Capítulo 27

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Los generales marinos avanzaban por la escalinata alejándose en medio de la noche al tiempo que los dos caballeros en la casa numero se mantenían quietos y se lanzaban miradas fijas y serenas, a decir verdad Erick había oído historias sobre los generales marinos pero siendo honesto nunca creyó que estaría cara a cara con uno de ellos y la verdad estaba emocionado, si erra algo muy inusual que el se emocionara mas cuando delante de su persona estaba uno de los enemigos jurados de su diosa peo siendo técnicos la pasión por la batalla es algo que todo caballero de Athena siente por mas mínimo que sea y la verdad estaba contento de poder pelear enserio contra un oponente que por lo que se decía era muy fuerte, -toma esto!- dijo el atacante marino al tiempo que la distancia entre ellos caía hasta cero, su larga y hermosa lanza dorada cayo con fuerza en contra de Erick quien con calma solo creo los ojos al tiempo que se desvanecía, un solo flashazo de luz dorada basto para que el ya no estuviese delante de Asor quien hundía su lanza en el suelo mientras un fino corte se extendía por el suelo de granito dejando la señal de la tajada sobre el mismo –con que es verdad, los caballeros dorados se mueven tan rápido como la luz- menciono Asor sin darse la vuelta sintiendo la presencia del caballero de Aries a su espalda sin moverse o dar señales de desear atacar al tiempo que el general marino solo ladeaba la cabeza viendo de reojo la espalda del hombre de armadura dorada –si, y con esa velocidad tuya jamás podrás tocarme con esa arma- fueron las determinantes palabras de Erick al tiempo que Asor solo alzaba su arma colocándola sobre su hombro asintiendo a las palabras del santo de Aries y se giraba por completo mirándole con una sonrisa sin dejar de asentir al tiempo que Erick solo le miraba con algo de piedad después de todo estaba seguro de que el no se comparaba con su persona
-supongo que después de esto la idea de rendirte es mas atractiva- sugirió de nuevo el caballero de Aries mientras Asor solo le miraba con calma al tiempo que negaba a sus palabras con la cabeza
-en realidad no, solo me dejas en claro que tengo que ser mas veloz eso es todo-y esbozo una sonrisa mientras su poderoso cosmo se dejaba sentía una vez mas

Erick se dispuso a dejar en clara evidencia su velocidad superior para que Asor dejase de tratar gana una batalla según el perdida, con velocidad el general marino se lanzo al frente con todo su poder, el hombre de la lanza ataco y los ojos de Erick se abrieron con sorpresa cuando el se movió tan veloz, si no lo supiera juraría fue tan rápido como el no tuvo tiempo de meditarlo mucho ya que tuvo que moverse la lanza paso zumbando sobre su cabeza al tiempo que daba un paso hacia atrás esquivando por cosa de cm la hoja afilada que casi le arranca la nariz, con velocidad Asor sujeto su lanzo e impulsándola hacia atrás golpeo con fuerza con la base del mango el estomago del ariano que retrocedió ante el golpe mientras el enemigo alzaba su arma, la sujetaba de la base mientras la hacia alzarse apuntando al cielo antes de cae en un golpe circular directo a la cabeza de Erick quien solo alzo sus brazos como reacción, el filo de la lanza era legendario y las chispas doradas que volaron por el aire daban fe de ello, la lana dejo tas de si un borroso viento indicando su poder, la onda de corte empujo al caballero de Aries por sobre el suelo con fuerza mientras el piso de granito de nuevo era cortado y Asor miraba con una sonrisa al lemuriano que bajaba despacio los brazos al tiempo que el general marino solo miraba con atención los antebrazos de su armadura, se había cubierto con ellos y para su asombro no había astro alguno de daño en ellos, ni siquiera un fino rasguño a pesar de haber sido golpeados de manera directa por su lanza que siempre había sido legendaria por cortar y atravesar todo exceptuando claro el gran soporte principal en el santuario en el mar, - impresionante es verdad lo que se dice, la armadura dorada es asombrosa- dijo el hombre de cabellos claros mientras su lanza erra sujetada con el filo hacia arriba y la base del bastón contra el suelo mentas miraba al caballero ateniense delante de el que se mantenía calmado pese a casi ser partido en dos –pero bueno, quizá sea resistente pero toda armadura sea dorada, de bronce o plata tiene algo en común- el hombre alzo su arma señalando al frente mientras su cosmo de nuevo le invadía haciéndole resplandecer en medio de la oscuridad que se cenia sobre el santuario en esos momentos, su arma pareció brillar con luz propia al tiempo que apuntaba al caballero ariano que solo le miraba con ojos fijos y analíticos esperando la arremetida del general marino que por alguna razón parecía estar alegre de lo que estaba pasando
-recibe esto y muere caballero de Aries… ¡cut sea! (corte del mar)-grito Asor al tiempo que lanzaba su poderoso ataque

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