Capítulo 55: Capacidades

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A pesar de que el hombre sigue hablando, Alejandro no lo puede escuchar, solo ve sus labios moverse.

Y solo puede leer dos palabra de todo lo que dijo de más.

Teyaka y Musdux.

Alejandro despierta agitado, como si hubiera tenido una pesadilla aunque eso no haya sido cierto.

Trata de tranquilizarse. Respira profundamente y contiene.

—Tengo que recuperar el musdux. —Dice aunque no lo haya pensado ni tratado de decir.

Se extraña. —¿Tengo que recuperar el musdux?. —Ahora se pregunta. —¿Por qué?.

Alejandro recuerda por un momento lo que acababa de soñar.

—Solo... Solo fue un sueño. —Se dice a si mismo.

Recuerda que hay veces en las que por pensar tanto en algo, hasta lo puedes soñar.

—Claro, por qué yo lo quiero, así sería más fácil de aprender todo pero Teyaka simplemente no va a querer prestarlo. —Se dice a si mismo.

Ahora piensa en toda la desconfianza que se a generado hacia el.

—¿Y si solo se vuelvo a pedir y ya?. —Se pregunta.

Cree que sería más fácil hasta para el mismo si se deja de tanta especulación y se lo pide.

Teyaka dijo que su entrenamiento había progresado.

Tal vez ya accedería a dar el libro.

—Si, se lo pediré esta noche. —Dice seguro y confiado de que por fin podrá aprender más intias.

_______

El día transcurre a la normalidad, nada diferente, nada que mereciera ser contado.

Es cierto que a Alejandro le venía a cada rato aquel pensamiento de "Tienes que recuperar el musdux".

Por eso es que la espera de la noche se le hizo tan larga.

Pero la hora siempre llega.

Estaba tan impaciente que una vez dieron las 10:05 pm, Alejandro se acostó, hizo hasta un poco de ejercicio para facilitarse el sueño con su cansancio.

Siempre le parecía maravilloso lo espontáneo que era aparecer en el comnum.

Abrió los ojos, y está vez, el universo le brindaba un paisaje fuera de dos galaxias chocando.

Adelante permanecía Teyaka dando la espalda y a lado una voz sorprendida.

—¡Tu!. —Dyllan retrocede por su sorpresa.

—Que ondukis. —Alejandro saluda con una sonrisa.

—¿Pues que hiciste?. —Dyllan frunce el ceño.

—Dormir.

Dyllan roda los ojos. —Ya, pues es que el segundo siempre es Jesus. —Miente con una sonrisa de haberle por fin ganado.

Alejandro ríe. —¿Y qué tanto maman de que yo al último si ni hay nadie?. —Cuestiona.

—¡Ellos!. —Dyllan aclara. —Yo nunca te eh dicho nada.

Alejandro voltea a ver a Teyaka.

—Voy a preguntarle algo, ahorita regreso. —Alejandro se levanta de su silla y se dirige con la forma física.

Es imposible no sentirse nervioso.

Por un momento parece que eso lo va a detener.

Su nerviosismo.

Defensores: El Secreto Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora