Capítulo 30: Frutos

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Ya había pasado tiempo desde que las flechas amenazaban a los chicos en su desgastado muro.

—¿Ya debió haber parado no?. —Grita Jesus Esperando que el muro aún no caiga.

—¡Si!, Se supone, pero no para.

—¿Y si la averiaron cuando entró la espada de Jessi?. —Pregunta Angela.

—Pues entonces estamos en graves problemas por qué esto tarde que temprano caerá y está claro que esas flechas atravesaran nuestros cuerpos. —Grita Alejandro para que sea escuchado.

—¿Que vamos a hacer?. —Magali comienza a preocuparse.

—No lo se. —Fany apenas puede pensar por el shock de pensamiento que le da por saber que pueden morir.

Alejandro comienza a pensar pues recuerda su entrenamiento de toda la semana.

En caso de que las flechas derriben el muro , ellos morirían pues no tendrían con que defenderse, pero, si el lograba invocar el escudo con la intia de defensa, entonces tendrían tiempo para idear algo en contra del cañón.

El problema era que ya no tenían ni la espada de Fanny ni la de Jessi, las flechas de Jesús ni producían daño alguno y la única arma que tenían disponible, era el tridente de Dyllan.

Alejandro lo ve.

Recuerda haber leído que el escudo que se invoca no es fijo y puedes transportarte con el.

Era obvio que Jesus si apenas pudo lanzar la espada de Jessica, no iba a poder lograr nada con el pesado y grande tridente de Dyllan, pero lo que podían hacer era acercarse a las rocas que estaban más adelante de ellos y que subían flotando hasta el cañón que atentaba contra su vida.

—Un buen golpe con eso y ese cañón es historia. —Piensa Alejandro sin quitarle la mirada.

Listo, había creado una solución a su actual problema, pero dependía mucho de que le saliera o de lo contrario, morirían.

Aunque tampoco estaba como para ponerse a pensar en su estabilidad o su resistencia, necesitaba el escudo si o si.

Fue entonces cuando una flecha atraviesa el muro de la parte de arriba avisando que este ya no resistiría mucho tiempo más.

—Ya valimos madre. —Luis Angel se agacha todavía más.

Alejandro puede ver el terror que empieza a invadirlo y no solo a él, si no también a todos sus amigos.

—Dyllan. —Lo nombra.

El lo mira.

—Agarra tu tridente y quédate atrás de mi.—Observa como su amigo quiere cuestionar el para que, pero no lo hace y lo obedece. —¡Todos, atrás de mi!. —Ordena el chico.

—¿Para que?, Si de todos modos vamos a morir. —Fany se rinde ante la situación.

—¡Solo háganlo!. —Grita Alejandro un poco desesperado al ver que el muro se está debilitando aún mas.

Todos se miran entre si y terminan por obedecer posicionándose atrás de Alejandro y Dyllan.

La roca comienza a romperse y está a punto de caer.

Alejandro cierra los ojos y suspira.

Después realiza la intia del escudo.

Pone sus manos en frente para activarla y la luz blanca aparece en sus dos manos.

Luego mueve el brazo derecho hacia la izquierda poco a poco y la izquierda la mueve a la derecha como lo practico durante toda la semana.

Y estaba funcionando.

Defensores: El Secreto Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora