1

4.3K 112 44
                                    

El despertador comienza a sonar con ese incansable sonido de cada día. Abro lentamente los ojos visualizando mi mesilla, con un leve golpe apago el trasto y bufo.

-Andrea debes salir de la cama- me digo a mi misma mientras el sueño intenta imponerse.

En dos segundos estoy sentada en mi cama, no hay tiempo que perder. Me coloco la ropa que elegí ayer, voy hacia el baño y me miro al espejo. Mi pelo está todo revuelto así que intento peinarlo en condiciones, digo en condiciones porque mi pelo por las mañanas no es fácil de domar. Cuando termino salgo del baño, agarro mi mochila con mis cosas y bajo a la cocina como cada mañana a desayunar algo.

No me sorprende encontrarme la cocina vacía, normalmente me levanto muy temprano, sobre las seis, así tengo tiempo de ir andando a la universidad, me relaja caminar. Agarro un par de galletas y me sirvo un vaso de zumo, mientras desayuno echo un vistazo a Twitter e Instagram.

Me salta una publicación de FMS España, según lo que pone en la foto, la jornada 9 se celebrará en Barcelona dentro de dos semanas y las entradas estarán a la venta a partir de mañana.

Hago una mueca bloqueando el móvil, mi gran sueño siempre ha sido poder ir a una de las jornadas, verlos en directo y sentir el freestyle en estado puro, pero no tengo ni tiempo ni dinero para darme ese lujo.

Como es costumbre mis padres se levantan a las siete justo cuando yo me voy, me despido y salgo por la puerta cargando con mi mochila. Me pongo los auriculares y conecto la música, con paso decidido me dirijo hacia la universidad.

Y así es como cada día tengo pautada la misma rutina, soy una chica de hábitos y los cambios me producen terror. Tengo mis ideales y valores claros, soy de pocos amigos, mí confianza no se la gana cualquiera. En veintiún años de vida he aprendido a que no te puedes fiar de nadie, porque un día te quieren y al otro ni siquiera existes.

Cuando me quiero dar cuenta ya he llegado, me quito los auriculares y entro por la puerta principal, no suelo tardar más de cuarenta minutos en llegar y las clases empiezan a las ocho así que llego sobrada de tiempo.

Me encuentro mirando el horario cuando alguien me tapa los ojos.

-¿Quién soy?- distingo esa voz aguda perfectamente.

-Sara- afirmo.

-¿Quién?- pregunta impaciente.

-Mi mejor amiga-  juro que puedo sentir como sonríe mientras me quita las manos de los ojos.

-Eso es, espero que no lo olvides jamás. Soy tu maravillosa mejor amiga- añade con aires de superioridad.

Ruedo los ojos y la miro fijamente, así es ella, con la autoestima bien alta, sus metas fijadas y un corazón enorme. La conocí al comenzar la carrera de enfermería, nuestra pasión por la sanidad nos unió y nuestros gustos terminaron haciendo que nos aguantaramos mutuamente, ella es en quién más confío..

-Nos toca juntas, vamos- dice para después tirar de mi hacia el salón de clases.

Vamos hasta nuestros sitios y comenzamos a hablar de cosas triviales, cómo nos había ido la semana, las ganas que tenemos de finde semana, etc.

Las clases transcurren tranquilas y cuando nos damos cuenta ya estamos saliendo de la universidad camino a nuestras casas.

Al ser viernes hemos quedado en ir a dar una vuelta juntas, para hacer lo que sea, nos da igual el que, siempre acabamos haciendo el gilipollas en cualquier lado.

Llego a casa hambrienta, me preparo algo de comer y cuando termino subo a mí habitación. Enseguida pongo música en mi altavoz y mientras me meto en Twitter a ver qué se cuece dentro.

Me aparecen un montón de tweets sobre la jornada nueve, los MC's confirmados, el horario, lo que se juegan... Eso solo hace que mis ganas de ir aumenten así que cierro Twitter.

Me llega un mensaje de Sara, pulso en la notificación y me dispongo a leerlo.

Mejor amiga

Dentro de 5 minutos estoy en tu casa.
Ya puedes estar lista, si no saldrás en pijama.
✓✓Visto

Que poca fe.
Ya estoy lista de hace rato.
✓✓Visto

Cierro la conversación, sé perfectamente que no me va a decir nada más. Corro a mí armario para ver qué me pongo, obviamente le he mentido, se me ha olvidado por completo que hemos quedado.

Me pongo mis pantalones negros con las rodillas rasgadas, un jersey blanco y mis Nike negras. Estoy lista en menos que canta un gallo y justo antes de que suene el timbre de mi casa. Agarro el bolso y bajo rápidamente a abrir.

-Andrea, estás genial tía- opina mi amiga nada más verme abrir la puerta.

-No es nada del otro mundo- me limito a decir riendo levemente.

Ella me mira de mala gana, sabe perfectamente que le gusta que le de la razón, pero conmigo las lleva claras.

Comenzamos a andar hacia el centro, gente va de aquí para allá, nosotras a nuestra bola, riendo como siempre cuando ambas estamos  juntas. Con ella todo es más fácil, el dolor es más llevadero cuando tengo su hombro para llorar, los días son más amenos y cariño no me falta.

Decidimos ir a nuestro sitio favorito, la heladería más famosa de todo Madrid.

-Uno doble de chocolate- pedí al chico que nos atendió.

Siempre compartimos helado, la pregunta es que no compartimos...

El chico vuelve con nuestro helado, me lo entrega y le doy el dinero. Al darme la vuelta me mira fijamente y me sonríe. Inevitablemente le devuelvo la sonrisa amablemente, me giro y voy hacia la mesa donde Sara me espera.

-¿Ya has terminado de ligar?- me pregunta nada más sentarme.

La miro muy confundida metiéndome una cucharada de helado en la boca.

-Vamos, ese chico te comía con los ojos- añade haciendo que me atragante.

-Tú y tu afán de emparejar me con todo dios- digo rodando los ojos.

-Solo quiero verte feliz Andrea- explica ella cruzándose de brazos.

-Y te lo agradezco, pero sola estoy muy bien- añado sonriendo.

Asiente levemente dándose por vencida, como antes dije, a cabezota no me gana nadie.

Tras el helado seguimos dando una vuelta, vamos a las tiendas para ver ropa y todo lo que necesitan dos como nosotras para estar entretenidas.

Llega la hora de volver a casa, en el camino de vuelta no se habla de otra cosa que no sea la FMS. Sara no es fan total del freestyle pero algo le gusta.

-He leído lo de la Jornada 9, ¿Quieres ir?- pregunta mi amiga al aire.

-Ojala pudiera ir, pero no sé cómo- murmuro algo apenada.

-Tonta, te digo de comprar las entradas e ir juntas- dice riendo.

-¿ENSERIO? ¿PODRÍAMOS?- pregunto eufórica, sería un sueño hecho realidad.

Mi mejor amiga solo asiente, eso me da pista libre. Pillo impulso y le doy un abrazo enorme. Definitivamente eso me ha arreglado el día, si ya es una fantasía ver FMS en vivo, imagínate verla con tu mejor amiga...

𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐞𝐬|𝓑𝓷𝓮𝓽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora