12

1.9K 93 15
                                    

Aún me duele demasiado, solo ha pasado una semana tras la muerte de mi padre. El entierro se celebró dos días después, acudieron un montón de compañeros, entre ellos policías que lo sentían tanto como mi madre y yo, pues su trabajo implica cierto riesgo que todos corren a diario. Esta vez le tocó a mi ángel de la guarda, la persona que me crío, que me enseñó que nadie es mas que nadie, que no me deje hundir y que si me caigo, que me levante porque él confiaba en mi.

Después del llanto de aquel día no he vuelto a llorar, no porque ya no duela, simplemente porque ya no me sale. Mis amigos me acompañaron en todo momento, estuvieron en el entierro apoyándome siempre y luego en mi casa intentando animarme. 

Llegué al punto de no querer salir de casa, solo necesitaba dormir porque ahí en mis sueños todo volvía a ser como antes. Nerea venía a verme, veíamos pelis juntas y a veces se traía a Chuty que me improvisaba para alegrarme un poco. No es que me olvidara de todo, pero estar con ellos y con Sara me ayudaba a evadirme.

Con Javi las cosas han ido a mejor, desde aquel día lo siento más cerca, para mi es un buen amigo que me ha ayudado en algo bastante gordo, me protegió cuando mi mundo se derrumbó. Hay tanta gente que lo juzga por su semblante serio, me incluyo en ese grupo porque ver y tratar a Bnet es muy diferente a tratar con Javi. Tiene sentimientos por muy Ice Man que se vea, lo que pasa es que sabe controlarlos y esconderlos muy bien.

Sara ha venido hoy a mi casa a intentar sacarme de mi habitación, tras una larga charla en la que me dice lo que es bueno para mí y en la que me recuerda que no puedo hundirme a estas alturas, no me queda otra que ceder. Salgo de mi habitación y bajo con ella a la planta baja, mirar a mi alrededor solo me trae recuerdos. Enseguida me lleva a dar una vuelta no sé donde, simplemente andamos por calles solitarias, las dos, hablando de cualquier cosa que salga en el momento, hasta que saca el tema que menos quería tocar.

-Sabes que este sábado es la graduación ¿verdad?- cuestiona mirándome.

-Sí, pero esto ya lo hemos hablado, no iré- bufo recordando todas las veces que me lo ha dicho.

-Tu madre quiere que vayas y sabes muy bien que tu padre también querría, él solo te quería ver feliz- añade mi amiga tratando de convencer

-Yo era feliz cuando él estaba junto a mi- digo soltando todo el aire que estaba conteniendo.

Se forma un silencio incomodo, sé perfectamente que lo hacen por mi bien, pero dentro de dos días es mi graduación y a mí la idea de ir no me entusiasma.

-Cariño, a veces la vida es muy hija de puta, te intentará borrar esa preciosa sonrisa un millón de veces, pero ahí entras tú. Tienes que disfrutar de tu vida y sonreír para joderla el doble, para que vea que aunque te duele no te afecta- explica mientras me da la mano.

-No sé como lo haces pero siempre me dices las palabras que necesito escuchar. Eres la mejor- sonrío y la abrazo, no la cambiaría por nada del mundo.

-Esto me lo tienes que decir mas a menudo- añade riendo -¿Entonces vendrás?-

-Me lo pensaré- me limito a decir zanjando el tema.

Seguimos un par de horas dando vueltas, me está contando que tiene ya conjunto para el sábado y que solo le faltaba ver como se maquilla y peina. No lo dudo y me ofrezco voluntaria para ayudarla.

-Yo te maquillo y peino, solo si tú haces lo mismo conmigo- digo sonriente.

-ESO SIGNIFICA QUE VIENES- grita haciendo que toda la gente que hay en este momento en la calle nos mire.

Se pone como loca, me abraza y me dice que iba a buscarme a mi también un conjunto, accedo porque ella tiene mejor gusto que yo en el mundo de la moda. 

𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐞𝐬|𝓑𝓷𝓮𝓽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora