 puertas o incluso en este espacio está escondida está gran piedra  que simboliza paciencia y esfuerzo, el nivel quedará completado una vez encuentren la piedra.

—Bueno, al menos no vamos a temer por nuestras vidas en este nivel. —Jesus menciona un poco aliviado.

—Hay peores cosas que temer por tu vida. —Responde el musdux.

—Chale, te humilló. —Luis Angel le dice.

Algunos no pueden evitar reírse.

—Tambien, necesito contarles una cosa.

—Escuchamos. —Alejandro habla por todos.

—Para que no tuvieran tanto problema con sus tiempos para realizar los niveles, utilize una técnica apodada por los Defensores legendarios como Desfase de tiempo, en donde detenía el tiempo de su alrededor y luego se recuperaba acelerando mientras no había actividad, pero hacerlo demasiadas veces puede traer graves consecuencias pues se interfiere en la naturalidad del universo.

Los chicos trataron de entender todo lo que el musdux les dijo.

—¿Entonces?. —Jessica pregunta.

—Al menos hoy, lo que tarden en este nivel, será lo que se tardarán en el mundo real.

—Madres. —Magali dice cuando en realidad solo quería pensarlo.

Todos comienzan a pensarlo.

—Musdux, ¿Podrías decirnos más o menos cuanto nos tardamos en los niveles pasados?. —Pregunta Alejandro temeroso de no recibir una respuesta.

—Aproximadamente entre 30 y 50 minutos.

—Yo creo que si podemos hacerlo en ese promedio de tiempo. —Alejandro habla con todos.

Los demás lo piensan.

—Yo apuesto por ello. —Dice seguro Jesus.

—Pues ya, a ver qué pasa. —Angela cruza sus brazos.

Los demás no muestran objeción por lo que Alejandro ve al libro. —Esta bien, gracias por avisarnos musdux.

—Una última cosa.

Alejandro guarda silencio.

—Nunca dudes de tus capacidades.

Alejandro asiente y el libro desaparece.

El lugar por momentos se hace increíblemente silencioso.

Pero ese silencio si que asfixiaba.

Desde ahí, Alejandro sospecha que las cosas no van ir muy bien como en los otros niveles.

—¿Recuerdan la vez que fuimos a la casa de Jesús y Dyllan y jugamos a las escondidas.?.

Sus amigos asienten.

—Bueno, pues ahora tenemos que encontrar la dichosa piedra.

—Creo que esa instrucción la entendimos todos Ale. —Dice Jessi sin apartar la vista del grandioso lugar.

—Bueno, me alegra.

—¿En dónde se supone deberíamos a empezar a buscar?. —Fany pregunta al comenzar a pensar que el lugar donde estaban, era uno increíblemente grande.

Alejandro comenzó a llegar a la misma conclusión. —Creo que ya tenemos nuestro primer problema.

Defensores: El Secreto Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora