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Narra Andrea:
No sé si han pasado horas o minutos, pero a mí se me está haciendo una eternidad estar aquí atada y sin saber que me depara el futuro.

Hace un buen rato que he dejado de llorar, ya no merece la pena, hacerlo solo me trae más dolores de cabeza. Las muñecas me duelen a causa de lo apretadas que tengo las ligaduras que me impiden mover las manos de mi espalda. Mis tobillos están más sueltos pero aún así no puedo cambiar lo suficiente de posición para que el cuerpo no se me entumezca.

La puerta vuelva a abrirse y esta vez cierro los ojos, no quiero verlo de nuevo ni sentir su mirada sobre mi cuerpo, quiero que todo esto pase.

-Andrea- una voz desconocida se hace presente.

Miro al chico que tengo enfrente, parece más joven que yo y está algo nervioso.

-He venido a sacarte de aquí- dice acercándose a mí.

-¿Quién eres?- pregunto muy confusa.

-Soy el hermano pequeño de Álvaro, yo te he estado mandando los mensajes- explica bajo mi atenta mirada, ni siquiera sabía que tenía un hermano tampoco me presentó nunca a sus padres.

Me desata sin ninguna dificultad las manos y así yo puedo destarme los pies. Me echa una mano al levantarme ya que me cuesta moverme entre la perdida de sangre y el entumecimiento. Con su ayuda salimos del cuartucho a paso lento pero seguro.

A mí alrededor solo consigo ver un montón de puertas, esto parece una casa bastante antigua, la madera bajo nuestros pies cruje.

-¿Y tu hermano?- susurro aferrándome más a él.

-Está dormido en el salón, es la siguiente puerta- dice parándose justo al llegar a esta -Tienes que pasar rápido, yo debo coger una cosa-

Asiento mirando dentro del salón, Álvaro está dormido sobre uno de los sillones. Con sumo cuidado paso sin hacer mucho ruido por delante de la gran puerta, la tensión se nota en el ambiente, si se despierta estaremos perdidos. Cuando estoy al otro lado me doy la vuelta y veo como el chico se adentra en el salón, sin formar escándalo agarra algo de la mesita. En ese momento su hermano se da la vuelta soltando un ronquido.

El chico lo mira con pánico, pero luego de comprobar que sigue dormido, su rostro se suaviza, yo ya tengo el corazón a mil. Vuelve conmigo y me deja agarrarlo de nuevo guíandome hasta la puerta de la casa. Al salir está bastante oscuro con lo que deduzco que ha pasado al menos casi un día desde que me trajeron aquí.

Estamos los escalones de la entrada cuando uno de ellos al estar en mal estado cruje tan fuerte que acaba partiéndose. Escuchamos como dentro de la casa alguien maldice y sale corriendo. Álvaro se ha despertado, tenemos que correr o no saldremos vivos.

El chico tira de mí y saco las fuerzas suficientes para comenzar a correr hasta el coche que hay aparcado delante de la casa. Justo cuando estamos llegando al vehículo, un disparo nos hace detenernos.

-QUE COÑO OS CREÉIS QUE HACÉIS- grita él detrás nuestra.

Nos giramos y vemos que tiene una pistola en la mano. Miro al chico, está horrorizado, él tampoco se esperaba que su hermano tuviera un arma.

-¿Traicionando a tu hermano?- pregunta mirando mal al chico.

Comienza a acercarse a nosotros, se pone delante de su hermano y le apunta con la pistola. El chico cierra los ojos al ver lo que hace y yo los abro asustada.

-No le hagas nada- me interpongo entre Álvaro y su hermano.

-Estoy hablando con él, no contigo- escupe con asco y me empuja a un lado.

𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐞𝐬|𝓑𝓷𝓮𝓽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora